Entrenadores en los equipos equivocados
Imag¨ªnense que est¨¢n en el gimnasio, buscando en su lector de MP3 con la esperanza de encontrar la m¨²sica perfecta para la sesi¨®n de entrenamiento del d¨ªa. No parece que nada les inspire, por lo que eligen algo al azar y empiezan a correr, a levantar pesas o a mirar fijamente los traseros del sexo opuesto, lo que sea que vinieron a hacer al gimnasio. Pero la m¨²sica no es exactamente la adecuada. O bien se encuentran en un espacio mental equivocado o bien la copia pirata de Faith de George Michael que se descargaron hace seis a?os no era la adecuada para este lunes por la ma?ana.
Ese es el estado de los entrenadores en la NBA este a?o. No es que los entrenadores sean malos. De hecho, la NBA de este a?o presenta, en su conjunto, la mejor colecci¨®n de habilidad para entrenar que se recuerde. El problema es que todos los entrenadores adecuados est¨¢n entrenando a todos los equipos equivocados.
Algunos t¨¦cnicos de la NBA no encajan en los conjuntos que dirigen. ?Y si los pudi¨¦ramos cambiar?
A los Bulls de Chicago les entrena Tom Thibodeau, a quien este comit¨¦ de una persona incluye entre los cinco mejores entrenadores de la NBA. El talento de Thibodeau se est¨¢ malgastando en unos Bulls que van a la deriva gracias al tatarabuelo de Derrick Rose, que decidi¨® fecundar a la tatarabuela de Rose a pesar de que sab¨ªa que ten¨ªa una rodilla d¨¦bil y que lastrar¨ªa a las generaciones futuras con una tendencia a destruir una franquicia de baloncesto.
Mientras tanto, los Warriors de Golden State, que cuentan con una de las plantillas de m¨¢s talento de la NBA, est¨¢n dirigidos por uno de los peores entrenadores de la NBA, Mark Jackson, cuyas dos virtudes apreciables son mirar fijamente a los ¨¢rbitros y decir cosas superfluas como ¡°?Tenemos que jugar m¨¢s duro!¡± en los corrillos.
Ahora, imag¨ªnense que pudi¨¦semos intercambiar a los dos hombres. Si a los Bulls les di¨¦semos a Jackson, cambiar¨ªan pocas cosas excepto el margen de derrota. Pero si pusi¨¦semos a Thibodeau a cargo de Golden State, estar¨ªamos hablando de los Warriors como posibles campeones de la Conferencia Oeste. Esto no solo es v¨¢lido en el caso de los Warriors y de los Bulls. En Houston, Kevin McHale dispone de la que podr¨ªa ser la tercera mejor plantilla del Oeste. Sin embargo, su equipo sigue flaqueando, posiblemente porque McHale es, en el mejor de los casos, un entrenador del mont¨®n de la NBA. Imaginen que se cambia con el entrenador de los Celtics, Brad Stevens, que al menos parece capaz de encontrar el extremo de la pizarra donde se sujeta el rotulador. Y la lista sigue. En Dallas est¨¢n desperdiciando a Rick Carlisle; ?y qu¨¦ pasar¨ªa si estuviese en Brooklyn en lugar de Jason Kidd, que se pasa el tiempo en la banda buscando nuevas maneras de parecer pasmado?
Los equipos que se encuentran entre los mejores ser¨ªan mucho mejores de lo que son, los Heat de Miami no parecer¨ªan invencibles y esta temporada ser¨ªa much¨ªsimo m¨¢s interesante de lo que es. Por desgracia, no va a suceder, al menos no este a?o. Los equipos de la NBA no tienen fama de traspasar entrenadores en mitad de temporada. Alg¨²n d¨ªa, sin embargo, los entrenadores de la NBA encajar¨¢n con sus equipos, aunque solo sea por casualidad. Y cuando lo hagan, nos alegraremos gracias a a?os como este. Es m¨¢s f¨¢cil entender que algo est¨¢ bien cuando est¨¢ mal con tanta frecuencia. Mientras, no nos queda otra que seguir siendo pacientes con Mark Jackson, con Kevin McHale y con Jason Kidd. Y con George Michael.
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