La defensa de los Seahawks destroza a los Broncos y las aspiraciones de Manning
Los de Seattle se alzan con el trofeo de Super Bowl al vencer 43-8 al equipo de Denver
El pasado verano, durante una de las concentraciones de los Seahawks de Seattle, su quarterback, Russel Wilson, les cont¨® a sus compa?eros c¨®mo su padre, fallecido hace cuatro a?os por una complicaci¨®n derivada de la diabetes, siempre le dec¨ªa: ¡°?Russ, por qu¨¦ no t¨²?¡±, para animarle cuando sus esperanzas de poder jugar en esa posici¨®n flaqueaban. Esa misma pregunta se la traslad¨® al resto de los jugadores: ¡°?Por qu¨¦ no nosotros?¡±, de cara a sus metas para la temporada. Este domingo, la consigna se hizo realidad y los de Seattle se alzaron con su primera final del Super Bowl, arrasando a los Broncos de Denver. Su victoria 43-8, no solo escenific¨® el triunfo de la mejor defensa de la liga sobre el mejor ataque, sino que cerr¨® a Peyton Manning, el mariscal de campo de los de Denver, el paso franco hacia el Olimpo de la NFL.
El origen de la debacle de los Denver estuvo en los instantes iniciales del encuentro
La carrera de Manning y los impresionantes n¨²meros de esta temporada, fijando nuevos r¨¦cords de pases en la historia de la liga de f¨²tbol profesional de EE UU- 55 de touchdowns y 5.477 (casi cinco kil¨®metros) yardas avanzadas con sus lanzamientos-, eran, a priori, los principales factores de presi¨®n para que el quarterback de Denver no pudiera apuntalar definitivamente su leyenda con una nueva Super Bowl ¨Cya gan¨® otra con los Colt de Indian¨¢polis es 2007-. El domingo, en el estado MetLife de Nueva Jersey, a la presi¨®n interna de Manning, los Seahawks sumaron la intimidaci¨®n de su avasalladora defensa. La trayectoria del quarterback de 37 a?os es irreprochable pero un curr¨ªculum con dos finales perdidas y una sola ganada es una sombra embarazosa.
El origen de la debacle de los Denver estuvo en los instantes iniciales del encuentro. Manning no alcanz¨® a atrapar el pase de snap del centro Manny Ram¨ªrez. El quarterback de los Broncos, un estudioso incansable del equipo rival, que devora v¨ªdeos, escudri?a jugadas, las crea y las gestiona, nunca previ¨® un comienzo as¨ª, quiz¨¢s porque nunca hasta entonces una final del Super Bowl se hab¨ªa inaugurado con una jugada de Safety. El error no s¨®lo le cost¨® a los Broncos los dos primeros puntos del partido, sino la entrega del bal¨®n a los Seahawks, un rev¨¦s inesperado que anquilos¨® los ¨¢nimos del equipo y del que no se recuper¨®.
El error no s¨®lo le cost¨® a los Broncos los dos primeros puntos del partido, sino la entrega del bal¨®n a los Seahawks, un rev¨¦s inesperado que anquilos¨® los ¨¢nimos del equipo y del que no se recuper¨®
Pete Carroll, el entrenador de los de Seattle, ten¨ªa muy claro que la clave para anular a Manning, el eje sobre el que pivota el ataque de Denver, era hacerlo sentir inc¨®modo, impedirle pensar antes de dirigir el pase. Sus jugadores ejecutaron la estrategia a la perfecci¨®n. El quarterback de los Broncos es un jugador fr¨¢gil f¨ªsicamente al que no le gusta el contacto con las defensas rivales. La de los Seahawks intercept¨® varios de sus lanzamientos y llegaron a rozarle en m¨¢s de una ocasi¨®n. -Manning ha sido presionado en 72 ocasiones a lo largo de esta temporada y solo en 20 de ellas fue capturado por un contrario-.
Los de Seattle salieron al campo a aprovecharse de los deslices que su presi¨®n provocara en los Broncos, m¨¢s de que a desarrollar su propio juego, y se ci?eron a ese gui¨®n durante la primera mitad. En la segunda, la desesperaci¨®n de los de Denver les permiti¨® disfrutar, adem¨¢s, de sus propios aciertos.
