¡°Tuvimos que salir en las ¡®lecheras¡±
Protagonistas de los Osasuna-Madrid reconstruyen los incendiarios duelos de los ochenta y noventa ¡ñ ¡°En Pamplona hay que poner un poco m¨¢s de todo¡±, resume Camacho
Del belicismo de anta?o hasta la ¨¦poca actual, m¨¢s templada, el Madrid nunca ha encontrado acomodo en Pamplona. Nieve, bengalas, un adversario de hierro y hasta un cochinillo enfundado en una camiseta blanca, con el 7 de Juanito trotando por la pradera del Sadar. Con los escenarios m¨¢s estramb¨®ticos se ha topado el equipo blanco, al que hist¨®ricamente le cuesta hallar la victoria en un feudo navarro al que hoy regresa (16.00, C+Liga y GolT). ¡°Es una olla a presi¨®n¡±, explica Jos¨¦ Antonio Camacho; ¡°all¨ª, el futbolista tiene que responder con todo. No te vale con eso de ser jugador del Madrid. En Pamplona hay que poner un poco m¨¢s de todo¡±.
¡°A Valdano le dieron un tornillazo y a m¨ª con una casta?a en un ojo¡±, recuerda Gallego
El murciano desfil¨® con los blancos por El Sadar en los ochenta. Una ¨¦poca con un trasfondo pol¨ªtico tumultuoso y en la que al Madrid se le atragant¨® sobremanera el equipo navarro. ¡°Te exig¨ªan desde el principio. A base de c¨®rners y faltas te iban encerrando atr¨¢s¡±, recuerda el t¨¦cnico. De 10 duelos, los de Chamart¨ªn perdieron cinco, cedieron dos empates y solo ara?aron tres triunfos. ¡°Entonces estaba el problema de las autonom¨ªas. En el norte se nos ve¨ªa como la representaci¨®n del Estado y el centralismo¡±, especifica el artillero Carlos Santillana; ¡°a veces ten¨ªamos que dejar el autob¨²s de Madrid a la entrada de la ciudad y coger otro con la matr¨ªcula de all¨ª. Y para salir, alguna vez tuvimos que meternos en las lecheras de la polic¨ªa. La sensaci¨®n que ten¨ªamos era de ¡®quedaros con los puntos y nosotros nos vamos, que as¨ª no se puede jugar¡¯. No sab¨ªas qu¨¦ iba a pasar, pero todo proced¨ªa de un sector concreto del p¨²blico. El que m¨¢s valor le echaba era Uli [Stielike]. Le daba igual lo que cayera¡±.
Volc¨¢nicos, con cargas policiales en las gradas y acciones al l¨ªmite sobre el c¨¦sped, los enfrentamientos de aquella d¨¦cada se saldaron con diversos incidentes. ¡°Fue la primera vez que me expularon de un campo¡±, recuerda Santillana. ¡°A Valdano le dieron un tornillazo y a m¨ª con una casta?a en un ojo¡±, rememora Ricardo Gallego. ¡°El ambiente era muy hostil, pero nosotros solo ¨ªbamos a jugar al f¨²tbol. Ahora es impensable que ocurra algo similar¡±, apunta el exportero Paco Buyo, al que le cayeron varios petardos en un pulso de 1989 que obligaron al ¨¢rbitro a suspender el partido. El Sadar fue clausurado. ¡°El Madrid se neg¨® a seguir jugando¡±, detalla ?ngel Mart¨ªn Gonz¨¢lez, ex de Osasuna; ¡°despu¨¦s tuvimos que jugar medio tiempo a puerta cerrada en Zaragoza. Nos empataron con una falta de Hugo S¨¢nchez y en el t¨²nel hubo m¨¢s que palabras¡±.
