Una goleada para reflexionar

A Martino le costar¨¢ calzar a Neymar para el cl¨¢sico del domingo en Chamart¨ªn. No se sabe muy bien qu¨¦ piensa el t¨¦cnico ni tampoco qu¨¦ le conviene al Bar?a despu¨¦s de su exhibici¨®n ante Osasuna. Nada nuevo si se atiende al discurrir del equipo en la Liga. Ha habido mucha confusi¨®n con la alineaci¨®n y con el f¨²tbol desde que se inst¨® a mezclar el juego asociativo con el directo, a rotar al plantel en funci¨®n de los minutos y no de las demarcaciones, a no diferenciar entre un 4-3-3 y un 4-4-2. La personalidad del Barcelona es camale¨®nica camino del Santiago Bernab¨¦u. Nada mejor para reflexionar en cualquier caso que un resultado como el 7-0.

A juzgar por el partido ante Osasuna, el entrenador deber¨ªa pensar seriamente en hacer un sitio a Pedro y puede tambi¨¦n que tenga que replantearse la funci¨®n de Cesc, suplente con Neymar. Pedro cuaj¨® una actuaci¨®n soberbia y estuvo muy bien Alexis. Nadie agradeci¨® m¨¢s el esfuerzo de ambos y el equilibrio t¨¢ctico del Bar?a que Messi. El 10 se relami¨® con un triplete que le corona a sus 26 a?os como el mayor goleador de la historia del club (371 tantos) despu¨¦s de superar a Paulino Alc¨¢ntara (369). Abatidos los h¨¦roes barcelonistas, ahora va a por las figuras legendarias de los rivales como son Hugo S¨¢nchez y Zarra.

A Neymar se le vio comerse las u?as mientras se divert¨ªa Messi. Necesitaba el brasile?o una pausa despu¨¦s de ser despedido con divisi¨®n de opiniones ante el City. Alrededor del argentino fluy¨® de forma natural y precisa el juego del Bar?a, muy bien manejado por Iniesta, despertado por Alba, sostenido por la determinaci¨®n de Pedro. Jugaron los azulgrana al pie y al espacio, de una punta a la otra del campo, de manera sencilla, efectiva y sobre todo coral, m¨¢s reconocibles que en anteriores partidos. A pesar de los lapsus defensivos de cada jornada, la actuaci¨®n ofensiva fue completa en un partido de guante blanco.

Osasuna solo estuvo un cuarto de hora en el Camp Nou, el tiempo que tard¨® en desperezar el Barcelona. Equipados con una zamarra verde pistacho, un color parecido al que distingue a la brigada municipal de parques y jardines de Barcelona, los muchachos de Javier Gracia alcanzaron con relativa facilidad la porter¨ªa de Vald¨¦s. Incluso hubo un tiro dur¨ªsimo de Armenteros que provoc¨® un excelente rechace de Vald¨¦s y el remate en fuera de juego de Oriol Riera. No se sab¨ªa muy bien a qu¨¦ obedec¨ªa la quietud del Barcelona, traspuesto sin venir a cuento, como si no hubiera escarmentado de Valladolid.

Quiz¨¢ porque se sinti¨® incomodado por el regate que le tir¨® Riera, la furibunda reacci¨®n de Jordi Alba sac¨® de la modorra al Barcelona. La chispa del lateral encendi¨® a Pedro y Alexis, igualmente laboriosos y certeros, ambos por encima del nivel exhibido ¨²ltimamente por Neymar. Abierto el campo con dos extremos, a partir de una formaci¨®n sim¨¦trica, el Bar?a cant¨® una goleada en un abrir y cerrar de ojos. Arremangados los jornaleros, se activaron de inmediato las figuras, especialmente Iniesta, desequilibrante con sus quiebros, pases y dominio esc¨¦nico y tambi¨¦n Messi, el pichichi del Barcelona.

Los goles fueron en su mayor¨ªa deliciosos, muy propios del Bar?a, sobre todo por su suspense, al punto de que a veces parece que no hay porter¨ªas o est¨¢n puestas a lo ancho y no a lo largo del Camp Nou. La hinchada estuvo un minuto de pie en espera del 1-0. No chut¨® Pedro cuando pod¨ªa, ni tampoco Xavi en inmejorable situaci¨®n y menos Alexis, los tres encarados a Andr¨¦s. La pelota no bes¨® la red hasta que Messi le puso el interior del pie, de forma casi imperceptible, al centro cruzado de Alexis. Igualmente bello fue el 2-0 por la entrada de Alba por el extremo izquierdo y la definici¨®n desde la derecha de Alexis. Y sorprendente fue el 3-0.

Acostumbrado el rival a que el Bar?a necesita pisar la l¨ªnea de meta para empujar el bal¨®n, la defensa de Osasuna flotaba y flotaba a Iniesta. Aguardaba el pase filtrado o a la apertura para Pedro o Alexis. Iniesta, sin embargo, aprovech¨® el silencio y en la frontal solt¨® un zurdazo que dej¨® petrificado a Andr¨¦s. El cuarto junt¨® a Iniesta y Messi en una acci¨®n aplaudida hasta por Osasuna. El 10 estuvo excelso en la combinaci¨®n y en el remate porque aguant¨® de manera escalofriante a tres zagueros antes de soltar el tiro. El partido se puso tan dulce que los suplentes se sumaron a la fiesta despu¨¦s de una rueda de cambios que situ¨® a Adriano como central, como en los tiempos de Tito.

Volvi¨® a ver la afici¨®n el gol de Tello, aquel en el que el extremo busca el espacio sin parar para poder cruzar su disparo de rosca, esta vez tan fuerte como colocado. El tercero de Messi fue a c¨¢mara lenta, por la manera como control¨® el centro de Alves despu¨¦s de un cambio de orientaci¨®n de Iniesta: el 10 par¨® el cuero, venci¨® al portero y coloc¨® la pelota en un rinc¨®n de la porter¨ªa de Osasuna. Y para coronar su actuaci¨®n, como un acto de justicia, lleg¨® tambi¨¦n el tanto de Pedro. Al Bar?a le sali¨® un partido redondo, excelente para la moral colectiva y la autoestima, ya con las maletas preparadas para el partido de Madrid.

El recital fue tan rotundo y, por otra parte, tan sencillo que obliga a preguntarse por la alineaci¨®n de Madrid y por los cuatro medios o por los tres delanteros, por el 4-4-2 o el 4-3-3. La pareja Iniesta-Messi funcion¨® a las mil maravillas despu¨¦s del esfuerzo de Alexis, Pedro y Alba y el sentido com¨²n de Xavi, Busquets y Bartra. Neymar y Cesc aplaudieron como los 70.000 espectadores del Camp Nou. Ocurre que el Madrid no es Osasuna ni el Bernab¨¦u el Camp Nou. Los delanteros, en cualquier caso, se pusieron las botas camino de Madrid.