Para cortarse las venas
Inglaterra ha respondido al sorteo mundialista con resignaci¨®n, por no decir depresi¨®n suicida
¡°El deporte tiene el poder de cambiar el mundo¡±. Nelson Mandela
Hay equipos que deben estar felices por el simple hecho de haber llegado a la fase final del Mundial de Brasil. No vivir¨¢n el torneo como unas vacaciones, pero disfrutar¨¢n de m¨¢s relaxing cafezinhos con leite en las pra?ascariocas que los dem¨¢s. Las expectativas de selecciones como las de Honduras, Costa Rica, Ir¨¢n, Argelia y Australia no van m¨¢s all¨¢ de clasificarse segundos en sus respectivos grupos y pasar a la siguiente fase.
Por otro lado, las hay que sentir¨¢n una enorme presi¨®n por ganar el campeonato, empezando por Brasil, el favorito en todas las casa de apuestas ¡ªen parte porque juega en casa, en parte por la paliza que le dio a Espa?a en la final de la Copa de Confederaciones el verano pasado¡ª, paliza quiz¨¢ enga?osa, por cierto, porque aquel partido tuvo una importancia para los brasile?os enorme mientras que para los espa?oles no fue mucho m¨¢s que un amistoso de pretemporada.
En cualquier caso, si uno apuesta un euro hoy a que gana Brasil y acaba ganando recibir¨¢ tres euros. El ratio espa?ol es 7 por uno, por debajo de Argentina y Alemania. En cambio, si Honduras se proclamase campe¨®n del mundo un euro se convertir¨ªa en 6.000.
Veremos c¨®mo Neymar y compa?¨ªa responden a las expectativas pero hay otro equipo que posiblemente sienta igual o incluso m¨¢s el peso de la esperanza nacional. Se trata de Colombia. El viernes el presidente de aquel pa¨ªs, Juan Manuel Santos, dijo en una entrevista de radio que cuanto m¨¢s lejos llegue su selecci¨®n en el Mundial, mayores las posibilidades de que se consolide el delicado proceso de paz en el que Colombia se ha embarcado para acabar con una guerra civil que ha durado 50 a?os. Muy impactado por la potencia unificadora que tuvo el deporte en Sud¨¢frica en tiempos de Nelson Mandela, Santos sue?a con que una serie de victorias en el Mundial de Brasil permita a su pa¨ªs la posibilidad de superar las barreras que bloquean el camino a la paz.
Pobres jugadores colombianos. En anteriores mundiales viv¨ªan bajo el temor de que si les iba mal los narcos los matar¨ªan; ahora tiene que soportar la carga de pensar que si caen a la primera la guerra colombiana seguir¨¢ cobrando m¨¢s muertes entre sus compatriotas. Esperemos que les vaya muy bien y que, aunque no ganen el Mundial, las botas del tigre Falcao les ayuden a llegar lejos.
Pobres, tambi¨¦n, los ingleses. Lo ¨²nico que tienen a favor es que con cada Mundial que pasa las expectativas de sus paisanos, hasta hace no mucho siempre absurdamente altas, se han reducido casi a cero. La respuesta general en Inglaterra al sorteo mundialista del viernes fue de resignaci¨®n, por no decir de depresi¨®n suicida. Cuando se anunci¨® que la selecci¨®n inglesa estar¨ªa en el mismo grupo que Italia, Uruguay y Costa Rica la reacci¨®n inmediata de Greg Dyke, el presidente de la Football Association, fue elocuente: hizo un gesto con el dedo, simulando degollarse. Triste el nivel al que ha ca¨ªdo el f¨²tbol nacional ingl¨¦s. Si ese grupo le hubiera tocado a Espa?a o a Alemania los ciudadanos de los respectivos pa¨ªses hubieran respondido con un encogimiento general de hombros, pero nadie hubiera pensando en cortarse las venas. Los ingleses ya se han convencido, en cambio, que les va costar mucho superar la fase de grupos, que lo m¨¢s probable es que regresar¨¢n a casa en el primer avi¨®n de salida, quiz¨¢ encontr¨¢ndose en el aeropuerto de R¨ªo de Janeiro con los hondure?os y los iran¨ªes.
Les aterra, en particular, tener que enfrentarse a Luis Su¨¢rez, el delantero uruguayo. Su¨¢rez marc¨® cuatro golazos para el Liverpool en un partido el mi¨¦rcoles, recordando a los ingleses que su Liga, en la que menos de la tercera parte de los jugadores nacieron en las islas brit¨¢nicas, ser¨¢ maravillosamente competitiva pero su selecci¨®n, que acaba de perder en casa contra Chile y Alemania, es un desastre.
Hasta hace apenas cinco o seis a?os Espa?a estaba en la misma situaci¨®n. Liga fuerte, selecci¨®n pobre. Espa?a e Inglaterra sufr¨ªan, a nivel de f¨²tbol internacional, la misma humillaci¨®n. Ya no. Desde que la Liga espa?ola se convirti¨® en un aburrimiento, en un desfile triunfal del Barcelona seguido de cerca por el Real Madrid, la selecci¨®n se ha convertido en la mejor del mundo. Iron¨ªas de la vida y muestra, una vez, de que todo no se puede tener en este mundo. Salvo, claro, si uno es alem¨¢n.
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