El Madrid desfigura al Atl¨¦tico
Los blancos, intensos y solidarios, abruman a un rival irreconocible y dejan casi sentenciada una eliminatoria en cuya vuelta no participar¨¢ Diego Costa, amonestado
El Atl¨¦tico no se ha quitado todas las maldiciones que acumul¨® en las ¨²ltimas d¨¦cadas ante su vecino. Le queda la de Casillas, al que no ha derrotado en 14 a?os. Fuera por la consagraci¨®n de Iker, por el v¨¦rtigo de verse como nunca tras mucho tiempo o porque la inclusi¨®n de Diego le haya cambiado el molde, lo cierto es que por Chamart¨ªn pas¨® un equipo irreconocible, sin una sola de las virtudes que ha inoculado bajo el bast¨®n de mando de Simeone. De principio a fin, el Atl¨¦tico fue abrumado por un Madrid muy solidario, con el partido grapado en sus entra?as desde el calentamiento. Ni fortuna tuvieron los rojiblancos, a los que la mala suerte sac¨® la lengua en dos goles.
REAL MADRID, 3-ATL?TICO, 0
Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Pepe, Ramos, Coentr?o; Xabi Alonso, Modric, Di Mar¨ªa (Illarramendi, m. 82); Jes¨¦ (Isco, m. 84), Cristiano Ronaldo y Benzema (Morata, m. 73). No utilizados: Diego L¨®pez; Marcelo, Varane y Carvajal.
Atl¨¦tico: Courtois; Juanfran, Miranda, God¨ªn, Ins¨²a; Gabi, Koke; Ra¨²l Garc¨ªa (Sosa, m. 70), Diego (Cebolla Rodr¨ªguez, m. 46), Arda Tur¨¢n (Adri¨¢n, m. 61); y Diego Costa. No utlizados: Aranzubia; Alderweireld, Tiago y Manquillo.
Goles: 1-0. M.18. Pepe. 2-0. M.58. Jes¨¦. 3-0. M. 74. Di Mar¨ªa.
?rbitro: Clos G¨®mez. Mostr¨® amarilla a Pepe, Diego Ribas, Diego Costa, Juanfran, Miranda y Simeone.
74.278 espectadores en el Bernab¨¦u. Se guard¨® un minuto de silencio por Luis Aragon¨¦s.
Fue un Atl¨¦tico desfigurado, un cuerpo extra?o cuando m¨¢s fiable parec¨ªa, l¨ªder en la Liga, despresurizado en el Bernab¨¦u tras sus dos ¨²ltimas victorias y reforzado con Diego. Con el brasile?o alistado junto a gente como Koke y Arda cab¨ªa vislumbrar a un equipo m¨¢s cari?oso con la pelota. Para nada. Los de Simeone se extraviaron sin ella y nada supieron hacer cuando de vez en cuando lograron pillarla. Si Simeone pretend¨ªa una mutaci¨®n no solo no lo consigui¨®, sino que ni siquiera fue el Atl¨¦tico de estos d¨ªas. Distinguido por ser un grupo muy cuajado en defensa e intuitivo para penalizar a sus adversarios con dardos puntuales, ante el Madrid se defendi¨® con la u?a y no tuvo dictado con el bal¨®n. Como ejemplo, cuesta recordar una peor versi¨®n de Miranda, central de lo m¨¢s convincente, que en Chamart¨ªn dej¨® un muestrario de gatillazos, con una ristra despejes dislocados. Tampoco fue la noche de Koke, ni la de nadie, incluido Diego, el futbolista elegido para mejorar la artesan¨ªa rojiblanca, despachado al descanso por Cebolla Rodr¨ªguez, cuyo perfil nada tiene que ver con el del brasile?o. La ¨²nica miga de Diego, una patada pu?etera por detr¨¢s a Cristiano Ronaldo. Hasta Courtois, tan imponente, tuvo m¨¢s de un enredo.
