CR cataliza la rabia

Cristiano Ronaldo interrumpi¨® su inactividad forzosa para competir en la Copa. Tard¨® 10 minutos en cerrar la eliminatoria. El tiempo que le llev¨® al Madrid resistir al primer embate del Atl¨¦tico, robarle un bal¨®n a Mario, y abrir a banda para que corriera su goleador. Cristiano se fue de Manquillo, que le derrib¨® en el ¨¢rea. El ¨¢rbitro se?al¨® el punto de penalti y la semifinal qued¨® sentenciada. El portugu¨¦s ejecut¨® el tiro peg¨¢ndolo al palo, con su habitual violencia. Aranzubia no pudo hacer absolutamente nada para detener el ob¨²s y el delantero lo celebr¨® con una morisqueta y un salto ceremonial. Bajo la silbatina que descendi¨® de las gradas, repletas de molestos aficionados rojiblancos, m¨¢s perplejos que otra cosa, ante la evidencia desagradable. El viaje al Calder¨®n les hab¨ªa valido para muy poco en una noche tan g¨¦lida que invitaba a permanecer al amparo de la calefacci¨®n.

La indignaci¨®n del p¨²blico no encontr¨® otra diana que el portugu¨¦s, a quien la gente pareci¨® responsabilizar de la penuria que sufr¨ªa su equipo

El partido tuvo un toque intrascendente desde el principio y Cristiano lo clausur¨® con el 0-1 primero y el 0-2 despu¨¦s, en una doble ejecuci¨®n desde el punto de penalti. La indignaci¨®n del p¨²blico no encontr¨® otra diana que el portugu¨¦s, a quien la gente pareci¨® responsabilizar de la penuria que sufr¨ªa su equipo. Un choque con Manquillo en una acci¨®n fortuita acab¨® por situar al goleador en la mira de toda la hinchada. Cristiano choc¨® con el lateral de la cantera atl¨¦tica sin excesivo ¨ªmpetu. Manquillo dio una vuelta de campana antes de caer de mala manera en la hierba. Lo atendieron los m¨¦dicos y dio s¨ªntomas de padecer molestias en el cuello. Cristiano se disculp¨® pero el estadio se le volvi¨® en contra con un clamor. Cuando el juez se?al¨® el descanso la rabia adquiri¨® nuevas formas. Alguien arroj¨® un mechero contra el portugu¨¦s, que recibi¨® el impacto con un gesto de dolor mientras se met¨ªa al t¨²nel de vestuarios. Cay¨® al suelo llev¨¢ndose las manos a la cabeza, en medio de un revuelo de asistentes, de guardias de seguridad, y de personal de la Cruz Roja.

A diferencia de Manquillo, que permaneci¨® en el vestuario bajo atenci¨®n m¨¦dica, Cristiano regres¨® al campo con paso firme. No tuvo la incidencia de la primera parte en un partido aletargado. El entrenador madridista, Carlo Ancelotti, asegur¨® que su jugador no acus¨® el mecherazo. "Cristiano est¨¢ muy bien", dijo el italiano. "Fue muy importante en la primera parte del partido. Marc¨® dos goles de penalti y no tiene ning¨²n problema f¨ªsico".