Sochi 2014, como Espa?a 82
Rusia fracasa en el hockey hielo, su deporte nacional, y es eliminada por Finlandia en cuartos de final tras caer por 3-1
El silencio fue esta vez absoluto en el pabell¨®n Bolsh¨®i. Y en toda Rusia. Decepci¨®n total. Ni los ¨¢rbitros ni Estados Unidos tuvieron la culpa de la derrota como en la primera fase. Ning¨²n fantasma al que agarrarse. Finlandia fue mejor equipo y elimin¨® en cuartos de final del torneo de hockey sobre hielo, la NHL ol¨ªmpica, a los anfitriones. Tragedia nacional porque el fracaso en el deporte rey es fracasar en los Juegos. Como aquel triste recuerdo del Mundial 82 para el f¨²tbol espa?ol. Curiosamente, los tiempos gloriosos han ido al rev¨¦s en ambos casos. La presi¨®n del organizador ha sido una losa. Estados Unidos-Canad¨¢ y Suecia-Finlandia ser¨¢n las semifinales, dos finales ol¨ªmpicas adelantadas.
La eliminaci¨®n rusa fue justa y no solo por la superioridad finlandesa, sino por sus propios errores y carencias. Rusia abus¨® de sus individualidades, de la lucha uno contra uno, y fue peor conjunto que la aplicada Finlandia. Dispar¨® mucho m¨¢s a puerta, 38 disparos frente a 22 de los finlandeses (13-9, 11-8 y 14-5 en cada periodo), pero en situaciones menos claras. En Finlandia no s¨®lo brill¨® su portero Rask, sino toda la defensa. Alex Ovechkin, la estrella rusa y de la NHL, casi ni apareci¨®. No se supo echar el equipo ni una hipot¨¦tica ¨¦pica al hombro. Otros jugadores tambi¨¦n se perdieron. S¨®lo brillaron Datsyuk y Kovalchuk, autor de tres goles en el torneo. En otro choque de mayor¨ªa de jugadores militantes en la Liga profesional norteamericana, los finlandeses exprimieron m¨¢s su jugo de calidad. Quiz¨¢ tambi¨¦n porque los rusos recurrieron err¨®neamente a jugadores de la KHL, el remedo de la NHL inventado para el pa¨ªs, pero no funcionaron. Los ¡°petrorublos¡± no han dado el mismo fruto ni nivel. El entrenador, Zinatula Bilyaletdinov, tampoco acert¨® en planteamientos y decisiones. Se le fueron de las manos las estrellas que ten¨ªa y no supo unirlas para la gran ocasi¨®n.
Rusia pareci¨® empezar bien, cuando a¨²n no se hab¨ªan notado sus errores. Antes de la mitad del primer periodo se adelant¨® en el marcador. Todo el mundo rugi¨®. Aprovech¨® una de las superioridades por expulsi¨®n temporal de un finland¨¦s, uno de los momentos clave casi siempre en el hockey. Kovalchuk, mac¨® por el centro, tras abrir el cuadro defensivo rival los rusos moviendo la pastilla con cinco jugadores de campo frente a cuatro. Pero fue un espejismo. La alegr¨ªa no dur¨® ni minuto y medio. La defensa rusa comenz¨® a hacer aguas y Aaltonen se meti¨® hasta la cocina del portero Varlamov. Y a¨²n vendr¨ªa lo peor. Antes de cumplirse los primeros 20 minutos, a falta de s¨®lo 2,22, Granlund, justamente el expulsado que propici¨® el gol ruso, le rob¨® la pastilla a un despistado Voinov y Selanne, la gran veterana estrella n¨®rdica, logr¨® el 2-1.
Iron¨ªas del destino, Vyacheslav Voinov, Slava, juega en Los Angeles Kings, el mismo equipo del estadounidense T.J. Oshie, que se exhibi¨® en los penaltis y puso el primer gran clavo en el ata¨²d ruso. Ni ¨¦l ni Ovechkin, ni sus compa?eros, van a quitarse de encima la mancha de este desastre para toda su vida.
Finlandia sentenci¨® el partido a los cuatro minutos del segundo periodo. Granlund, para completar su gran actuaci¨®n, marc¨® el 3-1. En otra superioridad, Selanne tambi¨¦n lanz¨® desde el centro, Varlamov s¨®lo desvi¨® y Granlund marc¨®. Un asunto entre Minnesota Wild y Anaheim Ducks. Realmente, Rusia careci¨® de fortuna en los momentos decisivos. Yemelin fue el expulsado por dos minutos, y el que dej¨® con cuatro jugadores de campo a su equipo tras enganchar al finland¨¦s Korpikoski en el ¨¢rea. Pero ¨¦ste, al caer le rompi¨® el labio inferior por lo que Ovechkin le sustituy¨® en la celda de los castigados. Para peor recuerdo de su carrera, desde all¨ª vio el tercer gol finland¨¦s.
