Sergio gu¨ªa a un eficaz Espanyol

Fueron dos minutos trascendentales. Uno en el primer tiempo, donde se pas¨® del primer gol del Espanyol al tanto del empate del M¨¢laga, en fuera de juego. Otro en el segundo, cuando se vol¨® en un suspiro de un posible penalti de H¨¦ctor Moreno a un contragolpe de libro muy bien certificado por Pizzi. Acciones decisivas de un encuentro que se jug¨® a rachas, de ritmo bajo, donde Schuster se la jug¨® con los cambios y Aguirre fue m¨¢s conservador, obteniendo, sin embargo, m¨¢s bot¨ªn. Adem¨¢s, un par de delicias de Sergio Garc¨ªa alimentan las opciones europeas del Espanyol y vuelven a llevar la preocupaci¨®n a un M¨¢laga que no funciona en La Rosaleda. Con 40 puntos, los catalanes deben mirar hacia arriba.

No hay mejor sustento para el M¨¢laga que Caballero, un portero de dimensi¨®n portentosa, con una trayectoria que asusta por su regularidad. El meta argentino, al que el seleccionador Alejandro Sabella ignora, mantuvo al conjunto andaluz en un partido de cierta modorra que se dispar¨® al filo de la media hora. Hasta entonces, M¨¢laga y Espanyol se hab¨ªan tanteado, sin apretar, a un ritmo tranquilo, quiz¨¢s conscientes de que el empate a cero beneficiaba los intereses de ambos. Apenas alg¨²n disparo lejano alter¨® los ¨¢nimos.

Ocurre que el Espanyol tiene una delantera de gran calidad, bien asistida por Stuani. El uruguayo lo mismo prolonga una cantidad enorme de balones con la cabeza que tiene la serenidad de recibir un bal¨®n en el borde del ¨¢rea y filtrar un estupendo pase a Sergio Garc¨ªa. La definici¨®n define a un delantero. A un toque, soberbia, sin posibilidad alguna para el excelente portero argentino. El gol, pleno de calidad, atendi¨® tambi¨¦n a la debilidad de una zaga en la que cruji¨® Weligton, que regresaba a la titularidad despu¨¦s de una importante lesi¨®n. El equipo catal¨¢n no pudo saborear ni defender su ventaja. Pablo P¨¦rez, en su primer gol en la Liga espa?ola, anot¨® en fuera de juego, pero aprovechando el mal escalonamiento de la defensa del Espanyol.

Fue la mejor ocasi¨®n del M¨¢laga, inc¨®modo ante la calidad de la delantera visitante. Entre el empuje de C¨®rdoba y la calidad de Sergio, Caballero emergi¨® inconmensurable frente a Pizzi y Sidnei. El central dibuj¨® una jugada de delantero y una definici¨®n propia de su condici¨®n de central.

El que s¨ª anot¨® fue Pizzi, quien sentenci¨® a un M¨¢laga donde Pablo P¨¦rez fue expulsado de forma ingenua. Demasiada tarea para los andaluces, exprimidos por el talento de Sergio Garc¨ªa, goleador y pasador, alma de un eficaz Espanyol.