La ¨²ltima marcha de O¡¯Driscoll
El Seis Naciones cierra con la visita de Irlanda a Par¨ªs en el adi¨®s de su gran leyenda ¡°Es tan humilde que a veces te olvidas de la estrella que realmente es¡±, asegura un compa?ero
Ser¨¢ en Par¨ªs, la ciudad que prendi¨® con su incipiente destello hace 14 a?os, donde Brian O'Driscoll apagar¨¢ las luces. El centro irland¨¦s, que la semana pasada se convirti¨® en el jugador que m¨¢s veces ha sido internacional en la historia del rugby ¡ªhoy ser¨¢n ya 141 ocasiones¡ª, lidera las esperanzas de Irlanda para ganar el Seis Naciones en su visita a Francia. La ¨²nica ocasi¨®n en la que el XV del tr¨¦bol ha plantado la bandera en Par¨ªs en los ¨²ltimos 42 a?os signific¨® el salto a la ¨¦lite de O'Driscoll, que firm¨® tres ensayos en aquella tarde de 2000 paseando su rostro adolescente, con una camiseta que parec¨ªa robada del armario de su padre. En el a?o de su retirada, esta leyenda del rugby irland¨¦s quiere poner la guinda a una carrera memorable.
La victoria significar¨ªa el torneo para Irlanda, salvo que Inglaterra masacre a Italia: necesitar¨ªa ganar en Roma por 50 puntos m¨¢s que el triunfo del XV del tr¨¦bol en Par¨ªs. Francia, que completa el triple empate a tres victorias, necesita que Italia gane por primera vez al XV de la rosa para llevarse el gato al agua.
La leyenda de O'Driscoll, de 35 a?os, queda magnificada por un pa¨ªs donde el rugby es religi¨®n. ¡°Irlanda tiene poco m¨¢s de 4,5 millones de habitantes y es el ¨²nico deporte en el que estamos en la ¨¦lite. El hecho de que O'Driscoll sea irland¨¦s nos ha puesto en el mapa¡±, explica Jordi Murphy, flanker de la selecci¨®n irlandesa nacido en Barcelona, donde vivi¨® hasta los nueve a?os.
Tras el gris papel de Irlanda el a?o pasado, el t¨¦cnico neozeland¨¦s Joe Schimdt ha revitalizado a un equipo que mueve el bal¨®n con una cadencia vertiginosa. Despu¨¦s de vencer en 2009 [Irlanda gan¨® todos sus partidos y se llev¨® el Grand Slam] hemos estado por debajo de las expectativas. No pod¨ªamos seguir realizando torneos tan mediocres con el Mundial a a?o y medio¡±, subraya Murphy, que debut¨® con 22 a?os ante Inglaterra hace tres semanas. ¡°Es de locos que este grupo tenga los mismos huesos que el a?o pasado¡±, se sorprende su compa?ero O'Mahony.
Pese al gran torneo de O'Driscoll, Francia es la horma del zapato irland¨¦s: tan solo han tumbado al XV del gallo en uno de sus 14 ¨²ltimos enfrentamientos. ¡°Es muy duro acabar el torneo en Francia, cualquier equipo lo dir¨ªa. Pase lo que pase en el Italia-Inglaterra, nos estar¨¢n esperando¡±, asume Murphy, que partir¨¢ desde el banquillo y espera disfrutar de algunos minutos en el tramo final del choque. ¡°Siempre piensas en hacer el ensayo de la victoria, pero mi misi¨®n es ayudar en todo lo que pueda a mis compa?eros¡±.
Murphy tiene claro su trabajo en un deporte basado en la disciplina, en proteger al compa?ero como si fuera una prolongaci¨®n de la propia piel. ¡°O'Driscoll es un gran ejemplo de ese compa?erismo. Desde que estoy con el equipo se ha portado muy bien conmigo¡±, asegura sonriendo Murphy, orgulloso de definir su relaci¨®n con ¨¦l como ¡°muy buena¡± despu¨¦s de apenas unas semanas. ¡°Es tan humilde que a veces te olvidas de la estrella que realmente es¡±.
Una estrella con brillo propio para las grandes citas. En 2009, cuando Irlanda gan¨® su primer Gran Slam desde 1948, sus opciones languidec¨ªan en Gales hasta que O'Driscoll entr¨® en escena. Gracias al drop de O'Gara, el XV del tr¨¦bol entr¨® por fin un en un sal¨®n al que llevaba llamando casi una d¨¦cada ¡ªFrancia se lo impidi¨® hasta en tres ocasiones despu¨¦s de haber ganado el resto de partidos¡ª y el centro, con su m¨ªtico n¨²mero 13 en la espalda, fue elegido mejor jugador del partido. No pudo estar en todas las grandes noches, especialmente su despedida con los Lions, un combinado de los tres equipos brit¨¢nicos e Irlanda. Tuvo que ver el partido desde la grada despu¨¦s de que Warren Gatland, t¨¦cnico de Gales, le apartara contra todo pron¨®stico de la convocatoria. ¡°Tengo resentimiento, por supuesto. Probablemente no le mande una postal en Navidad¡±, ironizaba esta semana O'Driscoll.
La afrenta a un jugador que hab¨ªa sido capit¨¢n de los Lions sigue retumbando medio a?o despu¨¦s, pero su presencia sigue imperturbable. ¡°Es un gran l¨ªder que apoya sus palabras con hechos, el que nos mantiene siempre unidos¡±, explica Murphy, asombrado ante su imponente forma f¨ªsica despu¨¦s de 16 a?os como profesional. ¡°Es un atleta tremendo, por eso es tan constante¡±.
Ese trabajo diario le ha permitido a O'Driscoll decidir cu¨¢ndo y c¨®mo decir adi¨®s. La tentaci¨®n del Mundial de Inglaterra el a?o que viene palpita con fuerza, pero el centro, que ya valor¨® la retirada el a?o pasado, tiene un pacto con su mujer, la actriz Amy Huberman, para dejarlo este curso y dedicarse a Sadie, su hija de un a?o: ¡°Cuando pierdes ese hormigueo es hora de colgar las botas¡±. Murphy describe el clamor en el rugby irland¨¦s para que aplace sus planes, pero el vestuario no ve dudas en su decisi¨®n. ¡°S¨¦ que no volver¨¢. Cuando diga que se va, se ir¨¢¡±, afirma convencido el flanker de origen catal¨¢n.
O'Driscoll logra tres ensayos en el ¨²ltimo triunfo de Irlanda en Par¨ªs, en 2000
El orgullo y el valor de una promesa tienen m¨¢s peso en el rugby que en cualquier otro deporte. O'Driscoll se despidi¨® con honores de su ¨²ltimo partido oficial en Dubl¨ªn la semana pasada, con su hija en brazos, una sonrisa infinita y el enorme respeto de todo un pa¨ªs que se ha lanzado a sus espaldas durante tres lustros. Asciende al Olimpo el gran capit¨¢n irland¨¦s, un jugador que ha sido catalogado como dios en un pa¨ªs de tradici¨®n cat¨®lica: el eterno lema, In BOD (sus iniciales) we trust, es una homolog¨ªa de In God we trust (en Dios confiamos). El lunes ser¨¢ un San Patricio triste para Irlanda: el tr¨¦bol se despide de su cuarta hoja.
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