Messi cierra el c¨ªrculo
Al contrario que el a?o pasado en el Calder¨®n, cuando quiso jugar y se march¨® cabreado y lesionado, La Pulga comienza desde el banquillo y solo disputa el segundo tiempo
El 12 de mayo del a?o pasado el Bar?a salt¨® al Manzanares como campe¨®n de Liga porque un empate del Real Madrid en Cornell¨¤ la noche antes le hab¨ªa dado matem¨¢ticamente el t¨ªtulo. Messi, aquella tarde, fue titular, y no ser¨¢ porque no trataron de convencerle de lo contrario. A Leo le instaron a que se quedara sentado en el banco al lado de Vilanova pero no hizo ni caso. ¡°Leo, no vale la pena, hace mucho calor, est¨¢s tocado y ya somos campeones¡±, casi le rogaron. Los 88 puntos le bastaban y eliminados de la Copa y de la Champions, todo el pescado de la temporada estaba ya vendido. Messi se empe?¨® en jugar y nadie se atrevi¨® a llevarle la contraria, as¨ª que jug¨® los que fueron los ¨²ltimos minutos de la temporada. Result¨® que se fue haciendo mutis por el foro, lesionado, dejando al equipo con diez con 1-0 en el marcador, porque ya se hab¨ªan hecho los tres cambios.
Leo intervino con un par de acciones desequilibrantes: un cabezazo fuera y un tiro desviado por Courtois
Leo arremeti¨® con todo lo que encontr¨® a su paso su paso al llegar al camerino visitante del Manzanares, cabreado como nadie la hab¨ªa visto, culpando a todos y a todo de su desgracia. A todos menos a su tozudez, claro. Ni Juanjo Brau, su entonces fisioterapeuta de confianza, pudo calmarle y hacerle entrar en raz¨®n. Puede que fuera esa tarde cuando su amigo entendi¨® que algo se hab¨ªa roto en su relaci¨®n de confianza. Ayer, Brau no viaj¨® a Madrid, pero, a diferencia de aquella tarde, Messi hizo caso al entrenador y a los servicios m¨¦dicos del club con los que se reuni¨® por la ma?ana. Habl¨® con ellos y entendi¨® que despu¨¦s de todo, lo mejor era quedarse en el banquillo, donde tambi¨¦n se sent¨® Neymar, pero por otras razones. Leo parece que ha aprendido a escuchar.
La imagen de las dos estrellas en el banquillo del Manzanares dio la vuelta al mundo y al tiempo, llen¨® de credibilidad y agrand¨® la autoridad sobre el vestuario de Martino partiendo de un principio b¨¢sico de justicia: todos son iguales a sus ojos. El Tata, claro, le dio muchas vueltas a la decisi¨®n de dejar fuera al mejor jugador del mundo pero al final hizo caso a una reflexi¨®n, que verbaliz¨® la noche del viernes, y que atiende a la fecha del partido: ¡°Estamos en enero, no en abril y queda demasiado como para no cuidarle¡±, avis¨®. Tiempo habr¨¢, y El Tata lo sabe bien, de exprimirle cuando llegue la hora de la verdad, los momentos de extrema necesidad.
Martino sale reforzado al demostrar que todos los jugadores son iguales ante sus ojos
F¨¤bregas, de entrada, hizo de falso nueve mientras Alexis y Pedro se abrieron a banda. Nadie podr¨¢ negarle al t¨¦cnico rosarino que los tres hab¨ªan acumulado m¨¦ritos en ausencia de La Pulga para ser titulares ante los colchoneros por encima de cualquier consideraci¨®n sobre la reinserci¨®n de Leo. Messi, que en 18 partidos contra el Atl¨¦tico de Madrid hab¨ªa ganado 12 y empatado dos despu¨¦s de marcar 20 goles (14 en Liga, 17 goles), aguant¨® ayer 45 minutos de partido atado a la pata del banco. En el descanso, sustituy¨® a Iniesta, con molestias despu¨¦s de recibir un golpe en la rodilla, y ocup¨® el lugar en el campo por donde se hab¨ªa movido Cesc.
Con empate a cero y sin ocasiones claras de gol en toda la primera parte, la mera presencia del 10 sobre el c¨¦sped era de por s¨ª una carta intimidatoria de Martino sobre el tapete. A la hora de la verdad, Leo intervino lo justo para desequilibrar un par de veces, rematar un centro de Alba de cabeza, poner a prueba a Courtois con un disparo cruzado en una clara posibilidad de gol, llevarse alguna patada y presionar con la mirada a Filipe Luis. Poco m¨¢s, suficiente, seguramente, para cerrar un c¨ªrculo vital.
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