Un Levante a la italiana

A la manera italiana, el Levante sud¨®, se encerr¨® y gan¨® a un M¨¢laga desatinado en el remate. En parte por falta de punter¨ªa de sus delanteros, en parte por la agilidad del meta costarricense Keylor Navas. El Levante convirti¨® el partido en un campo de minas, interrumpido por decenas de faltas, y le bast¨® un cabezazo de Barral para alcanzar los 23 puntos. Hubo nueve tarjetas amarillas. En el M¨¢laga es una constante su escasa efectividad: hay una discordancia entre el juego generado y la concreci¨®n del mismo.

La zurda de Ivanschitz endulz¨® la vida granota. Cada centro de c¨®rner desde la derecha, a pie cambiado, era una invitaci¨®n al gol. Lo interpret¨® Barral, anticip¨¢ndose en el salto de cabeza a la zaga. El cuadro de Caparr¨®s no tuvo ning¨²n reparo en meterse en su campo resguardado por sus 11 gladiadores, tratando de salir a una contra desafinada, precipit¨¢ndose en la mayor¨ªa de los intentos por llegar a la meta de Willy, sin capacidad para preservar m¨¢s de un minuto el bal¨®n.

Inspirado por la clarividencia de Portillo, el equipo de Schuster movi¨® el bal¨®n mucho m¨¢s r¨¢pido en la segunda parte. Dispuso de ocasiones de todos los colores, entre ellas una del central Sergio S¨¢nchez, al rematar pasado el segundo palo, con el exterior de la bota derecha y levantando much¨ªsimo la pierna, en recuerdo de aquel m¨¢gico gol de Cruyff ante el Atl¨¦tico de Reina en 1973. Los codazos (uno de G¨¢mez a Barral y otro de Nikos a Samu) y las numerosas protestas ensuciaron la segunda parte. Los rebotes favorecieron al Levante, que sac¨® lustre a esta especie de catenaccio. "Nos metimos demasiado atr¨¢s", reconoci¨® Caparr¨®s. Despu¨¦s de su esfuerzo casi sobrehumano, los jugadores granota celebraron el extenuante triunfo sabiendo que vale su peso en oro para conservar la categor¨ªa. En el M¨¢laga, Schuster sigue suspirando por un goleador.