¡°?Y t¨² qui¨¦n eres?¡±
Kun y Messi, ¨ªntimos desde que se conocieron como juveniles, cara a cara en el Camp Nou
El d¨ªa que Kun conoci¨® a Leo fue toda una premonici¨®n, deb¨ªa estar escrito: se rieron y no se separaron m¨¢s. Hace a?os que se llaman, se retan en la Play y se buscan en el campo, vestidos de azul y blanco, porque son felices juntos. Hoy se medir¨¢n entre risas en el Camp Nou. As¨ª viven desde que se conocieron siendo juveniles en un comedor de la AFA, desde que el Kun fich¨® por el Atl¨¦tico. ¡°Yo no sab¨ªa qui¨¦n era. Est¨¢bamos comiendo en el Predio de Ezeiza. ?l estaba a mi derecha y habl¨¢bamos de unas zapatillas con Ezequiel Garay y Lautaro Formica. Leo, en un momento, dijo algo de Estados Unidos. Y yo pens¨¦: ?qui¨¦n es ¨¦ste? ¡®?Vos c¨®mo te llamas?, le dije¡¯. Leo se acuerda y a¨²n se r¨ªe. ¡®El Kun es un fen¨®meno. Es mi amigo¡±, dice. Sigue contando el Kun: ¡°Me contest¨® Leo: ¡®Messi, me llamo Messi¡±. Lo cont¨® mil veces el Kun: ¡°No sab¨ªa qui¨¦n era aquel cr¨ªo¡±. Los dos a¨²n se r¨ªen ahora que dan papillas a sus cr¨ªos, Thiago y Benja.
El Kun es un tipo singular que sali¨® de una villa de Buenos Aires, Los Eucaliptus, donde a veces se muere antes de los 30 con una bala en el cuerpo o una sobredosis. Pero juega a f¨²tbol porque la vida le hizo un regalo y su madre le dio un apellido el d¨ªa que el padre les abandon¨®. Hoy, Ag¨¹ero, el que no sab¨ªa qui¨¦n era Messi, juega en el Camp Nou. ¡°?No sabes qui¨¦n es?, me preguntaron los otros. Y yo qu¨¦ iba a saber, solo sab¨ªa que hab¨ªa un argentino en el Barcelona¡±, se r¨ªe al recordar el d¨ªa en que conoci¨® a La Pulga.
Ambos son dos genios que nunca pretendieron serlo pero que disfrutan del don tratando de ser felices
Se llaman, se escriben y, a la argentina, se dan joda. Se juntaron a la primera en la habitaci¨®n del seleccionado argentino y se hicieron hermanos. Dicen que unirlos en el mismo cuarto fue una decisi¨®n de Miguel Tojo, miembro del cuerpo t¨¦cnico de la selecci¨®n juvenil, que tuvo la intenci¨®n de que el Kun supiera por Leo lo que se iba a encontrar cuando llegara a Europa. Tipo forjado en las calles, Ag¨¹ero tiene poco que ver con Messi en la formaci¨®n, pero mezclan como no lo hizo nadie, en la calle y en el campo, al punto que el padre de Leo quiso que el Bar?a fichara al Kun.
Precoz, el tipo que hoy enfilar¨¢ al Jefecito, su amigo Mascherano, debut¨® con 15 a?os, un mes y tres d¨ªas en la primera argentina con Independiente, y sigue siendo el m¨¢s joven en hacerlo, superando el r¨¦cord de Maradona. El Kun, que tuvo un hijo con la hija del Pelusa cuando jugaba en el Atl¨¦tico de Madrid, vive ahora con una famosa cantante de cumbias. Hasta le dedicaron una: ¡°Llevo el f¨²tbol en la sangre¡±, reza el estribillo.
¡°Es un futbolista muy dif¨ªcil de marcar porque tiene muchos registros. Es potente, remata de primeras y tiene regate, as¨ª que con ¨¦l nunca sabes¡±, reconoce Piqu¨¦. Al central y a Begiristain siempre les record¨® a Romario, a uno porque celebr¨® sus goles desde la grada y al director t¨¦cnico porque jug¨® con el baixinho en el dream team. La potencia en la arrancada y el latigazo en la definici¨®n son comunes al Kun y a Romario, igualmente comparables por su manera de interpretar de forma l¨²dica la profesi¨®n. ¡°El Kun es uno de los cinco mejores jugadores del mundo¡±, asegura Pellegrini convencido de que marca la diferencia cada minuto que juega. ¡°El problema es que no se lo cree¡±, dicen en los despachos del City, donde cada vez que le encaran le instan a que decida qu¨¦ quiere ser en la vida.
¡°Es un grand¨ªsimo jugador y, adem¨¢s, es mi amigo. Lo disfruto mucho en la cancha, nos entendemos. Siempre es especial encontrarme con ¨¦l en un partido. Mantenemos el contacto, es una persona a la que quiero mucho¡±, dijo Messi. Entre los dos existe una historia de verdadera amistad. ¡°Lejos de parecidos, son complementarios¡±, sostienen quienes han convivido con ellos en la AFA. Ambos son dos genios que nunca pretendieron serlo pero que disfrutan del don tratando de ser felices. ¡°La diferencia es que Leo lo tiene asumido y el Kun no quiere dar el paso para subir un nivel¡±, aseguran quienes en Manchester y en Barcelona les vieron vivir.
Hoy, por lo pronto, el Kun enfilar¨¢ a Vald¨¦s. Durante su estancia en el Atl¨¦tico le marc¨® cinco goles en 10 partidos entre el 2006 y el 2011. Despu¨¦s de 478 encuentros y 227 tantos al final la cumbia tiene raz¨®n: ¡°ser¨¢ que su f¨²tbol es pasi¨®n, que dejar¨ªa su vida por un gol¡±. Tal vez alg¨²n d¨ªa escuche a Begiristain y a Pellegrini y se decida a ganar un Bal¨®n de Oro.
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