La redenci¨®n de la oveja perdida

¡°Siempre perdona a tus enemigos; no hay nada que les enfade m¨¢s." Oscar Wilde
Si uno de vosotros tiene 100 ovejas y se pierde una, ?qu¨¦ haces?, pregunt¨® Jes¨²s a sus seguidores, seg¨²n el evangelio de San Lucas. Pues dejas las otras y vas a buscar a la perdida. Y cuando la encuentras te la cargas sobre los hombros y vuelves a casa y les cuentas la historia, feliz, a tus amigos y vecinos. ?El significado de la par¨¢bola? F¨¢cil. ¡°Os digo que as¨ª tambi¨¦n habr¨¢ m¨¢s alegr¨ªa en el cielo por un solo pecador que se arrepienta, que por 99 justos que no¡±.
Las palabras de Jes¨²s son especialmente apropiadas al concluir una semana en la que dos famosos personajes ¡ªuno conocido en Espa?a; el otro, c¨¦lebre en todo el mundo¡ª tuvieron la humildad y la grandeza de seguir el ejemplo del evangelio y arrepentirse de sus pecados.
Pedro J. Ram¨ªrez, director de El Mundo durante casi tantos a?os como Jes¨²s estuvo en la tierra, exhort¨® a sus seguidores en Twitter a que siguieran los mandamientos de Joseph Pulitzer. Ram¨ªrez se conform¨® con citar al santo patr¨®n del periodismo, pero el mensaje lo pillaba hasta el m¨¢s confuso de sus lectores, hasta ¨¦l que se crey¨® lo de ETA y el 11-M. Una prensa ¡°desinteresada¡±, rezaba Pulitzer (nos recordaba Ram¨ªrez), preservar¨¢ ¡°la virtud p¨²blica¡±; ¡°una prensa c¨ªnica, mercenaria, demag¨®gica producir¨¢ con el tiempo un pueblo tan vil como ella misma¡±. Admirables piedades, pero m¨¢s admirable a¨²n que Ram¨ªrez las hubiera hecho suyas en el oto?o de su carrera. La pena, la enorme pena es que hubiese rectificado cuando sus jefes ya hab¨ªan tomado la decisi¨®n de despedirle. Seg¨²n cuentan, hoy es su ¨²ltimo d¨ªa al mando. Justo cuando ve la luz y abandona el lado oscuro, cuando por fin se presenta la oportunidad de aportar lo suyo para reducir la vileza y aumentar la virtud de la ciudadan¨ªa espa?ola, se va.
El objetivo del rival no fue venir aqu¨ª a jugar un buen f¨²tbol, ni ganar; fue venir a llevarse un punto" Jos¨¦ Mourinho
Se alegrar¨¢n en el cielo pero para la tierra ya es demasiado tarde. No es el caso de Jos¨¦ Mourinho. ?l ah¨ª sigue, m¨¢s afianzado que nunca, como entrenador y jefe m¨¢ximo del Chelsea, los aficionados y el due?o del club rendidos ante sus encantos y su poder¨ªo. Lo cual quiz¨¢ explique que se sintiera con la fortaleza moral necesaria esta semana para renunciar a los art¨ªculos de fe que le han servido de gu¨ªa espiritual a lo largo de una carrera que empez¨® en el anno domini 2000. La epifan¨ªa la tuvo inmediatamente despu¨¦s de empatar 0 a 0 en casa el lunes contra el West Ham. Este fue su mensaje a los fieles:
¡°Es muy dif¨ªcil jugar un partido de f¨²tbol cuando solo un equipo quiere jugar. Muy dif¨ªcil. Un partido requiere que los dos equipos jueguen. En este partido hubo un equipo que jugaba, otro que no. Esto no es la Premier League. Esto no es la mejor Liga del mundo. Estaban simulando lesiones, haciendo trampas. El portero perdiendo tiempo no desde el minuto 70, sino desde el primero. Diez defensas en el ¨¢rea. Muy b¨¢sico¡ El objetivo del rival no fue venir aqu¨ª a jugar un buen f¨²tbol, ni ganar; fue venir a llevarse un punto¡±.
La pena en este caso fue que en su respuesta el entrenador del West Ham, Sam Allardyce, no estuviera a la altura de hombre nuevo portugu¨¦s. Dijo algo que m¨¢s bien recordaba al viejo Mourinho, el que se mofaba de los rivales, el que andaba perdido antes de que el buen pastor lo rescatara. ¡°No lo soporta, ?eh? ?No lo soporta!¡±, exclam¨® Allardyce, soltando una carcajada. ¡°Que diga lo que quiera. No me importa una mierda, la verdad¡±.
El irredento Allardyce, cuyo equipo lucha a muerte para no descender, seguir¨¢ predicando el mensaje del otro Mourinho, aquel cuyos Real Madrid e Inter jugaban contra el Barcelona como el West Ham el otro d¨ªa contra el Chelsea. Pero ya no. El pecador se arrepinti¨®. Se convirti¨® al mundo de los justos y ma?ana veremos los frutos, ma?ana veremos un espect¨¢culo de f¨²tbol alegre y abierto cuando el Chelsea viaje al norte de Inglaterra a jugar contra su rival directo para el campeonato, el Manchester City. Sonar¨¢n las campanas. Habr¨¢ alegr¨ªa en el cielo.
A no ser, claro, que esa maldita oveja se vuelva a perder otra vez.
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