Un empate desigual

Reafirmar que el fr¨ªo atormenta las ideas, es aseverar, que una vez controlada la temperatura el riego sangu¨ªneo vuelve a recuperarse con normalidad. Ser¨ªa, as¨ª visto, una reacci¨®n autom¨¢tica, sin factores intermedios que pudieran alterar el proceso. En parte, al menos en lo que al f¨²tbol se refiere, el elemento climatol¨®gico es algo compartido entre ambos equipos, de ah¨ª que su intermediaci¨®n en cada jugador sea equitativa. Suele ocurrir, sin embargo, que los equipos se contagien o se intercambien sensaciones, no en vano al fr¨ªo no se le da esquinazo tan f¨¢cil. Por eso, cuando la Real pens¨® que lo ten¨ªa dominado dej¨® que al Getafe le encendiera un p¨²blico cabreado. Conclusi¨®n, ambos actuaron de forma similar, pero en momentos contrarios e igualaron un partido que pareci¨® escap¨¢rseles de las manos.

Y eso que no tard¨® ni cinco minutos la Real Sociedad, bien plantada en el centro del campo con Rub¨¦n Pardo, acompa?ado por Zurutuza y Vela, Griezmann y Agirretxe por delante, quiz¨¢s una de las alineaciones m¨¢s ofensivas que haya utilizado Jagoba Arrasate a lo largo de la temporada, en refrescar m¨¢s si cabe una g¨¦lida ma?ana en el sur de la capital. Vela puso el bal¨®n en la cabeza de Agirretxe para que ¨¦ste la colocase lejos de la estirada de Moy¨¢.

No supo analizar lo sucedido el Getafe cuando de nuevo Agirretxe, y de nuevo a pase de Vela (y de nuevo de cabeza) aumentaba la profundidad de su agujero. Si a alguien cabre¨® m¨¢s el gol que a un desesperado Luis Garc¨ªa, fue a un inicialmente contenido p¨²blico, que convirti¨® las animosas proclamas iniciales en dardos afilados. Pero si al fr¨ªo se le espanta con movimiento, la soflama ofensiva tampoco le va mal. Y eso es lo que le motiv¨® a un Getafe dormido, que primero con un remate de Sarabia desde fuera del ¨¢rea, y despu¨¦s con alguna internada de Pedro Le¨®n, le empez¨® a crecer la manta ante una defensa que hasta el momento aguardaba acomodada en su colcha.

Fue, sin embargo, Ciprian el que super¨® a Bravo gracias a un rechazo en un saque de esquina que el rumano acurruc¨® dentro del ¨¢rea para batir por bajo al portero chileno. Gracias al gol, los azules se metieron en un partido que hasta entonces les hab¨ªa sido ajeno. No necesit¨® m¨¢s que variar el ¨¢nimo, combinar con su ariete rumano, que hasta en dos ocasiones pudo igualar el encuentro. Se ve¨ªa venir el gol porque a la Real el calor se le fue yendo por las mangas y se olvid¨® del bal¨®n como elemento principal, limit¨¢ndose a apartarlo de su lado.

As¨ª lleg¨® el empate del Getafe, gracias a un remate de volea de Pedro Le¨®n, desaparecido hasta el momento pero que siempre guarda un golpeo en la bota. Si por algo se hab¨ªa caracterizado el partido era por ir a su aire, sin hacer mucho caso a los dos interesados. Por eso, en medio de la reacci¨®n de los azulones lleg¨® la expulsi¨®n de Borja y de nuevo el viraje inesprado para una Real que parec¨ªa conformarse con no perder el postre del men¨². La superioridad le dio moral aunque tampoco la utiliz¨® para apagar a un Getafe lanzado a por la remontada. Al final ambos se quedaron fr¨ªos, pues tuvieron calor pero no supieron aprovecharlo.