Un suspiro alivia al Rayo
Una triqui?uela de Jos¨¦ Carlos, convertida en un penalti que transform¨® Larrivey, derriba a un Osasuna sin argumentos
Perdido en la repetici¨®n, sin plan b o c al que agarrarse, surgi¨® una chispa en medio de la arena. Una jugada trilera, de esas en las que un p¨ªcaro enga?a a un cr¨¦dulo, y al final, este cae de la mano del juez. Le escondi¨® la pelota Jos¨¦ Carlos a Dami¨¤, que desde el suelo le agarr¨® del pantal¨®n. El tir¨®n, leve, acab¨® con el delantero en el suelo, y con el bal¨®n en el punto de penalti a falta de tres minutos para el final. Larrivey enga?¨® a Andr¨¦s y el Rayo, ahogado, tuvo esa bocanada que los ciclistas aspiran solo al cruzar la meta.
La correa de transmisi¨®n de los de J¨¦mez encuentra en su elemento m¨¢s distanciado el punto de mayor complicaci¨®n. Es, a fin de cuentas, un mal en el que tambi¨¦n se ve representado Osasuna, carente de un sistema de acercamiento solidario al ¨¢rea rival. Tanto Larrivey como Riera, funcionan como eje, sin demasiada intervenci¨®n en la creaci¨®n, m¨¢s all¨¢ de proteger el bal¨®n para aguardar la llegada de alg¨²n compa?ero. Lo que de suceder, les imposibilita completar la jugada.
Rayo, 1 - Osasuna, 0
Rayo Vallecano: Rub¨¦n; Arbilla, Z¨¦ Castro, G¨¢lvez, Rat; Trashorras, Sa¨²l; Iago Falque (Longo, m. 92), Rochina (Jos¨¦ Carlos, m. 67), Bueno (Viera, m. 67); y Larrivey. No utilizados: Cobe?o; Nacho, Baena y Embarba.
Osasuna: Andr¨¦s Fern¨¢ndez; Oier, Arribas, Loties, Dami¨¢; Cejudo (Lobato, m. 91), Pu?al, Silva (Acu?a, m. 78), Lo¨¦, Roberto Torres (Joan Oriol, m. 86); y Oriol Riera. No utilizados: Riesgo; Miguel Fla?o, Lolo y Omwu.
Gol: 1-0. M. 90. Larrivey transforma un penalti cometido por Dami¨¢ sobre Jos¨¦ Carlos.
?rbitro: Iglesias Villanueva. Amonest¨® a Silva, G¨¢lvez, Longo, Arribas, Longo y Pu?al.
Unos 12.000 espectadores en el estadio de Vallecas.
Mientras en el Rayo de J¨¦mez el bal¨®n rara vez se encasilla en la bota de un jugador determinado, en Osasuna las cosas son algo m¨¢s rudimentarias. Esta vez con Pu?al en el centro del campo, existi¨® una peque?a orientaci¨®n del juego. Con Trashorras estableciendo el ritmo de juego, tampoco es que la presi¨®n del capit¨¢n navarro fuera inaccesible para los locales. Descarg¨® el Rayo principalmente por la banda izquierda, donde Iago Falqu¨¦ pudo en la mayor¨ªa de sus duelos con Oier, ubicado esta vez como cortafuegos en el lateral derecho. Le ayud¨® al extremo la presencia de Bueno en la mediapunta, guardando la sombra de Larrivey, movi¨¦ndose lejos de las l¨ªneas rectas que tiran las defensas m¨¢s est¨¢ticas, como la de Osasuna.
Un buen disparo del delantero con la pierna izquierda oblig¨® a Andr¨¦s a estirarse, en lo que fue una de las mejores ocasiones rayistas en la primera mitad. Un pobre balance que igual¨® Osasuna con un disparo de Silva desde fuera del ¨¢rea al que respondi¨® de igual manera Rub¨¦n. O sea, dos zapatazos desde fuera del ¨¢rea, que aliviaron la falta de ideas asociativas en ambas ¨¢reas.
Y es que no pasan los dos equipos por su mayor momento de inspiraci¨®n y se advierte en la falta de paciencia creativa. El pase le sirve al Rayo para ganar tranquilidad, avanzar unidos, pero no para tener alternativas cuando se le aproximan los rivales. En Osasuna todo funciona a mayor velocidad, dependiendo m¨¢s de la movilidad de Cejudo, que tuvo en sus botas dos asistencias de gol, primero a Silva y despu¨¦s a Riera, pero a ambas les sobr¨® velocidad.
Meti¨® J¨¦mez a Viera en banda derecha para evitar las repeticiones por el lado contrario, pero de poco sirvi¨®. El equipo se le ha acostumbrado demasiado a los zurdos. Acogot¨® a Osasuna por insistencia en el tramo final pero se defendieron bien los navarros, habituados a moverse entre trincheras. Hasta que en ese orden se desorden¨® Dami¨¤.
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