Ola de escepticismo en el Bernab¨¦u
Los socios del Madrid, que incluso pitan a Cristiano, dan s¨ªntomas de desenga?o ante expectativas largamente incumplidas
La doble derrota sufrida por el Madrid ante el Bar?a (3-4) y el Sevilla (2-1) la semana pasada ha introducido un profundo malestar en el madridismo. La afici¨®n que se congreg¨® el s¨¢bado a la noche en el Bernab¨¦u, bajo la lluvia persistente, dio s¨ªntomas de frustraci¨®n. Ni la goleada al Rayo (5-0) fren¨® las manifestaciones de desenga?o, esos pitos contra Bale, Diego L¨®pez, Benzema, Ancelotti o el propio Cristiano, en una ola de escepticismo que tap¨® al equipo de reproches. En el seno de la hinchada arraigan sospechas que van m¨¢s all¨¢ de la coyuntura deportiva. Vibraciones que la junta directiva de Florentino P¨¦rez percibe como un peligroso s¨ªntoma de vulnerabilidad.
Advierten fuentes de la dirigencia del Madrid que las campa?as de propaganda lanzadas desde 2009 comienzan a agotarse. Entonces los discursos oficiales apuntaron a la realizaci¨®n de una inversi¨®n sin precedentes en la historia del deporte para acabar con la hegemon¨ªa del Barcelona. Lo primero se cumpli¨®, y se sigue practicando en desembolsos como el que se hizo esta temporada por Isco, Illarra y Bale, que costaron 170 millones de euros. Lo segundo, la derrota del Bar?a para ocupar su puesto de predominio en Europa, sigue siendo una haza?a improbable. Hace una semana los socios fueron testigos de que este Bar?a declinante es capaz de competir mejor que este Madrid que se presume emergente. A la exigencia suprema, los fatigados cracks del equipo catal¨¢n respondieron con m¨¢s solvencia que los cracks propios.
El recurso propagand¨ªstico al arbitraje prevaricador y a la conspiraci¨®n institucional para socorrer al Barcelona es cada d¨ªa menos efectivo. En el entorno de Florentino P¨¦rez piensan que un hecho por encima de todo est¨¢ restando credibilidad al victimismo al que se aferran algunos portavoces: el l¨ªder de la Liga ya no es el Barcelona; es el Atl¨¦tico.
Los pe?istas empiezan a desconfiar de la teor¨ªa de la conspiraci¨®n arbitral
Los responsables del palco saben que los pe?istas ya no son tan permeables a dar por buena la teor¨ªa de la conspiraci¨®n. Aquella f¨®rmula definitivamente proclamada por Jos¨¦ Mourinho en la primavera de 2011 no es cre¨ªble cuando el equipo que triunfa en Espa?a no es el Barcelona de Blatter, Platini y la UNICEF sino el Atl¨¦tico del Cholo.
Florentino P¨¦rez est¨¢ preocupado porque considera que el Atl¨¦tico no deber¨ªa constituir un obst¨¢culo. Se lo dicen los socios, que desde hace dos d¨¦cadas han dejado de contemplar al vecino madrile?o como un adversario en esa b¨²squeda de grandeza que cristaliza en la d¨¦cima Copa de Europa. Los mismos socios que, desde 2009, han sido testigos de la impotencia del equipo ante las situaciones l¨ªmite, cuando llega la primavera y se juegan la Champions. Renovaci¨®n tras renovaci¨®n, fichaje tras fichaje. Primero se toparon con el Ly¨®n, despu¨¦s con el Bayern, luego con el Bar?a, finalmente con el Borussia. Han pasado 12 a?os desde la conquista de la novena. La sequ¨ªa coincide con la d¨¦cada en que el Madrid se convirti¨® en el club m¨¢s rico del mundo. Florentino P¨¦rez fue responsable de modernizar la instituci¨®n y de multiplicar los ingresos. Pero el dinero no se traduce en ¨¦xitos deportivos.
En la directiva piensan que el liderato del Atl¨¦tico resta credibilidad al discurso
El s¨¢bado, el Bernab¨¦u no soport¨® ver al Rayo durmiendo el bal¨®n durante una hora frente a un Madrid replegado. Los aficionados despidieron con rabia al equipo en el descanso. El disgusto se traslad¨® a las gradas, donde el fondo sur litig¨® con el resto: pitos contra c¨¢nticos, piperos contra grada de animaci¨®n, socios contra socios. El clima de fricci¨®n entre iguales no cesa desde que Mourinho comenz¨® su exploraci¨®n dial¨¦ctica, se?alando a unos por ¡°madridistas¡± y a otros por ¡°pseudomadridistas¡±, seg¨²n respondieran autom¨¢ticamente o no a la propaganda oficial.
El s¨¢bado los socios manifestaron sus dudas hacia todo aquello que han difundido los ¨®rganos de comunicaci¨®n del club desde 2010: que el Madrid es el mejor equipo de Europa, que Mourinho fue un caudillo predestinado, que los ¨¢rbitros los perjudican sistem¨¢ticamente, que Cristiano es el mejor jugador del mundo, que Bale es un potencial bal¨®n de oro, y que Diego L¨®pez debe ser titular por m¨¦ritos deportivos porque otra cosa es faltarle el respeto... Los socios pitan porque ya no est¨¢n seguros de que estos axiomas se correspondan con la realidad.
La tremolina parece sacar a la figura de Iker Casillas de las tinieblas seg¨²n discurre la temporada. Insultado por los ultras en el campo y en la calle, y durante meses presentado por los elementos m¨¢s afines al poder como el culpable del fracaso del proyecto de Mourinho, ahora el capit¨¢n se representa como un salvador en la imaginaci¨®n de muchos. ?Y si Casillas, al fin y al cabo, fuese mejor portero que L¨®pez? Las gradas no necesitan reflexionar demasiado para alcanzar una certeza: la Liga, ¨²nica competici¨®n que el Madrid ha puesto en peligro, es el torneo en el que no juega Casillas.
¡°Yo¡±, sol¨ªa decir Florentino P¨¦rez, ¡°a Mourinho le tengo que explicar lo que quiere el Bernab¨¦u¡±.
El presidente se ve a s¨ª mismo como un demiurgo capaz de interpretar la voluntad popular. Proveedor de instalaciones, superentrenadores y superplantillas, siente que le ha dado al madridismo todo aquello que el madridismo le ha reclamado y no comprende c¨®mo es posible que el equipo sea tercero en la Liga por debajo incluso del Atl¨¦tico.
La temporada pasada fue una de las m¨¢s est¨¦riles de la historia del Madrid y la hinchada apenas manifest¨® su perplejidad. De pronto, contra el Rayo, un sector del p¨²blico ha resuelto declarar su desconfianza.
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