Keylor Navas detiene a la Real

La Real no ten¨ªa su tarde, jugando con espasmos contra un front¨®n al que no le dol¨ªan los balonazos. A¨²n as¨ª, el conjunto de Arrasate lo intent¨® con su mejor escritura posible, es decir, la de Griezmann, que escribe con pluma y tinta natural como si el f¨²tbol fuera un pergamino. Le ayud¨® despu¨¦s Carlos Vela, cuando accedi¨® en la segunda mitad al partido, otro que tira de estilogr¨¢fica y en cualquier momento dibuja un trazo que vale un potos¨ª. Entre los dos consiguieron batir a Keylor Navas, pero el cuadro, bell¨ªsimo, era falso, porque el mexicano estaba en fuera de juego y el ojo de ¨¢guila del juez auxiliar lo anul¨®. Fue la ¨²nica vez que la Real pudo batir al meta costarricense, que desde el principio le dijo a la Real que su estado de gracia contin¨²a.

Debi¨® de ser triste para Griezmann que Navas le rechazase un gran disparo y que, casi a rengl¨®n seguido, en el mismo pergamino, le repeliese un cabezazo no menos bello. Y para Agirretxe que le sacara cada mano a mano, legales o ilegales, daba lo mismo. Navas siempre estaba ah¨ª. Debi¨® de ser triste para Barral ser delantero del Levante en Anoeta, condenado a bracear en solitario en un mar lleno de barcos blanquiazules. Y para V¨ªctor Casades¨²s (exrealista) debutar como presunto delantero y actuar como primer tap¨®n defensivo. As¨ª construy¨® el Levante un empate que solo pod¨ªa ser a cero, porque el equipo de Caparr¨®s jug¨® con un reloj de arena mojada.

Tal era el p¨¢nico ante la posibilidad de perder el bal¨®n que prefiri¨® darle al bal¨®n con sa?a cuanto m¨¢s lejos mejor hasta el punto de convertir los centros en despejes por pura inercia. Tuvo la Real el partido en sus espasmos. Pero a los porteros les pagan para sacar las que van dentro y no meter las que van fuera. Y Navas justific¨® su sueldo y el empate del Levante amparado por el m¨²sculo de sus dos mediocentros (Diop y Simao), que parec¨ªan jugar a destajo.