Hamilton gana con la gorra

Cuando hace dos a?os Mercedes se lanz¨® a por Lewis Hamilton, los jefes de la escuder¨ªa estaban convencidos de que fichaban a uno de los pilotos con m¨¢s talento de la parrilla. Falta saber si en las oficinas de Brackley eran conscientes de la letra peque?a que acompa?a al brit¨¢nico, las cosas de Lewis, probablemente el corredor m¨¢s dif¨ªcil de manejar del paddock. Con un coche afilado, son pocos los rivales que pueden atarle en corto. Se vio en su debut (2007) al ser capaz de exasperar a Fernando Alonso y se confirm¨® al a?o siguiente, al encasquetarse la corona. Mercedes le eligi¨® para abanderar su reconquista y en su segunda temporada todo parece haber encajado.

Dos semanas despu¨¦s de que Nico Rosberg se llevara el triunfo en el arranque del Mundial (Australia), Hamilton ratific¨® el poder¨ªo de los monoplazas plateados haciendo lo mismo en Malasia, donde logr¨® su primer Grand Chelem, el balance m¨¢s completo que uno puede acumular en esta disciplina, ese que combina el triunfo, la pole, la vuelta r¨¢pida y el liderato de cabo a rabo. Rosberg cruz¨® la meta el segundo certificando el primer doblete para Mercedes desde 1955 (Italia), mientras que el tercero fue Sebastian Vettel, por delante de Alonso.

La gente que trabaja con ¨¦l le brinda honores de superestrella y ¨¦l los disfruta encantado

El rosco de Hamilton en Melbourne por culpa de una aver¨ªa le mosque¨® de mala manera, m¨¢s a¨²n cuando el que se ba?¨® en champ¨¢n fue su vecino de taller. Entre ¨¦l y Rosberg hay un mundo de distancia, por m¨¢s que hayan ido coincidiendo desde su etapa en karting y sean vecinos en M¨®naco. En el podio de ayer en Sepang, por ejemplo, uno y otro luc¨ªan gorras distintas a pesar de vestir el mismo mono. El asunto tiene tela, sobre todo para el departamento de marketing de Mercedes. Desde que firm¨® por el constructor de Stuttgart, Hamilton tard¨® m¨¢s de nueve meses en aprobar un dise?o que encajara con la imagen que quiere transmitir, y hasta entonces fue con el pelo al aire. La propuesta ganadora es de rapero, con la visera plana y, evidentemente, exclusiva para ¨¦l. Rosberg se coloca la primera que pilla.

El a?o pasado, en una entrevista con este diario, el chico de Tewin reconoc¨ªa que nada m¨¢s aterrizar en este circo sucumbi¨® y se dej¨® seducir por los focos, pero que aquello eran cosas del pasado, que ya hab¨ªa madurado. Cuatro meses antes se hab¨ªa gastado 23 millones de euros en un avi¨®n privado que decor¨® de color rojo chill¨®n despu¨¦s de incorporarle un bar en su interior. Tener que esperar le saca de quicio y eso provoca m¨¢s de un incendio a su alrededor. La gente que trabaja con ¨¦l le brinda honores de superestrella y ¨¦l los disfruta encantado. A su lado, Rosberg disfruta de la vida y no tiene reparos en mezclarse con sus mec¨¢nicos y bromear con ellos siempre que puede. La relaci¨®n entre ellos siempre hab¨ªa sido buena, pero el nuevo prototipo les ofrece a ambos la posibilidad de pelear por el premio gordo, y la tensi¨®n se ha disparado.

El alem¨¢n asegura que trabaja con los ingenieros tres veces m¨¢s que Hamilton y este le devuelve la puya diciendo que s¨ª, que es cierto, pero solo porque ¨¦l capta los conceptos mucho m¨¢s r¨¢pido. Cuando Rosberg hace p¨²blico que no piensa invitarle a su boda (se casa en julio), Hamilton responde que gracias por ahorrarle buscar una excusa. Mientras, los jefazos de Mercedes han creado un c¨®digo de conducta para que cada uno sepa qu¨¦ hacer en la pista si el otro se acerca con ganas de juerga.