Diez a?os sin un Pirata ¨²nico
Marco Pantani, que muri¨® de sobredosis a los 34 a?os el 14 de febrero de 2004, represent¨® a un ciclismo que ya no volver¨¢
Si no hubiera muerto de sobredosis de coca¨ªna hace 10 a?os un San Valent¨ªn gris y solitario en R¨ªmini, junto al Adri¨¢tico, donde en invierno solo sue?an con nevadas hist¨®ricas y transatl¨¢nticos de lujo que hacen sonar sus bocinas y exhiben sus luces al pasar rozando la costa, Marco Pantani tendr¨ªa ahora 44 a?os.
Si siguiera en el mundillo ciclista quiz¨¢s ahora ser¨ªa comentarista televisivo, o quiz¨¢s guiar¨ªa un volante, un coche detr¨¢s de corredores que sabe que nunca ser¨¢n como ¨¦l en un ciclismo que nunca podr¨¢ ser como el suyo. Pero har¨ªa falta un gran ejercicio de imaginaci¨®n para conjurar esas im¨¢genes, esos oficios vulgares para el ¨²ltimo Pirata del ciclismo. Incluso har¨ªa falta excesiva imaginaci¨®n simplemente para imaginarlo vivo a¨²n. Como tantos otros genios del ciclismo, como tantos que rompieron moldes guiados por una cabeza ¨²nica, exagerada e incomprensible para los dem¨¢s mortales, por una reacci¨®n intransferible a las mismas sustancias dopantes que a otros no sacaba de la vulgaridad, por la rabia, sobre todo, Pantani, el ¨²ltimo italiano que ha ganado el Tour, estaba condenado a morir joven.
¡°Yo he sido un artesano del ciclismo, un operario duro con las ideas claras; Pantani fue un artista¡±. As¨ª le alaba Lance Armstrong, magnificando con la lupa de la memoria, con el recuerdo, la figura de su gran rival en los ¨²ltimos a?os 90 y los primeros 2000. Un homenaje que quiz¨¢s llegue demasiado tarde, un homenaje debido a un ciclista al que Armstrong insult¨® y humill¨® desde lo m¨¢s alto de su soberbia. ¡°Fue como dar margaritas a los cerdos¡±, declar¨® el tejano tras una etapa en el Mont Ventoux que gan¨® Pantani. Lo dijo para amargar y hundir en la miseria a un corredor que sac¨® pecho por haberle ganado al sprint en la cima lunar. ¡°Le dej¨¦ ganar¡±, a?adi¨® Armstrong, por si no hubiera quedado claro.
El genio italiano solo encontraba felicidad en la fuga, solitario entre las monta?as
Como el tejano que gan¨® y perdi¨® siete Tours, todo el mundo ciclista, y toda Italia, rinde homenaje estos d¨ªas a Pantani, al ciclista como ning¨²n otro, al escalador que solo encontraba la felicidad en la fuga, solitario entre las monta?as. Es como si un sentimiento de culpa global hubiera invadido a quienes pueden creer que en su momento, como ocurre en todas las tragedias, no estuvieron donde deber¨ªan estar, no hicieron lo imposible por evitar lo inevitable. Eddy Merckx, que habla ya como juez de la historia, lo ha declarado el mejor escalador de la historia, recordando, sobre todo, su ascensi¨®n r¨¦cord a Alpe d¡¯Huez en 1997, pocos meses despu¨¦s de haber soltado las muletas a las que estuvo atado un a?o tras ser atropellado por un coche en la Mil¨¢n-Tur¨ªn del 95. ¡°Quiz¨¢s solo Fuente, el Tarangu que tanto me hizo sufrir, estar¨ªa a su altura¡±.
Palmar¨¦s de Pantani
1994: 2? en el Giro de Italia y ganador de 2 etapas, 3? en el Tour y Mejor Joven de la carrera.
1995: 3? en el Campeonato del Mundo en ruta, ganador de 2 etapas del Tour y Mejor Joven de la carrera, 1 etapa en la Vuelta a Suiza, 1 etapa en el Giro de la Svizzera.
1997:?3? en el Tour de Francia
1998: 1? en el Giro de Italia, m¨¢s 2 etapas y Clasificaci¨®n de la Monta?a Jersey Rosa, 1? en el Tour de Francia y ganador de 2 etapas, Premio Azzurra de Italia.
1999:?4 etapas en el Giro de Italia
2000: 2 etapas en el Tour de Francia
En Cesenatico, su pueblo, inaugurar¨¢n este fin de semana un monumento, y all¨ª acudir¨¢n a aplaudirlo las viejas glorias y algunas j¨®venes. Estar¨¢n Gimondi, el viejo bergamasco, Chiappucci, el primer maestro del Pirata, Guerini, que tambi¨¦n gan¨® en Alpe d¡¯Huez, Moser, que hace de senador del viejo ciclismo italiano, y Nibali, quien deber¨ªa ser el pr¨®ximo italiano que gane el Tour. Y de Alemania llegar¨¢ Jan Ullrich, a quien derrot¨® en el Tour del 98 con un ataque en un Galibier helado y cubierto por la niebla que pasar¨¢ a la historia como uno de los mayores momentos jam¨¢s vividos en el Tour.
Aquel Tour del 98, el Tour Festina, tiene tanto poder simb¨®lico para resumir aquellos a?os ciclistas, los a?os de la EPO, como el propio Pantani, como el propio Ullrich, quien cay¨® m¨¢s tarde en la Operaci¨®n Puerto. Tambi¨¦n Eufemiano Fuentes ten¨ªa preparada una tabla de preparaci¨®n total para Pantani en el invierno de 2003. Era el ¨²ltimo intento, desesperado, imposible, del destrozado Pantani, de un ciclista al que su propio pa¨ªs, su propio Giro, hab¨ªa clavado un cuchillo afilado expuls¨¢ndolo por exceso de hematocrito de un Giro del 99 que ya hab¨ªa ganado pr¨¢cticamente con su estilo excesivo y ¨²nico, como su forma de ser ciclista que ya nadie repetir¨¢ nunca, seguramente.
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