La posici¨®n atrevida de Costa

La posici¨®n de Diego Costa, en punta, a la misma altura que Villa, delat¨® las intenciones de Diego Pablo Simeone, m¨¢s atrevido que en los dos partidos de la Supercopa. En esas dos citas, Costa fue un falso interior derecho cuando el Barcelona tuvo la pelota. Incluso durante la semana, Simeone hab¨ªa ensayado ese plan. Finalmente opt¨® por no sacrificar demasiado en defensa a un jugador que le capitaliza casi toda la ofensiva. No quer¨ªa Simeone alejarlo demasiado del ataque por el momento de forma por el que atraviesa. Arriba, pele¨®n como siempre, no pudo desequilibrar, aunque siempre fue una amenaza, m¨¢s por su constancia que por lo que gener¨® con la pelota y con sus carreras.

Empez¨® bien Costa, con un robo de bal¨®n a Busquets cuando no se hab¨ªa cumplido el minuto de juego que encendi¨® a la grada, donde poco antes se hab¨ªa recogido un mosaico en el que se pod¨ªa leer Atleti aplasta. Se fue el goleador rojiblanco hacia el ¨¢rea, cabeza abajo, desafiando a toda la defensa azulgrana para morir en la frontal del ¨¢rea. Esa secuencia se dio en varias ocasiones, quiz¨¢s demasiadas. Nunca combin¨® Costa en esas arrancadas, casi siempre con la cabeza abajo, lo que en alguna ocasi¨®n le impidi¨® ver algunos desmarques buenos de Villa. Que no est¨¢ El Guaje en su mejor momento salta a la vista, que los goles son su medida y no explota, tambi¨¦n, pero que ni Costa ni sus compa?eros le reparten todo el juego que quisiera tambi¨¦n sucedi¨®. Se le vio desesperado y hasta irritado con algunas de esas jugadas en las que corri¨® al espacio y no le dieron el bal¨®n, principalmente su pareja de ataque, que sobre todo en el primer tiempo pec¨® de individualismo.

En la ocasi¨®n m¨¢s clara que tuvo Costa, una contra de Arda, se vio esa ¨²nica v¨ªa que finalilzaba siempre. El mediapunta turco, extraordinario con la cintura en varias jugadas, en especial una al inicio del encuentro, ten¨ªa por su izquierda al delantero, y por la derecha corr¨ªa Villa. La pelota la envi¨® al otro lado y el hispano-brasile?o solt¨® un zurdazo cruzado que se fue desviado a la izquierda de Vald¨¦s. En el otro lado del ¨¢rea, Villa primero se enoj¨® y luego lament¨® que el remate de su pareja en ataque no entrara. Con todo, el partido de Arda fue extraordinario por c¨®mo aguant¨® muchas veces la pelota y c¨®mo sali¨® airoso a golpe de regate de situaciones muy complicadas. Incluso pudo marcar en una media tijera que caz¨®.

Sostenido el Atl¨¦tico tambi¨¦n por Gabi, imperial en los cruces y en las coberturas, Costa sigui¨® faj¨¢ndose arriba, aunque pocas veces pudo ser lanzado a la carrera. Forz¨® un c¨®rner por pele¨®n y baj¨® una pelota con el pecho en el ¨¢rea que gener¨® peligro. Esta vez no fue decisivo, aunque su trabajo fue incuestionable. Fue a presionar hasta a la sombra de Vald¨¦s en los ¨²ltimos instantes del partido, y baj¨® a defender el ¨²ltimo c¨®rner que sac¨® el Barcelona, aunque se fue sin marcar a un rival contra el que no se ha estrenado. Tampoco se meti¨® en fricciones pese a que el partido tuvo mucho voltaje. Si acaso fall¨® por ese empe?o en querer resolver ataques por su cuenta cuando ten¨ªa otras opciones que no vio.