Rudy se eleva entre la espesura

El Madrid parece condenado a ganar. M¨¢s destemplado que nunca, entre el agotamiento y la dosificaci¨®n, con m¨¢s carpinter¨ªa que ebanister¨ªa y presa de su racha de imbatibilidad, el conjunto blanco sufri¨® la intemerata para superar un aplicado CAI, que tambi¨¦n sucumbi¨® en el intento de ser el primer equipo de Europa en parar a la m¨¢quina blanca. La 27? victoria consecutiva de los de Laso llev¨® la firma de Rudy Fern¨¢ndez que con 21 puntos y un inspirado tercer cuarto sac¨® a su equipo del atolladero en espera de tardes m¨¢s inspiradas.

En su gira triunfal, llegaba el Madrid al pabell¨®n Pr¨ªncipe Felipe de Zaragoza, el escenario de la conquista de su octava Copa de Europa el 13 de abril de 1995. Casi 19 a?os despu¨¦s de aquella coronaci¨®n, el conjunto blanco vive sus d¨ªas m¨¢s felices y abarrota pabellones (10.853 espectadores en esta ocasi¨®n) con un equipo que presume de un equilibrio perfecto e imperturbable en espera de las batallas por la gloria. Los de Laso se han preocupado tanto por mantener el hambre competitiva que han multiplicado su voracidad, pero al tiempo se han visto inmersos en una secuencia hist¨®rica que ahora no le permite respiros. Han ganado 88 de sus 103 ¨²ltimos partidos (sumando los 76 que disputaron la temporada pasada y los 27 de su actual r¨¦cord de imbatibilidad). Tan solo 15 derrotas en los ¨²ltimos 15 meses de competici¨®n. Excelencia a un ritmo fren¨¦tico. Solo en dos ocasiones han anotado menos de 75 puntos (ante Estudiantes y Joventut) y solo en otras dos han encajado m¨¢s de 80 (ante Murcia y Barcelona). En tierras ma?as estiraron la secuencia.

Ante el CAI, en la reedici¨®n de la pasada semifinal de Liga, Laso modific¨® sus quinteto de cabecera y dio entrada a Mejri por Bourousis para equilibrar la contabilidad de cent¨ªmetros en la pintura. Los 2,17 metros del tunecino ten¨ªan el encargo de sujetar los 2,16 de Shermadini, pero no funcion¨® el plan y se le torci¨® la tarde al l¨ªder. Los p¨ªvots locales anotaron 17 de los 19 puntos del conjunto de Ab¨®s en el primer cuarto y anunciaron batalla. Los rebotes ofensivos y el impulso de la conexi¨®n georgiana entre el propio Shermadini y Sanikidze dieron el mando a las fichas rojas y cargaron de faltas a las torres blancas (15-10, m. 7). Replic¨® el Madrid desde el per¨ªmetro y con un triple de Carroll y otro de Rudy complet¨® un parcial de 4-10 que equilibr¨® el marcador en un santiam¨¦n. Pero nunca lleg¨® su despegue.

Con decisi¨®n, vigor y descaro, el CAI se lanz¨® al intercambio de golpes con las primeras dianas de Rudez y Roll, mientras Laso aceleraba los ritmos de su rotaci¨®n para minimizar el desgaste de un calendario saturado de partidos y viajes con m¨¢s de 5.000 kil¨®metros recorridos en la ¨²ltima semana. Llompart midi¨® la fatiga del l¨ªder subiendo las revoluciones del partido y sostuvo la apuesta local. El Madrid estaba pesado y espeso, sin piernas ni inventiva para instaurar una de sus habituales revoluciones con las que destartalan y decantan los partidos. En los primeros 20 minutos, el CAI ganaba el cap¨ªtulo de rebotes (17-14), perd¨ªa menos balones (4-6) y doblaba en asistencias (8-4) a su rival, pero aun as¨ª perd¨ªa de dos puntos (36-38).

Ninguno de los jugadores del Madrid se acercaba a su mejor versi¨®n, las posesiones de los blancos eran inusualmente largas y pastosas y su defensa no encontraba la f¨®rmula de contener a Shermadini. Rudy fue el primero en alcanzar los 10 puntos en el conjunto de Laso y lo hizo en el minuto 25. El l¨ªder no encontraba ni el ritmo ni el pulso, Mirotic fallaba lanzamientos f¨¢ciles bajo el aro, Bourousis desment¨ªa su estado de gracia, Llull no encontraba su esprint y Sergio Rodr¨ªguez se vest¨ªa por una vez de paisano. Quedaban 10 minutos por delante y empezaba un partido nuevo (54-54, m. 30).

Lo gan¨® Rudy. Un dos m¨¢s uno de Felipe y ocho puntos consecutivos del escolta mallorqu¨ªn, con dos triples, sellaron un parcial de 3-11 y dejaron tiritando al CAI (57-67, m. 36). El v¨¦rtigo y las p¨¦rdidas de bal¨®n condenaron a los de Ab¨®s, secos ante el aro durante siete minutos en ese tramo. Cuando despertaron, lograron bajar la diferencia a cuatro puntos y Tabu desperdici¨® la posesi¨®n que les pudo colocar a dos, pero lleg¨® tarde su reacci¨®n. No perdon¨® este Madrid de r¨¦cord que sell¨® entre la espesura su 27? victoria consecutiva.