Bochorno del Arsenal en Anfield
El Liverpool desmenuza al l¨ªder del la Premier con cuatro goles en 20 minutos
No fue el d¨ªa del Arsenal. Un caballo desbocado le pas¨® por encima como un cicl¨®n y para cuando quiso darse cuenta su cintur¨®n de l¨ªder de la Premier, aunque en su sitio todav¨ªa, hab¨ªa perdido todo el brillo. No vislumbr¨® el conjunto que dirige Ars¨¨ne Wenger lo que se le ven¨ªa encima y pag¨® su falta tensi¨®n ante unos reds hipermotivados. No hubo acci¨®n en la que el bal¨®n no saliera del lado local, se?al inequ¨ªvoca de quien ten¨ªa m¨¢s ganas por agarrarlo.
Dos zarpazos de Skrtel, el primero en un saque de falta botado por Gerrard, que coloc¨® el bal¨®n entre la defensa y Szczesny para que el eslovaco lo empujase a la red con la espinilla cuando todav¨ªa no se hab¨ªa cumplido el primer minuto del partido, y un posterior cabezazo del central en un saque de esquina solo nueve minutos despu¨¦s, fueran la sentencia premeditada de un partido sin posible apelaci¨®n. Aturdido, despegado del bal¨®n, el Arsenal, en el que partieron de inicio Monreal, Cazorla y Arteta, no daba se?ales de advertir que lo peor aun estaba por llegar.
LIVERPOOL, 5 - ARSENAL, 1
Liverpool: Mignolet; Flanagan, Skrtel, Toru¨¦, Cissokho; Henderson, Gerrard (Ibe, m. 78), Coutinho; Sturridge (Allen, m. 68), Sterling y Luis Su¨¢rez (Iago Aspas, m. 88). No utilizados: Kelly, Jones, Luis Alberto, Victor Moses.
Arsenal: Szczesny; Sagna, Mertesacker, Koscielny, Monreal (Gibbs, m.63) ; Oxlade-Chamberlain, Arteta, Wilshere, Cazorla; ?zil (Rosicky, m. 63) y Giroud (Podolski, m. 62). No utilizados: Fabianski, Gnabry, Bendtner, Jenkinson.
Goles: 1-0. M.1. Skrtel. 2-0. M. 10. Skrtel. 3-0. M. 16. Sterling. 4-0. M. 19. Sturridge. 5-0. M. 51. Sterling (pase de Toure). 5-1. M. 68. Arteta, de penalti.
?rbitro: Michael Oliver. Amonest¨® a Wilshere, Giroud, Henderson.
Anfield. Unos 43.500 espectadores.
?zil personaliz¨® a la perfecci¨®n el fracaso de la apuesta de Wenger. El alem¨¢n, ap¨¢tico, desconectado y nada arrepentido, perdi¨® torpemente un bal¨®n ante Henderson, en una lucha en la que se meti¨® sin necesidad, y el bal¨®n lleg¨® a Su¨¢rez, que se lo cedi¨® al veloc¨ªsimo Sterling para que solo tuviera que alojarlo en la red. En cierta manera fue una sangr¨ªa. La velocidad del extremo jamaicano, una aut¨¦ntica bala, y el desborde de Sturridge, que sigue haciendo m¨¦ritos para ir a Brasil con Inglaterra, fue demoledora. La incapacidad de Sagna y Monreal para contener sus arrancadas, unida al p¨¦simo posicionamiento de Mertesacker y Koscielny en el centro de la zaga, provoc¨® que no hubiera m¨¢s que jugadores rojos merodeando su ¨¢rea.
Tampoco acertaron los gunners en el bloqueo de los disparos de media distancia y en uno de ellos Luis Su¨¢rez estuvo a punto de levantar a todo Anfield si su disparo no se hubiera topado con el poste. El uruguayo ejerci¨® m¨¢s como asistente que como definidor, y se lo agradecieron especialmente sus compa?eros. Tambi¨¦n Coutinho, liberado de la presi¨®n defensiva por un Henderson omnipresente, se movi¨® a sus anchas hasta desesperar a Wilshere, algo no demasiado complicado. El menudo brasile?o filtr¨® un pase a Sturridge y el ingl¨¦s, con la zurda volv¨ªa a superar a un Szczesny indefenso.
Ca¨ªan los goles como losas sobre el Arsenal y sobre un Wenger de rictus especialmente serio, que no acertaba a comprender como su equipo, ese que aventajaba en ocho puntos a su rival, y en cinco a Manchester City y Chelsea al inicio de la jornada, se derrumbaba sin remedio.
En ese mar de dudas volvi¨® a pesar el m¨¢s afortunado de la tarde, y Sterling, bien situado entre la defensa, volvi¨® a dejar clavados a sus marcadores para colocar el quinto tanto en el marcador. Ante la hecatombe Wenger realiz¨® los tres cambios a la vez, se?al inequ¨ªvoca que de poder haber cambiado a seis lo hubiera hecho, introdujo a Rosicky, Podolski y Gibbs. No es que cambiara demasiado el funcionamiento del equipo, si acaso Arteta gan¨® algo m¨¢s de movilidad y de tacto con el bal¨®n, pero la iniciativa sigui¨® siendo de un Liverpool al que el cuerpo le ped¨ªa m¨¢s. Esa revoluci¨®n interior llev¨® a Gerrard a derribar a Oxlade-Chamberlain dentro del ¨¢rea, y Arteta convirti¨® el lanzamiento para adornar en algo la deshonra.
A partir de ah¨ª los minutos pasaron con gloria para unos y pena para los otros. No hubo m¨¢s cambios en el marcador. El castigo para el Arsenal ya hab¨ªa encontrado su l¨ªmite m¨¢ximo. La goleada se mantuvo y eso que falt¨® el gol de Luis Su¨¢rez.
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