La fe del M¨¢laga fulmina al Sevilla

Vibr¨® La Rosaleda con un triunfo espl¨¦ndido, forjado en la lucha y la entrega sin l¨ªmites de los jugadores de Schuster, favorecidos por las debilidades defensivas del Sevilla. Gan¨® el M¨¢laga un partido muy disputado, vital para sus intereses, que demuestra que, con frecuencia, la necesidad se impone en el f¨²tbol. El Sevilla comenz¨® dormido, reaccion¨® en la segunda mitad gracias a su pegada y se entreg¨® cuando m¨¢s f¨¢cil lo ten¨ªa.

Los de Emery jugaron a arreones y no fueron de verdad a por el triunfo. Con un poco m¨¢s de fe, esa que le sobr¨® al M¨¢laga, les hubiera bastado para ganar en La Rosaleda. Se vieron superados por el ¨ªmpetu de jugadores como Duda, fant¨¢stico, o el empuje del debutante Amrabat. El Sevilla jam¨¢s dio sensaci¨®n de ser un equipo que aspira a la cuarta plaza. Respira mucho el M¨¢laga. Tambi¨¦n Schuster, que por momentos lleg¨® a perder los nervios en la banda en un final tumultuoso que empa?¨® la disputa del derbi regional. Al Sevilla de nada le vali¨® jugar con cinco zagueros para defender, al final, de forma tan desordenada.

Las distancias se acortan mucho en el f¨²tbol cuando dos equipos compiten con distinta intensidad. Al Sevilla se le presuponen, por el talento y la holgura de su plantilla, m¨¢s prestaciones que al M¨¢laga. Sin embargo, cualquier posibilidad de superioridad de los de Emery qued¨® fulminada de inicio por un elemento definitivo. Fue la vitalidad exultante del equipo de Schuster, que encar¨® el partido como si se tratase de una final, con la pierna dura y el colmillo afilado. Una agresividad bien entendida en Tissone y Camacho que paraliz¨® las acciones de un Sevilla ap¨¢tico, sin nervio, lleno de dudas. Un Sevilla que Emery configur¨® con tres centrales y dos carrileros que, adem¨¢s, ni defendieron ni atacaron.

Dominador de cada bal¨®n dividido y mucho m¨¢s vivo, el M¨¢laga se merend¨® a un Sevilla incapaz con un inicio arrollador y una primera parte en la que los hispalenses no olieron el bal¨®n. Rakitic y Reyes se vieron superados por el ¨ªmpetu de los locales, a los que, no obstante, le cuesta un mundo hacer gol. Por eso el M¨¢laga cont¨® con la colaboraci¨®n de Coke, quien cay¨® dos veces en un minuto en un error imperdonable para un zaguero. Se dej¨® coger la espalda con facilidad para cometer un penalti bastante ingenuo. Marc¨® Duda para poner por delante de forma merecida a su equipo.

Reaccion¨® Emery con dos cambios y el Sevilla, en dos zarpazos, se puso por delante. Irrumpi¨® entonces la fe del M¨¢laga, con Duda imponente y el banquillo aportando, como demostr¨® el golazo de Samu. El Sevilla, en mala racha, qued¨® hecho trizas. Su figura se descompuso debido a sus errores en defensa y los bandazos de su entrenador. El equipo sevillista se descuelga de la pelea por los puestos europeos cuando m¨¢s intenso parec¨ªa. Las paradojas de un equipo que no acaba de despegar.