Javi Guerra da aire al Valladolid

El Valladolid estaba en un lio, en descenso, llevaba cinco semanas sin ganar, una tendencia descendente, el ¨¢nimo apagado. El remedio, un equipo de su Liga pero que luce lejos de su estadio, que tiene fama de visitante peligroso y con la punter¨ªa afinada. Pero Juan Ignacio Mart¨ªnez conf¨ªa en su tesis, en que el Valladolid debe jugar el bal¨®n desde el primera pase, que no vale salirse del guion, que debe mantener la estructura; alg¨²n cambio en los nombres, ninguno en la idea. Una historia muy parecida a la del Celta, porque el equipo de Luis Enrique juega casi a lo mismo. La diferencia es que el Valladolid est¨¢ cojo, solo ataca por la derecha o por el lugar donde aparezca Ebert, echa de menos a Oscar, el otro jugador con talento de la plantilla y en ese tr¨¢nsito se estaba dejando la temporada. Ante el Celta, un gol anulado, una expulsi¨®n de un jugador rival, el regreso de ?scar, la punter¨ªa de Javi Guerra, todo se junt¨® en medio de una niebla espes¨ªsima para que el Valladolid pudiese volver a respirar.

Tuvieron que romper los dos equipos con sus rigores t¨¢cticos para que el partido dejase de ser un tost¨®n y se convirtiese en un choque intenso, peleado y sobre todo con el cuero cerca de las ¨¢reas. El Valladolid lo consegu¨ªa sobre todo a bal¨®n parado, en cada saque de esquina Ebert estiraba la fama de su bota derecha para colocar centros tensos, precisos y dif¨ªciles para cualquier defensa. El primer remate lo sac¨® Oubi?a bajo palos despu¨¦s de un remate de Marc Valiente, el segundo lo envi¨® Javi Guerra a la red pero el ¨¢rbitro anul¨® el gol por una falta previa, cuando ni siquiera el bal¨®n estaba en juego. La decisi¨®n dej¨® al Valladolid fuera del partido, hasta ese momento hab¨ªa avanzado, hab¨ªa eliminado el juego habitual del Celta, le hab¨ªa obligado a deshacerse de la posesi¨®n a balonazos, hab¨ªa extraviado a sus extremos y solo Augusto se hab¨ªa acercado al ¨¢rea peque?a, pero desde ese momento fue el Celta el que se apropi¨® del control y adem¨¢s acert¨® a darle sentido, aceler¨® la circulaci¨®n, echo el bal¨®n a las bandas y tuvo que aparecer Mari?o para rescatar a los suyos en un disparo a quemarropa de Nolito y en un cabezazo de Charles.

El Valladolid regres¨® del descanso con el ¨¢nimo encendido, decidido a escapar de sus problemas. La expulsi¨®n, absurda, de Charles le dio el pen¨²ltimo empuj¨®n, el ¨²ltimo fue el regreso de ?scar a la media punta despu¨¦s de muchos partidos. En la jugada siguiente al cambio Ebert centr¨® desde la derecha, Javi Guerra aguant¨® el bal¨®n con el pecho y lo coloc¨® pegado al palo de Yoel. Luis Enrique, con diez, decidi¨® morir con las botas puestas, a?adi¨® un delantero, Santi Mina, a Orellana para la banda y comenz¨® a empujar al rival hasta su ¨¢rea. Pero el Valladolid ya estaba organizado, se hab¨ªa juntado, ten¨ªa toda la solidez que le hab¨ªa faltado durante casi una hora de partido y en buena parte de la temporada, y adem¨¢s ten¨ªa enfrente a uno menos. El segundo gol de Guerra cerr¨® el partido, alguna herida y unas cuantas dudas que iban enterrando al equipo de Juan Ignacio Mart¨ªnez. Solo restaba, eso s¨ª, una asistencia de ?scar, con el exterior del pie, filtrado entre los centrales, para que Javi Guerra completase su colecci¨®n de goles.