Batalla campal en Brasil

La violencia no cesa en el f¨²tbol brasile?o, a escasos seis meses del comienzo del Mundial de 2014. Este domingo se desat¨® una batalla campal durante el Atl¨¦tico Paranaense y el Vasco de Gama que dej¨® al menos cuatro heridos ¡ªcon edades comprendidas entre los 19 y los 29 a?os¡ª tras una pelea brutal entre las dos aficiones sin polic¨ªa de por medio, solo con efectivos de seguridad privada. Uno de los heridos recibi¨® el alta horas despu¨¦s y preocupaba especialmente el estado de uno de los tres ingresados en el hospital de St. Joseph, en vigilancia intensiva con fractura de cr¨¢neo.

El partido, de la 38? jornada del Campeonato Brasile?o, se celebr¨® en el Arena Joinville, en el Estado de Santa Catarina, en el sur del pa¨ªs, al estar de reformas para el Mundial el estadio de Curitiba del Atl¨¦tico Paranaense. All¨ª, por cierto, jugar¨¢ Espa?a su tercer partido del Mundial, ante Australia, el pr¨®ximo 23 de junio.

Los paranaenses venc¨ªan por 1-0 cuando, a los 17 minutos, un gran alboroto estall¨® en las gradas. Seg¨²n algunas webs deportivas, la pelea comenz¨® despu¨¦s de que la afici¨®n del Vasco de Gama invadiese la bancada del equipo rival sin un solo polic¨ªa que interviniese para separarles.

Tras algunos minutos, la seguridad del estadio consigui¨® intervenir. Seg¨²n la polic¨ªa, 80 agentes de seguridad privada y otros 160 agentes de la Polic¨ªa Militar eran los responsables de mantener el orden en los exteriores del estadio durante el partido. Una portavoz policial, la teniente coronel Ad¨ªlson Moreira, manifest¨® a O Globo: ¡°La seguridad en un evento privado es responsabilidad de una empresa privada¡±. Tambi¨¦n hubo altercados fuera del recinto.

¡°Vimos a un chico tirado en el suelo, llev¨¢ndose patadas¡±, cont¨® un jugador

La polic¨ªa intervino con las gradas ya convertidas en un campo de batalla. Por lo menos dos aficionados tuvieron que ser rescatados por un helic¨®ptero para llevarles al hospital. Su estado es ¡°preocupante¡±, seg¨²n Jos¨¦ Eduardo Dias, el m¨¦dico que les atendi¨® en el estadio. Mientras el juego estaba suspendido, el vicepresidente del Vasco, Antonio Peralta, lleg¨® a decir que hab¨ªa un hincha muerto, extremo que no llegaron a confirmar las autoridades.

El partido se suspendi¨® durante algo m¨¢s de una hora, hasta que el ¨¢rbitro decidi¨® retomar el juego, decisivo para ambos equipos. El Vasco necesitaba la victoria para no descender a la serie B del campeonato, mientras que el Atl¨¦tico Paranaense se jugaba clasificarse para la Copa Libertadores de Am¨¦rica. Al final, el Paranaense se impuso por 5-1. Vasco descendi¨® ¡ªlo mismo que Fluminense, campe¨®n en 2012¡ª. Antes de confirmarse la p¨¦rdida de categor¨ªa, el presidente del Vasco, Roberto Dinamita, jugador del Barcelona en la temporada 1979-1980, hab¨ªa dicho: ¡°Es una temeridad reanudar el partido. No hay polic¨ªa suficiente, no est¨¢n respetando lo m¨¢s importante, que son las vidas. No hay polic¨ªas y eso preocupa a todo el mundo. No estamos pensando en primera o segunda divisi¨®n. Quiero retirar a mi equipo de la cancha por la falta de seguridad pero no lo hago porque podemos ser sancionados¡±, afirm¨® el exazulgrana sobre el mismo c¨¦sped mientras estaba interrumpido el choque. El estadio estaba lleno de ultras y para cuando se reanud¨® el partido ¡ªcon algunos jugadores llorando sobre el c¨¦sped¡ª la polic¨ªa ya ten¨ªa acordonadas las tribunas.

Luiz Alberto, jugador del equipo local, rompi¨® a llorar a la vista de los violentos incidentes: ¡°Vimos a un chico tirado en el suelo, llev¨¢ndose patadas, palos... Es un ser humano, esto tiene que parar. Les ped¨ªan que parasen y no escuchaban, nunca vi nada similar. Va a haber un Mundial en Brasil, esta imagen la va a ver todo el mundo. Hay familias, es inhumano. Esta escena va a quedarme marcada para siempre¡±.

El hist¨®rico Tost?o, triunfador con la gloriosa selecci¨®n brasile?a que se exhibi¨® en el Mundial del 70, dijo a EL PA?S: ¡°Es un hecho muy frecuente en el f¨²tbol brasile?o, es un esc¨¢ndalo que las autoridades no hagan nada. A los violentos habr¨ªa que tratarles como a criminales, pero no se hace¡±.