Jes¨¦ hace olvidar a Bale
El canterano vuelve a marcar y se convierte en el atacante m¨¢s incisivo del equipo de Ancelotti, bien asistido por Di Mar¨ªa, el hombre del partido
Gareth Bale ten¨ªa el puesto reservado por dictamen de su entrenador, Carlo Ancelotti, pero al mediod¨ªa de ayer el gal¨¦s anunci¨® que no se encontraba bien para jugar. Bale abandon¨® la concentraci¨®n del Madrid en Valdebebas y su puesto en el equipo titular del derbi fue ocupado por el joven Jes¨¦. Sobre el papel, un suplente fijo, en el campo el delantero m¨¢s incisivo de su equipo. En uno de los encuentros m¨¢s exigentes de la temporada, Jes¨¦ destac¨® sobre el resto de sus venerables compa?eros. Por potencia, por rabia, por desborde. Llev¨® al l¨ªmite a Juanfran, Ins¨²a, God¨ªn y Miranda, y fue el autor de un tiro medido a la escuadra que oblig¨® a Courtois a estirar su mano a m¨¢s de tres metros de altura para evitar el gol en el primer tiempo. Si la baja repentina de Bale fue una mala se?al para el Madrid, la descollante actividad del muchacho result¨® alentadora en un duelo apretad¨ªsimo. Un partido trabado que se resolvi¨® en las acciones puntuales. Acciones como el gol de Pepe, de un tiro desde fuera del ¨¢rea que rebot¨® en Ins¨²a, y como el gol de Jes¨¦, una obra maestra de astucia, coordinaci¨®n, y velocidad de ejecuci¨®n.
El ¨¢rbitro se?al¨® el inicio del partido, Diego Ribas pidi¨® la pelota, y su pase filtrado a Costa fue interceptado por la defensa del Madrid. El contragolpe de Cristiano gener¨® un revuelo de camisetas rojiblancas y sembr¨® la inquietud en el equipo visitante. Hay detalles, en los primeros minutos de los grandes encuentros, que marcan todo su desarrollo. El pase fallido de Diego fue uno de esos detalles con peso de augurio porque calibr¨® el esp¨ªritu del Atl¨¦tico, equipo que precisa del formidable peso de su estado an¨ªmico para imponerse a un adversario cuya plantilla, t¨¦cnicamente tan superior, ha costado diez veces m¨¢s. A diferencia del ¨²ltimo derbi de Liga, en donde el centro del campo atl¨¦tico intimid¨® a su contraparte madridista, esta vez Xabi y Modric dejaron sentir su impacto. Entre ambos dieron 68 pases buenos en la primera parte, contra 27 de Diego, Koke y Gabi. Mala se?al para el Atl¨¦tico. Mala se?al para Diego, sustituido por Simeone al descanso por el Cebolla Rodr¨ªguez.
En uno de los encuentros m¨¢s exigentes de la temporada, Jes¨¦ destac¨® sobre el resto de sus venerables compa?eros
El p¨²blico que llen¨® el Bernab¨¦u entr¨® al campo con cautela. Dej¨® sentir pitos a Ancelotti en la presentaci¨®n de los equipos, pit¨® a Di Mar¨ªa cuando el argentino mand¨® un centro desviado, y, en general, observ¨® con suspicacia los acontecimientos. Tras el empate en Bilbao, desde el club se dejaron correr mensajes cr¨ªticos hacia el entrenador, y en el ambiente se percib¨ªa cierta suspicacia. Quiz¨¢ la espantada de Bale incidi¨® en ese desconcierto. El partido, sin embargo, se fue inclinando de forma contundente hacia el Madrid. La din¨¢mica del juego dio la raz¨®n a Ancelotti, convencido de que su esquema es el 4-3-3 y de que Di Mar¨ªa es su mejor volante izquierdo posible.
El pase que Di Mar¨ªa sirvi¨® a Jes¨¦ para el 2-0 fue la constataci¨®n de un trabajo completo. El argentino se perfil¨® como si fuera a jugar con sus centrocampistas pero meti¨® el exterior de su pie izquierdo, seco, para lanzar una pelota tensa, con freno, al medio del ¨¢rea. El pase incluy¨® un ca?o al Cebolla Rodr¨ªguez y Jes¨¦ lo intercept¨® con un desmarque de punta de oficio. Se fue hacia su izquierda encimado por Miranda y bati¨® a Courtois sobre su salida, pas¨¢ndole la pelota por debajo del cuerpo. Sin apenas ¨¢ngulo para sacar el disparo, su toque r¨¢pido, sutil, de primeras, incapacit¨® al meta para reaccionar a tiempo.
Desde hace tiempo, en el palco de Chamart¨ªn rumorean sentencias contra Ancelotti por no alinear a Isco y a Illarra, las ¨²ltimas apuestas presidenciales
Desde hace tiempo, en el palco de Chamart¨ªn rumorean sentencias contra Ancelotti por no alinear a Isco y a Illarra, las ¨²ltimas apuestas presidenciales. El t¨¦cnico, sin embargo, insisti¨® en Di Mar¨ªa. Fue la elecci¨®n pol¨ªticamente m¨¢s complicada porque ni las autoridades ni el p¨²blico la recibieron con j¨²bilo. Di Mar¨ªa, sin embargo, respondi¨® puntual. Ayer, firm¨® una asistencia y un gol con aroma de clasificaci¨®n para la final de Copa. Cuando se retir¨®, con dolores en el muslo derecho, el p¨²blico hab¨ªa olvidado todas sus cuentas pendientes con ¨¦l. Fue despedido con una ovaci¨®n. Algo menos ruidosa que la que disfrut¨® Jes¨¦, que le sigui¨® aclamado por la multitud como se despide a los viejos ¨ªdolos.
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