El bendito aburrimiento de los Spurs
Duncan, Parker y compa?¨ªa cometen el peor de los pecados: el pecado de la regularidad
Muchos aficionados al baloncesto les dir¨¢n que el problema de los Spurs de San Antonio es que son aburridos. Esa gente se equivoca. Los Spurs no son aburridos. De hecho, si te sientas a ver a los Spurs de San Antonio, lo primero de lo que te das cuenta es de lo poco aburridos que son. El equipo siempre juega un estilo de baloncesto con un ritmo r¨¢pido que se acerca a la elegancia en su ejecuci¨®n, en el que todo son pases, movimientos fluidos y pensamiento coordinado.
Pero la mayor¨ªa de la gente no se sienta a ver a los Spurs, por lo que la mayor¨ªa de la gente nunca sabr¨¢ si los Spurs son aburridos o no. Eso se debe al verdadero problema al que se enfrentan los Spurs de San Antonio. En una ¨¦poca que abraza la fugacidad y la poca visi¨®n de futuro, los Spurs han cometido el peor de todos los pecados: el pecado de la regularidad.
Y una vieja m¨¢xima sobre la NBA establece que lo mejor de ¡°la Liga¡±, como la llaman sus miembros, es que siempre hay otro partido. Si pierdes en Detroit, ?no te preocupes! Est¨¢s a punto de jugar en Milwaukee. Bueno, parece que el resto del mundo ha estado escuchando las charlas pospartido en las que se acepta este t¨®pico junto con los an¨¢lisis de fallos defensivos (pasados por alto) y las advertencias de mantenerse fuera del registro de la polic¨ªa (tambi¨¦n pasadas por alto). En el mundo actual en general, nada dura. Ni las noticias, ni las estrellas del pop y ni siquiera el cierre de tu bolso de mano, que deber¨ªas cambiar, por cierto. Estamos atrapados en lo ¨²ltimo, o en lo m¨¢s fant¨¢stico. Sospechamos de todo lo viejo y estamos preparados para algo nuevo. Y siempre tenemos prisa por pasar de lo uno a lo otro.
Todo se habr¨¢ acabado dentro de poco: la vida, la coordinaci¨®n y la capacidad pulmonar de Tim Duncan. Que es la raz¨®n por la cual deber¨ªamos dejar de llamar aburridos a los Spurs
Y en este cenagal de oportunismo, criticamos a un equipo de baloncesto que parece que lleva siendo m¨¢s o menos el mismo desde que Nixon fue a China. No es extra?o que la gente piense que los Spurs son aburridos. Tim Duncan, Manu Gin¨®bIli, Tony Parker: llevan m¨¢s tiempo juntos que Facebook. ?Qu¨¦ son, como mi padre?
El d¨ªa en que (probablemente) lean esto, cumplir¨¦ 36 a?os. De acuerdo con la mayor¨ªa de los criterios racionales, tener 36 a?os no es ser precisamente viejo. Pero la edad es complicada, especialmente la m¨ªa: hago de puente entre la ¨¦poca anterior y posterior a Internet, lo que hace que parezca mayor de lo que soy (y hoy parezco bastante mayor, al menos a m¨ª me lo parece.)
Pensar¨¢n, dada mi avanzada edad, que s¨¦ reconocer algo bueno cuando lo veo y que puedo apreciar a los Spurs. Pero soy tan culpable como el tipo de al lado. Tambi¨¦n me ha infectado el virus de la inmediatez. Cuando pienso en ver jugar a los Spurs, surge el siguiente pensamiento tan sistem¨¢ticamente como la secuela de una pel¨ªcula de acci¨®n taquillera: ¡°Son buenos, podr¨ªa verlos la pr¨®xima vez¡±. Los Spurs siempre han estado ah¨ª. ?Por qu¨¦ no iban a estar ah¨ª siempre?
Pues porque nada va a estar ah¨ª siempre. Ni mi juventud, ni mi capacidad para dar volteretas, ni tampoco Gregg Popovich y los Spurs de San Antonio. Todo se habr¨¢ acabado dentro de poco: la vida, la coordinaci¨®n y la capacidad pulmonar de Tim Duncan. Que es la raz¨®n por la cual deber¨ªamos dejar de llamar aburridos a los Spurs. Y limitarnos a verlos, mientras podamos.
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