El t¨¦cnico Bilyaletdinov, portero con el equipo que gan¨® el oro en Sarajevo 84 cambi¨® a Varlamov por Bobrovski y al menos no encaj¨® ning¨²n gol m¨¢s. Justamente en los minutos finales hizo dos paradas excepcionales que evitaron una humillaci¨®n total. Pero Rusia tampoco marc¨®.
Podr¨ªa argumentarse que Rusia debi¨® jugar otro partido al d¨ªa siguiente de golear a Noruega, 4-0, en la repesca. Que debi¨® doblar el esfuerzo por el ¡°pecado¡± ante Estados Unidos. Pero el problema en todo momento ha sido su juego, sus propias carencias. Aquel gol anulado fue mala suerte, no un error arbitral. El guardameta estadounidense movi¨® la porter¨ªa involuntariamente un poco antes del disparo y no demasiado, para mayor desgracia rusa. Pero en el hockey, donde los v¨ªdeos se revisan con minuciosidad, no hay fallos de bulto como sucede en el f¨²tbol. Tampoco se lo pueden permitir con una pastilla que va a mucho m¨¢s de 100 kil¨®metros por hora y es tantas veces invisible a la primera. As¨ª, lo que pod¨ªa haber sido un 3-2 favorable, porque faltaban apenas cuatro minutos para el final del encuentro, pas¨® a ser despu¨¦s una cruel derrota tras la pr¨®rroga y en la octava tanda de penaltis ya en la ¡°muerte s¨²bita¡±.
Rusia domin¨® los torneos ol¨ªmpicos desde su primera participaci¨®n invernal en 1956, en Cortina d'Ampezzo, aunque su regreso como Uni¨®n Sovi¨¦tica al olimpismo se produjo cuatro a?os antes, en los Juegos veraniegos de Helsinki 52. S¨®lo sufri¨® dos dolorosas derrotas en las finales de Squaw Valley, 1960, y Lake Placid, 1980, ante el organizador y gran enemigo global, Estados Unidos. Pero sum¨® ocho oros hasta Albertville 92, ya como equipo unificado, residuo de la desintegraci¨®n. Fue el principio del fin. En Lillehammer, en 1994, ni se subi¨® al podio y aunque en Nagano 98 pareci¨® volver a su nivel, cay¨® en la final ante la Rep¨²blica Checa del legendario portero Dominik Hasek. Fue el primer torneo en que participaron profesionales de la NHL norteamericana y el cambio definitivo en el ¨²nico deporte de equipo del programa invernal. Muchos rusos jugaban ya en ella, pero el nivel comparativo no pod¨ªa ser el mismo como suced¨ªa con su bloque anterior. Los profesionales encubiertos de militares y profesores de educaci¨®n f¨ªsica s¨ª pod¨ªan frente a los aficionados. Por eso todo fue de mal en peor. En Salt Lake City 2002 se tuvo que conformar con el bronce y mirar c¨®mo Canad¨¢ ganaba a Estados Unidos el t¨ªtulo que tantas veces hab¨ªa sido suyo. Y desde Tur¨ªn 2006 ni se ha subido a los podios. Como este mi¨¦rcoles, incluso eliminada en unos humillantes cuartos de final.
Dos finales adelantadas, dos choques de trenes n¨®rdicos
Finlandia jugar¨¢ ahora una de las semifinales con la potente Suecia, que gole¨® f¨¢cilmente a Eslovenia, 5-0. Ser¨¢ la repetici¨®n de la final de Tur¨ªn 2006 ganada claramente por los suecos. En busca de la otra plaza en la final Estados Unidos se confirm¨® como otro gran favorito al golear, 5-2, a la Rep¨²blica Checa del legendario Jaromir Jagr. Canad¨¢, en cambio, pese a acribillar con 57 disparos frente a 16 la porter¨ªa de Letonia, sud¨® sangre para eliminarla. Tuvo que sacar sus recursos y su dureza para marcar el 2-1 a falta de siete minutos. Segundos antes el portero let¨®n Gudlevskis, de los Lightnings de Tampa Bay, hab¨ªa quedado conmocionado y golpeado con la inercia de la agresividad del canadiense Toews, de los Chicago Blackhawks. Pero no hubo expulsi¨®n porque el juego ya estaba detenido. En cambio, Weber, de los Nashville Predators, s¨ª aprovech¨® la expulsi¨®n temporal anterior de Pujacs, por golpear con el stick a Doughty, otro jugador de Los Angeles Kings. Pujacs solo est¨¢ en el Dinamo de Riga de su pa¨ªs. No toda Letonia es NHL como Canad¨¢. M¨¦rito suyo por la diferencia de nivel y su resistencia numantina. Al l¨ªmite de los dos minutos de la superioridad num¨¦rica y casi del final.
Canad¨¢ necesitar¨¢ mucha m¨¢s punter¨ªa contra Estados Unidos, que parece sobrarle. Ser¨¢ otra curiosa repetici¨®n adelantada, y m¨¢s cercana, de la final de Vancouver 2010. En resumen, dos choques de trenes n¨®rdicos: europeos y americanos.
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