Con Casillas en la hamaca durante toda la noche, God¨ªn cabece¨® un centro y Modric evit¨® el 2-1
El Atl¨¦tico descarri¨® a partir del primer ideario madridista, desquiciar de inmediato a Diego Costa, al que Pepe y, sobre todo, Arbeloa ¡ªagarrones, pisotones con la pelota fuera de plano¡ª le sacudieron lo suyo. El choque tuvo mucho de suburbial, de matonismo. No es Costa un ¨¢ngel, no es de los que se van f¨¢cil a la lona y aguant¨® la zurra en un partido que a punto estuvo de encanallarse. Turbado Costa ¡ªanoche m¨¢s v¨ªctima que verdugo¡ª, el Madrid logr¨® un doble objetivo. Primero, que Casillas no se sintiera amenazado, lo que en el primer acto no ocurri¨® salvo en un cabezazo de Arda desviado por el capit¨¢n. Y segundo: limpiar al hispano-brasile?o del partido de vuelta. Bingo: una tarascada con Di Mar¨ªa ya con 2-0 le cost¨® la tarjeta que le destierra del duelo del Manzanares. Mal asunto para el Cholo, que tiene a Villa en la enfermer¨ªa.
Templada la defensa, creci¨® el Madrid, que se gan¨® el gobierno del medio campo pese a estar en inferioridad. Alonso, Modric y Di Mar¨ªa se bastaron ante los cinco centrocampistas rivales. Otra zona en la que el Atl¨¦tico se maneja habitualmente bien con su t¨¢ctica de trincheras y una presi¨®n sofocante sobre el bal¨®n. Los laterales avanzaron a medio campo, el Madrid se hizo con el dique y mantuvo tieso al Atl¨¦tico, acogotado siempre.
El equipo de Simeone se extravi¨® sin la pelota y no supo qu¨¦ hacer con ella
Con el Madrid al mando, y ambos reclamaron penaltis ¡ªde Arbeloa a Costa, de Miranda al propio Arbeloa¡ª, lleg¨® el inopinado tanto de Pepe, cuyo zapatazo iba al gallinero hasta que lo desvi¨® Ins¨²a. No hubo reacci¨®n del conjunto visitante, cogido por el pecho por un contrario mucho m¨¢s en¨¦rgico y decidido, mejor dispuesto y capaz en todas las facetas del juego. Y, para colmo del Atl¨¦tico, sin precisar de la excelencia colectiva o la de Cristiano Ronaldo.
Ancelotti ha encontrado en Modric un estupendo socio para Alonso. Ayuda en la salida del juego, tiene regate para ventilar obst¨¢culos y ha ganado en dinamismo. Modric se siente importante, ya no va de puntillas. Al otro lado de Alonso, Di Mar¨ªa, un extremo de toda la vida reciclado con ¨¦xito por el t¨¦cnico italiano. A¨²n tiene el cosquilleo propio de un delantero, con querencia a descolgarse hacia el gol, pero es tan abnegado que se amolda, cubre mucha parcela y siempre suda como una regadera. Le va cogiendo el aire a lo de ser volante. Su pase a Jes¨¦ en el segundo gol fue una delicia, propio de un diez de toda la vida. El canterano, que tiene prisa, descaro (hasta le protesta a CR) y va muy en serio, le tir¨® un desmarque entre un pelot¨®n de zagueros llegados del Manzanares. Un atajo solo imaginado por alguien que procesa el f¨²tbol de forma nada convencional, sino con su propia l¨¢mpara. Di Mar¨ªa lo vio de maravilla y la resoluci¨®n de Jes¨¦, que lleg¨® como un cohete a las narices de Courtois, fue tan instant¨¢nea que al meta belga la pelota le pas¨® bajo el lomo. Hoy, Jes¨¦ est¨¢ donde no llega Bale, que ya se ha perdido m¨¢s del 50% de los minutos de la temporada. Por ahora, la ganga es el canterano.
Como el f¨²tbol tiene mucho de accidental, de imprevisto, una jugada pudo apretar la eliminatoria. Con Casillas en la hamaca toda la noche, God¨ªn cabece¨® un c¨®rner y Modric, bajo palos, evit¨® el 2-1. Tal era el infortunio del Atl¨¦tico, que un pis-pas, como Ins¨²a al principio, esta vez fue Miranda el que meti¨® la pata. Cambi¨® la direcci¨®n de un disparo lejano de Di Mar¨ªa y Courtois otra vez superado. Un gol que pone al Atl¨¦tico a un paso de perder del trono al que ascendi¨® hace ocho meses. Y lo que puede ser peor para los de Simeone: ?Un mal par¨¦ntesis o volver¨¢n los fantasmas de un pasado no lejano?
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