El coraz¨®n de Conny

Aquellos marineros de anta?o ten¨ªan una mirada diferente. Puede verse en sus ojos ese esp¨ªritu de aventura que les empujaba a la inmensidad del oc¨¦ano sin saber qu¨¦ se iban a encontrar, incluso si iban a regresar a tierra. Es la mirada que ten¨ªa Cornelis van Rietschoten, el hist¨®rico navegante holand¨¦s, fallecido este martes a los 87 a?os v¨ªctima de un infarto, seg¨²n ha informado la p¨¢gina web de la Volvo Ocean Race.

En esa imagen colgada en el Museo de la regata en Alicante, Conny mira al cielo, rodeado de sus compa?eros de aventura. Es 1982 y acaba de ganar la Whitbread Round the World, hoy Volvo, por segunda vez consecutiva a bordo del holand¨¦s Flyer. Es historia. Es el primer patr¨®n que lidera dos veces a los suyos a ser los m¨¢s r¨¢pidos alrededor del globo. Nadie ha igualado hasta hoy su ¨¦xito. Sus ojos est¨¢n inundados de esa felicidad¡­ y la de sentirse vivo. En la segunda etapa sufri¨® un ataque al coraz¨®n en mitad de la nada, a d¨ªas del puerto m¨¢s cercano, y oblig¨® a sus tripulantes a que lo mantuvieran en secreto hasta el final de la competici¨®n, hasta la victoria.

Estuvo interno en un sanatorio en los sesenta, enfermo de tuberculosis. Al salir impuls¨® un negocio el¨¦ctrico y a los 45 a?os se entreg¨® al mar

Van Rietschoten (R¨®tterdam, 23 de marzo de 1926) cumpli¨® el sue?o de su padre, que siempre hab¨ªa querido cubrir una gran regata alrededor del mundo, sin tener posibilidad de conseguirlo. Hab¨ªa le¨ªdo acerca de esta Whitbread Round the World y fue su manera de cambiar de vida. Estuvo un a?o interno en un sanatorio suizo en los sesenta, enfermo de tuberculosis, y al salir impuls¨® un negocio familiar de ingenier¨ªa el¨¦ctrica, Van Rietschoten & Houwens. A los 45 a?os se retir¨® y se entreg¨® al mar.

Nadie le conoc¨ªa en la salida de la regata en Portsmouth en 1977, ni siquiera entre sus compatriotas. Pero venci¨® a las otras 15 embarcaciones a bordo del Flyer I, un barco holand¨¦s de dise?o americano, y repiti¨® haza?a en la edici¨®n siguiente (1981-82) con el Flyer II. Fue entonces cuando se jug¨® la vida. Navegaba entre Auckland y el Cabo de Hornos, cuerpo a cuerpo con su gran rival, el Ceramco New Zealand del gran Peter Blake, y perdi¨® la conciencia. Hab¨ªa sufrido un infarto con 55 a?os en medio del Pac¨ªfico Sur y estaban a 10 d¨ªas del puerto m¨¢s cercano. Pero Conny, cabezota y seguramente irresponsable, hizo prometer a sus muchachos que nadie m¨¢s conocer¨ªa su enfermedad. No quer¨ªa dar ventaja a ninguno de sus rivales. Van Rietschoten pensaba m¨¢s en la victoria que en su vida. Ni siquiera dej¨® al m¨¦dico consultar con un cardi¨®logo de otro barco¡­ el Ceramco de Peter Blake.

¡°Los neozelandeses nos estaban pisando los talones. De haber sabido de mi problema de salud, hubieran empujado a¨²n m¨¢s su barco¡±, record¨® despu¨¦s. As¨ª se convirti¨® en leyenda como el ¨²nico patr¨®n en ganar dos veces la regata, y el ¨²nico holand¨¦s hasta ahora en conquistar el trofeo. Pero su legado no solo es este pedazo de historia. Conny empuj¨® la vela al profesionalismo gracias a la preparaci¨®n y gesti¨®n de sus proyectos. En 1981 no naveg¨® con amateurs, sino que se anticip¨® al futuro y seleccion¨® navegantes profesionales de todo el mundo, entre ellos algunos j¨®venes que luego escribir¨ªan sus propias aventuras, como Grant Dalton.

¡°El origen de nuestras carreras fue Conny. ?ramos j¨®venes, incansables, no nos hab¨ªamos puesto a prueba, y Conny nos dio la oportunidad. Nos dej¨® ser nosotros mismos, a veces nos guiaba, a veces era duro con nosotros. Nos ense?¨® c¨®mo iban a ser las cosas en el futuro e introdujo una visi¨®n empresarial en la vela oce¨¢nica. Era sin duda un pionero¡±, ha comentado hoy Dalton. ¡°Su foto la tengo colgada al lado de la de Peter Blake y siempre estar¨¢ ah¨ª¡±. Hoy, el trofeo Conny van Rietschoten premia cada a?o al mejor navegante holand¨¦s, en honor al marinero que mir¨® a la muerte de frente y venci¨®.