La sinton¨ªa Robinson

Angelica Robinson, la p¨ªvot del Avenida, alzaba los brazos y miraba a su grada azuz¨¢ndola cada vez que se acercaba a la banda. Mov¨ªa hombros y palmas, casi ochentera en medio del parqu¨¦, y encandilaba con su magnetismo a la afici¨®n, que respond¨ªa: ¡°Rooooobi, rooooobi¡±. Entretanto, tambi¨¦n se comi¨® el partido. Con 18 puntos, siete rebotes, dos tapones y siete faltas recibidas, y vencedora en la batalla contra su alter ego, la combativa Laura Nicholls (13, 14, 3) y contra Frida Eldebrink (m¨¢xima anotadora de la final con 24 puntos), se labr¨® el MVP. Apareci¨® en todas partes, dispuesta a decidir, pero siempre take it easy, como si con ella no fueran las cosas dif¨ªciles.

¡°No me puedo quitar toda la ropa. La camiseta luego¡±, bromeaba Robinson, de 26 a?os, con una aficionada que le ped¨ªa la prenda de recuerdo. Su actuaci¨®n perfecta no empez¨® al comp¨¢s de la de sus compa?eras. Bien tapada por Halvarsson y Nicholls, se qued¨® en 7 puntos en la primera parte, fuera del ritmo en¨¦rgico de su equipo. Desde el banquillo le ped¨ªan m¨¢s movilidad. ¡°Dentro, dentro, sal¡±, gritaba V¨ªctor Lape?a, t¨¦cnico del Avenida. Lleg¨® entonces una acci¨®n que enfureci¨® al p¨²blico charro: Halvarsson le hizo una especie de llave de judo a Xargay que no fue se?alada como falta.

Ah¨ª, Robinson pareci¨® activarse por solidaridad. Un par de gui?os a la grada y un ¨¢nimo aqu¨ª y all¨¢, y se puso a jugar. Lape?a le dec¨ªa que se incrustara m¨¢s en la zona y que luego saliera a recibir. Y en una de estas, Xargay marc¨® jugada (mano arriba) y Robinson sali¨® de m¨¢s. Otra vez en paz consigo misma, recibi¨® la bola y clav¨® un triple festivo. El tercer cuarto fue una exhibici¨®n: 11 puntos y 7 rebotes, y una conexi¨®n casi telep¨¢tica con su compatriota, Shay Murphy (18 y 9), que se marc¨® otro partidazo. Solo Eldebrink, un reloj en la pista, cuestion¨® la hegemon¨ªa de Robinson. Si la Copa hubiera sido para Rivas, la sueca bien podr¨ªa haberse llevado el MVP, con sus 24 puntos y su triple sobre la bocina del primer cuarto, que meti¨® a su equipo en el partido.

Pero el desenlace fue el que fue, y despu¨¦s del confeti y las redes cortadas y cosechadas, Murphy y Thomas se echaron encima de la MVP para felicitarla calurosamente. Sin sacar m¨²sculo de m¨¢s, la p¨ªvot de 1,95 metros se zaf¨® de sus amigas y enfil¨® el vestuario, no sin antes ser interceptada por Lape?a, que le puso la guinda toc¨¢ndole la cabeza: ¡°Good, good, Angi¡±.