¡°Esa semana hasta el panadero te recordaba contra qui¨¦n jugabas¡±, cuenta Cuco Ziganda
Tan al l¨ªmite como hermosos, los protagonistas de esos encuentros coinciden en subrayar una batalla futbol¨ªstica en la que el jugador disfrutaba. ¡°Le pon¨ªan mucho orgullo. Intent¨¢bamos jugar, pero no nos dejaban. A veces utilizaban un bal¨®n Mikasa, completamente distinto al que se utilizaba en cualquier otro campo. Y la grada estaba muy cerca, pero era un placer jugar en El Sadar y el trato en Pamplona era exquisito¡±, se?ala Gallego. ¡°Eran tipos duros y fuertes, pero nobles. Te jugaban en largo y aprovechaban las jugadas a bal¨®n parado. Era un equipo muy british. Estaban Casta?eda, Mina, Irigu¨ªbel, Echeverr¨ªa, Macua... ¡°, enumera Santillana. ¡°Yo nac¨ª en Madrid y jugu¨¦ en Osasuna ocho a?os. Me sent¨ªa madridista y rojillo. Ten¨ªa amigos en ambos equipos¡±, describe el propio Macua, zaguero. ¡°El Manito [Hugo S¨¢nchez] se crec¨ªa. Le pon¨ªa ese ambiente. A m¨ª sol¨ªa marcarme Sandok¨¢n [Juan Jos¨¦]. En el vestuario nos dec¨ªan: ¡®joder, si corri¨¦seis as¨ª todos los partidos...¡±, retrata Enrique Mart¨ªn Monreal, director de la cantera de Osasuna; ¡°yo ten¨ªa muy buen rollo con los jugadores del Madrid. A Juanito le invit¨¦ un a?o a los San Fermines. Nos fuimos un par de d¨ªas de juerga y tambi¨¦n a los toros¡±.
En los noventa, antes de que el equipo navarro descendiera a Segunda, en 1994, el Madrid solo pudo vencer una vez en sus cuatro visitas a Pamplona. ¡°Era excitante, un hervidero¡±, detalla Cuco Ziganda, ariete navarro, ahora a los mandos del filial del Athletic; ¡°el Madrid era el campe¨®n, el que ganaba siempre. Durante la semana, hasta el panadero te recordaba contra qui¨¦n jugabas. Ten¨ªamos nuestras armas e intent¨¢bamos asfixiarles. Ellos lo ten¨ªan todo. Tambi¨¦n unas ganas tremendas de irse del campo. No es defendible que se hicieran determinadas animaladas, pero cuando nosotros ¨ªbamos al Bernab¨¦u a nuestro portero tambi¨¦n le ca¨ªa de todo y nos cantaban de todo¡±.
Desde entonces, el f¨²tbol y las gradas han dado un giro completo. ¡°Ahora no se permite esa agresividad, ni dentro ni fuera del campo¡±, indica Patxi R¨ªpodas, excentrocampista de Osasuna; ¡°la seguridad, la cultura y la eduaci¨®n deportiva son mucho mayores¡±. Rebajada la tensi¨®n, a¨²n latente, el Madrid ha ganado algo de terreno e incluso ha vivido episodios gloriosos en El Sadar, como las goleadas de 2007 (1-4, con un p¨®quer de Van Nistelrooy) y 2012 (1-5), o el alir¨®n de 2008. En la d¨¦cada m¨¢s reciente, los blancos han firmado cinco victorias en territorio navarro, tres empates y dos derrotas. ¡°La presi¨®n atmosf¨¦rica que hab¨ªa en aquellos partidos no tiene nada que ver con la de ahora. No es ni un cincuenta por ciento de lo que era¡±, arguye Mart¨ªn; ¡°al llevar tantos a?os seguidos en Primera, el jugar contra el Madrid se ha normalizado¡±.
Tambi¨¦n influye la globalizaci¨®n futbol¨ªstica y el factor identitario. ¡°Entonces, el 99% ¨¦ramos de casa. No ten¨ªamos fichas altas y si baj¨¢bamos a Segunda el sueldo se quedaba en la mitad. Criarte en Tajonar y llegar al primer equipo era lo m¨¢ximo. Se creaba un v¨ªnculo muy fuerte que intentabas traslad¨¢rselo a los que iban llegando. Estos son nuestros colores, esta es nuestra ciudad, esto es Osasuna. Ahora se defienden los colores del equipo que te paga. Antes, los del equipo de tu tierra¡±, remata R¨ªpodas, uno de los protagonistas de una saga tan incendiaria como fascinante.
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