Frenes¨ª madridista en Alemania
El equipo de Ancelotti, apote¨®sico, espanta a ca?onazos todos sus fantasmas hist¨®ricos y destroza al Schalke con una demostraci¨®n goleadora de Benzema, Bale y Cristiano
Fuera fantasmas. Y a lo grande. Un Madrid apote¨®sico los espant¨® a ca?onazos y se sacudi¨® unos cuantos de su hist¨®rico calvario alem¨¢n. En Gelsenkirchen despach¨® al Schalke en un cuarto de asalto, lo que tard¨® en desatarse la caballer¨ªa de los Benzema, Bale y Cristiano, que, muy bien arropados, marcaron una distancia hom¨¦rica para el conjunto local, que se fue a la cuneta sin remedio antes de verse devastado por un cicl¨®n. Y por si quedara una migaja de aliento para el cuadro minero, entre gol y golazo, entre respiro y respiro, con 0-1, emergi¨® la figura imponente de Casillas, un extraterrestre con guantes, toda una celebridad. Luego, el Madrid hizo a?icos a su rival, sonado en todas las fases del juego, fulminado por un conjunto arrollador que calza botas de hierro.
SCHALKE, 1-MADRID, 6
Schalke 04: F?hrmann; H?wedes, Matip, Felipe Santana, Kolasinac (Fuchs, m. 76); Neust?dter, Boateng (Goretzka, m. 59); Farf¨¢n (Obasi, m. 72), Meyer, Draxler; y Huntelaar. No utilizados: Hildebrand; Hoogland, Papadopoulos y Szalai.
Real Madrid: Casillas; Carvajal, Pepe, Sergio Ramos, Marcelo; Xabi Alonso (Illarramendi, m. 73), Modric, Di Mar¨ªa (Isco, m. 68); Bale (Jes¨¦, m. 80), Cristiano y Benzema. No utilizados: Diego L¨®pez; Varane, Coentr?o y Arbeloa.
Goles: 0-1. M. 13. Benzema. 0-2. M. 21. Bale. 0-3. M. 52. Cristiano. 0-4. M. 57. Benzema. 0-5. M. 69. Bale. 0-6. M. 89. Cristiano. 1-6. M. 91. Huntelaar.
?rbitro: Howard Webb (Reino Unido). Amonest¨® a Di Mar¨ªa, H?wedes y Huntelaar.
60.000 espectadores en el Veltins-Arena.
Mucho antes del fest¨ªn mayor, la respuesta del capit¨¢n madridista ante Draxler, con el alem¨¢n rematando en su flequillo, no fue una parada sublime. De no tratarse de Casillas se dir¨ªa que fue un milagro. Por ser ¨¦l habr¨¢ que dejarlo en un cap¨ªtulo m¨¢s de su antolog¨ªa, en la que ya figuraban, entre otras muchas, dos intervenciones igual de colosales ante Perotti y Manu del Moral, ambas en el S¨¢nchez Pizju¨¢n, en 2009 y 2011, respectivamente. Lo de Casillas no es cosa de hoy. Lo de este Madrid al alza tampoco es repentino. En Alemania confirm¨® su crecida en todos los extremos y liquid¨® la eliminatoria de un soplido. Para el Schalke, la escabechina a¨²n pudo ser peor, s¨ª, mucho peor pese al estruendoso 1-6. Del Real le separan muchos viajes lunares.
El Madrid se dio una gozada de partido. En un estadio fant¨¢stico, con un ambiente festivo y se?orial, y ante un adversario muy tierno, el equipo de Ancelotti se trag¨® al Schalke de un bocado. Su autoridad result¨® aplastante y disip¨® cualquier duda desde bien pronto, lo que tardaron en echarse el lazo Cristiano y Bale. Conciliaron una pared, pero la jugada sali¨® rebotada hacia Benzema, que resolvi¨® con bota de seda. De inmediato, Iker enerv¨® definitivamente a la muchachada de Keller y fin de fiesta para el Schalke, que no dio para m¨¢s. Salvo para sus aficionados claro, que no callan ni con cinco en contra. Un caso excepcional, una militancia que no claudica ni con su equipo pisando cenizas. M¨¢s de media hinchada se qued¨® a despedir con aplausos a los suyos, obligados a saludar antes de refugiarse.
Con orden y la atenci¨®n que requiere la Champions, al Madrid le bastaba rastrear las cercan¨ªas de la porter¨ªa de F?hrmann para anticipar un gol tras otro. Por las orillas o por el pasillo central, lo misma daba, cada movimiento de CR, de Bale, de Benzema, de Di Mar¨ªa resultaba una tortura para el Schalke, ensimismado ante semejante marabunta. Benzema hizo tiritar al r¨ªgido Santana, le birl¨® la pelota en una banda y de un pase sencillo a Bale lleg¨® un gol fabuloso del gal¨¦s, que fue dejando camisetas azules por los arrabales hasta embocar con esa zurda pilona que le distingue. El gal¨¦s suma y sigue, m¨¢s que un productor de juego es un goleador con autor¨ªa: sus tantos son gal¨¢cticos, nada tienen de convencionales. Como nada rutinaria es la trayectoria de Benzema, un ariete de mentirijillas, en realidad un estilista para todo. Bale y CR le deben unos cuantos goles. Y, cuando da un paso atr¨¢s, tambi¨¦n los centrocampistas encuentran un socio de tron¨ªo.
Lo ¨²nico que mitigaba el azote para el Schalke era el peque?o desencuentro inicial de Cristiano con la porter¨ªa. En su regreso tras la sanci¨®n, el portugu¨¦s estuvo a punto de caer en la pesadumbre tras un disparo al palo y alguno m¨¢s al cuerpo del guardameta alem¨¢n. Su muestrario es tan amplio que era cuesti¨®n de tiempo. As¨ª fue. Tras el intervalo, no se moder¨® el Madrid, lo que enfatiza su voracidad. CR acab¨® por definir, asistir a Benzema y ver de cerca el que parec¨ªa el broche de Bale. Pero no, el descorche final era cosa suya, del gran trovador de un Madrid que es pura dinamita. Ni Alemania se le resiste.
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