El capit¨¢n m¨¢s intenso
Gabi es considerado por Diego Simeone como su extensi¨®n t¨¢ctica y espiritual en el campo
Diego Pablo Simeone tiene catalogado a Gabi (30 a?os) como su extensi¨®n t¨¢ctica y espiritual en el campo. Es el futbolista con m¨¢s desgaste f¨ªsico del Atl¨¦tico porque es el m¨¢s intenso de todos y la intensidad es innegociable e imprescindible para el entrenador rojiblanco. Tanto que para su entrenador es el ¨²nico jugador que no tiene recambio en la plantilla por lo que le da en la hierba y en el vestuario.
Los que han seguido de cerca la progresi¨®n del capit¨¢n rojiblanco dicen que la cualidad de ser intenso la adquiri¨® en sus cuatro a?os en Zaragoza, incluido uno en Segunda Divisi¨®n, donde tuvo que echarse el equipo a la espalda, aunque no le correspondiera ni por edad ni por tiempo de estancia en el club aragon¨¦s, donde adem¨¢s ve¨ªa puerta. ¡°Me dej¨¦ los goles en Zaragoza¡±, bromea Gabi, un tanto en este curso, cuando se le recuerda que en el Atl¨¦tico, aunque lo intenta con su golpeo lejano, no ha logrado acercarse a los 11 tantos que logr¨® en una de sus campa?as en La Romareda, donde igual lanzaba los penaltis que los libres directos. En ese sentido, en el Atl¨¦tico ha dado un paso atr¨¢s, que ha asumido sin un mal gesto.
Ha jugado todos los partidos este curso y el Atl¨¦tico quiere mejorarle la ficha
A su regreso al Atl¨¦tico como entrenador, Simeone se encontr¨® con un jugador que al buen golpeo de bal¨®n y a su visi¨®n de juego hab¨ªa a?adido una manera de sentir y disputar los partidos que no ten¨ªa cuando lo conoci¨® como un canterano reci¨¦n subido al primer equipo. Ambos hab¨ªan coincidido en el vestuario cuando Simeone emprendi¨® su segunda etapa como jugador colchonero en 2004 y Gabi a¨²n no se hab¨ªa hecho un ¡°hombre¡±, tal y como le gusta definir a su entrenador a los jugadores que est¨¢n listos para competir como ¨¦l pretende. Esa manera de interpretar los partidos desde el esfuerzo solidario y continuado es lo que le ha hecho imprescindible para su t¨¦cnico, que lo ha utilizado en los 14 partidos de Liga, 13 como titular, y en los cinco partidos de la Liga de Campeones al completo. Es el jugador del Atl¨¦tico que m¨¢s balones recupera (nueve por partido) y el que mejor y de manera m¨¢s sibilina ejecuta la falta t¨¢ctica para impedir que los rivales se giren y puedan iniciar la jugada. Nunca es una entrada violenta y sabe disimularlas como una mera disputa del bal¨®n.
Tampoco para el club ha pasado desapercibido ni su rendimiento ni la manera en la que ejercita la capitan¨ªa y aunque en el verano de 2012 le ampli¨® el contrato hasta 2016, en breve le llamar¨¢ para ofrecerle una mejora de contrato y, tal vez, una nueva ampliaci¨®n.
No ha logrado acercarse a los 11 tantos que logr¨® en una de sus campa?as en Zaragoza. En ese sentido, ha dado un paso atr¨¢s, que ha asumido sin un mal gesto
Pese a su generosidad en el esfuerzo en cada partido, Simeone no le dio descanso ni en San Petersburgo ante el Zenit, donde no viajaron seis titulares. Por lo que el t¨¦cnico prob¨® en el entrenamiento del viernes, tampoco descansar¨¢ en Elche, donde el Atl¨¦tico juega el s¨¢bado (16.00, C+ Liga y GolT) un partido complicado, seg¨²n Simeone: ¡°Escrib¨¢ conoce a nuestros jugadores y es un equipo duro, dif¨ªcil, que trabaja bien. Si no vamos con la intensidad necesaria ser¨¢ un partido duro¡±.
Con esa descripci¨®n del partido, Gabi parece intocable. Cuando decide dar un paso adelante para ir a presionar al contrario arriba, sus compa?eros le secundan con una fe ciega. Esas arrancadas act¨²an a modo de se?al sobre el grupo, que entiende que su capit¨¢n ha intuido que con un aumento de la intensidad se pueden sacudir el dominio del contrario o encerrarle para que no pueda ejecutar con comodidad la transici¨®n defensa-ataque. No es Gabi de esos l¨ªderes gestuales e histri¨®nicos. Tampoco suele vocear sus consignas. Su ascendencia en el campo y en el vestuario responde m¨¢s a los hechos que a las palabras. Como cuando esta misma temporada, despu¨¦s de sufrir un esguince de rodilla por frenar un contragolpe del Celta, sigui¨® jugando porque con 2-1 en el marcador el Atl¨¦tico hab¨ªa perdido el control del juego y sufr¨ªa. Muchos de sus compa?eros y en el propio club no se explicaron c¨®mo pudo permanecer en el terreno de juego cuando al finalizar el choque le vieron tumbado y dolorido en la camilla del vestuario y, despu¨¦s, marcharse a casa con una cojera visible.
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