Otro empate insuficiente

El Valladolid se desangra. A fuerza de empates, el d¨¦cimo en 25 jornadas con solo cuatro victorias, se le ha gangrenado hasta la voluntad, que a falta de calidad y f¨²tbol, es lo ¨²nico que podr¨ªa mantenerle en una pelea que se le va alejando. JIM ya est¨¢ cuestionado, con el puesto en peligro porque su equipo solo emite se?ales negativas. Y eso que el rival, el Levante, fue facil¨®n, se dej¨® dominar, solo hizo un disparo a puerta en serio, el del gol, y su esfuerzo estuvo limitado a impedir que el rival creciese.

JIM cambi¨® de estilo, las l¨ªneas, algunos nombres, reforz¨® el centro del campo y junt¨® a dos delanteros para ver si es verdad eso de que cazan en pareja. Pero al Valladolid le falta velocidad, es previsible, se mueve con una pesadez desesperante, apenas tiene est¨ªmulos. Y eso que el partido contra el Levante se hab¨ªa planteado en la ciudad como la encrucijada en la que resolver si la posibilidad de recuperaci¨®n era real. Caparr¨®s no dud¨® de su estrategia, dejar que el rival se quedara el cuero, el dominio, el control, todo. Junt¨® sus l¨ªneas, cerr¨® espacios, y acert¨® a poner el punto que faltaba para el bloqueo general del Valladolid. Solo restaba esperar alg¨²n error o alguna jugada a bal¨®n parado, y cuando lleg¨® Ivanschitz solt¨® un centro perfecto, tenso al ¨²nico compa?ero sin marca, Casadesus, para que clavase el remate a la escuadra.

El Valladolid estaba en camino de firmar su comportamiento cl¨¢sico, la primera mitad a la basura, y con el inicio de la segunda un equipo completamente diferente, tenso, presionante, enganchado a las ganas de Rama en la banda izquierda, acertado en la imaginaci¨®n y extraviado en el pase y en el disparo. El gol de Guerra, un churro, un disparo blando despu¨¦s de un jaleo en el ¨¢rea peque?a que Navas lleg¨® a tocar con la yema de los dedos, desboc¨® el choque, el ambiente que m¨¢s le apetec¨ªa al Valladolid, que con el partido ordenado es incapaz de alterar nada pero al toque de corneta camufla toda su colecci¨®n de limitaciones.

La respuesta era sencilla y Caparr¨®s atranc¨® el jaleo, comenz¨® a poblar el centro del campo en la misma medida que JIM buscaba la victoria con delanteros, incluso termin¨® el partido con tres medio centros porque el empate era bueno, un punto suficiente, el Levante no olvida que su fin es la permanencia y que Europa es una meta lejana, tanto como la permanencia del Valladolid.