La princesa de la habilidad

Era la gran favorita tras una temporada deslumbrante, y lo confirm¨®. Ser¨¢ una reina solitaria, s¨®lo con un oro, pero la estadounidense Mikaela Shiffrin hizo historia al convertirse en la esquiadora m¨¢s joven que gana el eslalon, la prueba de la m¨¢xima habilidad alpina. La que requiere m¨¢s detalles es los espacios m¨¢s cortos. Hasta el pr¨®ximo 13 de marzo no cumplir¨¢ los 19 a?os. Sac¨® unas diferencias ins¨®litas y s¨®lo un fallo impidi¨® que su victoria fuera a¨²n m¨¢s asombrosa. M¨¢s que reina se qued¨® en princesa, pero con presente y futuro de gran trono.

Shiffrin fue sexta en el gigante y si brillara m¨¢s en esa prueba ser¨ªa ya una de las m¨¢s grandes. Pero s¨®lo reina realmente en el eslalon. Con tanta suficiencia para su edad que se puede permitir arreglar desaciertos sobre la marcha. Le sucedi¨® casi lo mismo que a su compatriota Ted Ligety en el gigante. Despu¨¦s de arrollar en la primera manga, un error en la mitad del recorrido de la segunda estuvo a punto de echar a perder todo lo conseguido. Pero se recuper¨® tambi¨¦n con sus tremendos recursos y mantuvo el medio segundo de margen inmenso con que se hab¨ªa escapado.

Las rivales cambiaron por detr¨¢s, pero ella no. El podio lo completaron austriacas que arreglaron con oficio, pero no para toda la gloria, sus discretas primeras mangas. La veterana Marlies Schild, plata hace cuatro a?os, tampoco pudo subir al m¨¢ximo escal¨®n esta vez. Hizo una segunda bajada magistral y le rebaj¨® 81 cent¨¦simas a Shiffrin gracias a su fallo. Pero antes le hab¨ªa cedido demasiado: 1,34s. A su compatriota Kathryn Zettel le sucedi¨® casi lo mismo. Hab¨ªa perdido 1,38s, pero s¨®lo recort¨® medio.

Resulta m¨¢s dif¨ªcil encontrar grandes estrellas en estos Juegos de Sochi que en otros muchos anteriores

Resulta m¨¢s dif¨ªcil encontrar grandes estrellas en estos Juegos de Sochi que en otros muchos anteriores. El esqu¨ª no es una excepci¨®n. La alemana Mar¨ªa Hoefl-Riesch, oro en Vancouver y ganadora el pasado d¨ªa 10 de la supercombinada (descenso y eslalon), fue la ¨²nica que parec¨ªa estar en disposici¨®n de aprovechar una equivocaci¨®n gruesa de Shiffrin en la segunda manga. Qued¨® a 49 cent¨¦simas, aunque ya era un mundo. Pero fue a peor, con fallos repetidos, y cedi¨® 70 m¨¢s. Fueron 1,19s totales, una diferencia m¨¢s de pruebas de velocidad que de habilidad para acabar cuarta, posici¨®n cruel, pero de entidad. Un ejemplo elocuente de que Shiffrin fue un hurac¨¢n. Tampoco pudo brillar la eslovena Tina Maze, doble oro en descenso y gigante. Era su peor prueba, pero prometi¨® al menos otra medalla con su tercer lugar inicial a 67 cent¨¦simas de la estadounidense. Finalmente se fue con un segundo m¨¢s hasta el octavo puesto en su despedida.

El futuro de Shiffrin es infinito. Su meta es hacerse una esquiadora polivalente, dominadora en todas las disciplinas. Suceder a la lesionada y ausente Lindsey Vonn, m¨¢s potente en la velocidad, su refenrente, pero la ant¨ªtesis. Mentalidad no le falta. Es una perfeccionista y sus cuatro triunfos en el circuito de Copa del Mundo de esta temporada lo han confirmado. Es la primera esquiadora americana que lo logra. El primer paso ol¨ªmpico tambi¨¦n lo ha dado con toda firmeza. Y con suavidad. Por algo ya la han llamado ¡°la Mozart del esqu¨ª¡±.