Espa?a sigue en la tundra
Las estrellas solitarias no salvan el desastre end¨¦mico de los deportes invernales
Espa?a sigue en la gran traves¨ªa por la tundra como si los Pirineos y Sierra Nevada fueran una Siberia eterna. Incluso ya con la maldici¨®n del cruel cuarto puesto. Pero que Javier Fern¨¢ndez no ganara medalla en absoluto quita su m¨¦rito personal, sus dos t¨ªtulos europeos y su nivel mundial acreditado. Pod¨ªa fallar porque los detalles, no efectuar los saltos requeridos o con perfecci¨®n, son m¨¢s importantes que las ca¨ªdas. El problema va m¨¢s all¨¢ de una medalla. Es que despu¨¦s de muchos a?os era realmente la ¨²nica carta espa?ola para los Juegos invernales. Y no todos los buenos aciertan en el sitio oportuno, el d¨ªa m¨¢s deseado.
La familia Fern¨¢ndez Ochoa seguir¨¢ con su emblem¨¢tica soledad en el cuadro de honor
La familia Fern¨¢ndez Ochoa seguir¨¢ con su emblem¨¢tica soledad en el cuadro de honor. Y conviene recordar que a la historia se pasa tambi¨¦n con su dosis de fortuna. Paco se la jug¨® en el eslalon de Sapporo 72, donde hizo la carrera de su vida. Lo suyo fue una de las muchas sorpresas que se dan en los Juegos. S¨ª aprovech¨® su momento cuando los hermanos Thoeni, sobre todo Gustavo, eran inmensos favoritos. Pero le sali¨® bien. Y su hermana Blanca mereci¨® ganar ya el gigante de Calgary 88, donde hizo una primera manga espl¨¦ndida, pero se cay¨® en la segunda. Siempre estuvo mejor que Paco en el nivel mundial y gan¨® muchas m¨¢s pruebas importantes que ¨¦l. Pero s¨®lo cogi¨® el ¨²ltimo tren ?por cinco cent¨¦simas! en el eslalon de Albertville 92. La estadounidense Julie Parisien hizo all¨ª el mejor tiempo en la primera manga y lo normal es que la apeara del bronce en la ¨²ltima bajada. Hubiese sido el colmo de la crueldad para la mejor esquiadora espa?ola y una de las grandes deportistas de todos los tiempos. Pero sald¨® sus deudas y se conform¨® con aquella medalla por un aut¨¦ntico suspiro. ?Qu¨¦ son cinco cent¨¦simas? La frustraci¨®n o la gloria.
Pero en todo caso vale mucho m¨¢s una ¨¦pica real, afortunada, que una mentira. Para acabar de rematar los clavos del ata¨²d espa?ol surgi¨® Johann Muehlegg, aquel alem¨¢n que parec¨ªa un chollo ca¨ªdo del cielo. Se le nacionaliz¨® deprisa y corriendo tras huir de su pa¨ªs. ¡°No me trataban bien¡±, dec¨ªa. Por algo ser¨ªa. Se feder¨® en Murcia, donde la tundra no parece abundar y enga?¨® a todos con el dopaje hasta que el COI le descubri¨® tras ganar dos medallas. En Salt Lake City 2002 Espa?a toc¨® a¨²n m¨¢s fondo que con el ciclismo posterior.
La cuesti¨®n perpetua es que el deporte invernal espa?ol sigue siendo una broma en comparaci¨®n con el resto. Y eso es lo peor. Muchas modalidades mejoraron con el empuj¨®n clave de Barcelona 92, pero la nieve y el hielo siguieron derretidos. Ni siquiera el intento de Jaca de albergar unos Juegos en el Pirineo, funcion¨®. No porque los Pirineos no sirvan, sino porque el nivel deportivo espa?ol ha sido siempre un desastre salvo las gloriosas y puntuales excepciones. La irrupci¨®n ahora de Fern¨¢ndez solo viene porque el hielo se desgaj¨® de la nieve, un lastre de horror y misterio, y la nueva presidenta, hija de Juan Antonio Samaranch, gestion¨® con mucho sentido com¨²n (de tal palo tal astilla), el escaso material que ten¨ªa. Pero aun as¨ª, su caso es comparable con las contadas estrellas solitarias existentes antes de 1992.
Pese al empuj¨®n clave de Barcelona 92, la nieve y el hielo siguieron derretidos
Desde el propio COI, empezando por Samaranch, se ha recordado siempre que eran imposibles unos Juegos sin gancho y por algo Barcelona ha desistido de tomar un relevo m¨¢s descabellado a¨²n con la crisis. Espa?a es un pa¨ªs con nieve, pero recreativa. Hay estaciones sobradas, pero ni hay cultura ni necesidad de esfuerzo. Entrenarse en los deportes veraniegos incluso se entiende en los casos que hace a?os pod¨ªan parecer ins¨®litos. Pero la dureza invernal, mucho menos. En Sochi se puede comprobar una vez m¨¢s que la mejor¨ªa es casi virtual. A¨²n se queda por los ¨²ltimos puestos. Javi es otra cosa. La estrella solitaria, al menos, s¨ª podr¨¢ aspirar a tener en la surcoreana Pyeongchang, en 2018, su d¨ªa de gloria.
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