Ni los aspavientos caracter¨ªsticos de Manning, ni sus gritos ordenando jugadas con nombres en clave que var¨ªan de significado en cada jugada, permitieron arrojar un poco de claridad al ataque de los Broncos. La Defensa del Boom de los Seahaws, como ellos mismos han dado en llamar al muro compacto y sincronizado que forman Kam Chancellor, Richard Sherman, Earl Thomas y Byron Maxwell, impidieron a Denver poder jugar a trav¨¦s de pases a¨¦reos, que es como han cimentado su temible ofensiva esta temporada.
Los de Seattle salieron al campo a aprovecharse de los deslices que su presi¨®n provocara en los Broncos, m¨¢s de que a desarrollar su propio juego
Si la l¨ªnea de ataque de los Broncos fue poco menos que un espectro, durante los dos primeros cuartos del encuentro, fue su defensa la que mejor se acompas¨® en el campo. Los de Seattle se fueron al descanso ganado, pero la mayor¨ªa de sus tantos fueron goles de campo y no touchdowns, una muestra de la incomodidad a la que sometieron a su l¨ªnea ofensiva los de Denver, durante buena parte de la primera fase de la final. Hasta el segundo cuarto, cuando Marshawn Lynch anot¨® el primero de los touchdowns de Seattle. Casi al filo del intermedio, su linebacker Malcolm Smith intercept¨® un pase de Manning dirigido hacia el corredor de los Broncos, Knowshon Moreno, y se lanz¨® a una carrera de m¨¢s de 60 metros para anotar, dejando el marcador en un 15-0 para los de Seattle.
La actuaci¨®n en el intermedio de Bruno Mars y los Red Hot Chili Pepers no sirvi¨® para conjurar el juego err¨¢tico de los de Denver, que comenzaron el tercer cuarto cediendo un nuevo touchdown a los Seahawks, anotado por Percy Harvin. Esa jugada, con los ecos del pitido del tercer tiempo a¨²n audibles, unida al error de los primeros instantes del inicio del partido, apuntill¨® definitivamente las esperanzas de los Broncos,
La actuaci¨®n en el intermedio de Bruno Mars y los Red Hot Chili Pepers no sirvi¨® para conjurar el juego err¨¢tico de los de Denver, que comenzaron el tercer cuarto cediendo un nuevo touchdown a los Seahawks
La efigie en la que se transforma Manning durante los partidos, no logr¨® ocultar su frustraci¨®n, ni la incomodidad a la que le sometieron los primeros hombres de la defensa de los de Seattle. Cliff Avril, Red Bryant o Chris Clemons fueron muy superiores a Manny Ram¨ªrez y Louis V¨¢zquez, la l¨ªnea hispana de los Broncos que hab¨ªa protegido con mano de hierro a lo largo de esta temporada a su mariscal de campo.
Manning, sin embargo, no tuvo toda la responsabilidad del desastre de los Broncos. Cuando su brazo comenz¨® a entonarse, fueron los receptores los que estuvieron torpes y desacompasados con la recepci¨®n. La precisa coordinaci¨®n que el quarterback hab¨ªa demostrado con Eric Decker, Julius Thomas o Demaryius Thomas, se diluy¨® y, con ellas, las posibilidades de una improbable remontada por parte de Denver.
En el otro lado, Wilson, en su segundo a?o en la NFL y libre de la presi¨®n interna de Manning ¨Cm¨¢s all¨¢ del apremio que supone dirigir a un equipo en la final del Super Bowl con solo 25 a?os-encontraba con facilidad a sus receptores y corredores. El quarterback encontr¨® con facilidad a sus receptores, quienes tampoco ten¨ªan demasiados problemas para fajarse de sus defensores. En el tercer cuarto, Wilson conect¨® con Jermaine Kearse para el cuarto touchdown de los Seahawks. En el cuarto, Doug Baldwin recogi¨® un pase a menos de 10 yardas de la zona de anotaci¨®n del rival. La puntilla para una estrategia que, en esta ocasi¨®n, demostr¨® que el mejor ataque comienza por una buena defensa.
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