Isco levanta al Bernab¨¦u
El malague?o entra en el once por la grastroenteritis de Di Mar¨ªa y anota el 2-0
El Bernab¨¦u se elev¨® unos cent¨ªmetros del suelo cuando Isco Alarc¨®n par¨® el reloj en la frontal del ¨¢rea, ech¨® un vistazo por entre las pesta?as mientras controlaba el bal¨®n, y acomod¨® el tiro ajustado al palo izquierdo de Weidenfeller. El disparo tom¨® por sorpresa al portero alem¨¢n, que esperaba otra jugada porque apenas hab¨ªa espacios entre la l¨ªnea de gol y los atacantes del Madrid. El ¨¢rea era una romer¨ªa. Pero el bal¨®n sorte¨® el chaparral y se fue hasta el fondo de la red. Era el 2-0 para el Madrid. El gol m¨¢gico. El gol que anunciaba una eliminatoria llevadera. Corr¨ªa el minuto 27 y el Borussia temblaba. Pero m¨¢s temblaba el estadio bajo la multitud vociferante. ¡°?Iiiiiiiiiiiscoooooooooo¡!¡±, gritaba la hinchada. La gente estaba rendida al muchacho de Benalm¨¢dena.
La clase, el genio creativo, el duende, son atributos que maravillan a los aficionados en Chamart¨ªn. Admirado ante esas cualidades el presidente, Florentino P¨¦rez, fich¨® a Isco, de 21 a?os, el pasado verano del M¨¢laga, por 30 millones de euros. El mandatario prometi¨® al jugador que en el Madrid tendr¨ªa muchos minutos pero la competici¨®n no coincidi¨® con las expectativas.
Ancelotti, el entrenador, entendi¨® que con Cristiano, Bale y Benzema no hab¨ªa sitio para el artista malague?o entre los titulares. Ancelotti argument¨® que otros futbolistas de la plantilla pose¨ªan mejores aptitudes para desempe?arse por detr¨¢s de los tres puntas. Di Mar¨ªa fue el elegido. Y el argentino cumpli¨® con creces en el papel de volante. En el ¨²ltimo cl¨¢sico fue el mejor. Sin embargo, el martes, la v¨ªspera de recibir al Dortmund, el argentino se sinti¨® indispuesto. Le diagnosticaron una gastroenteritis. Dicen en el club que apenas durmi¨® tres horas la noche antes del partido. Se cay¨® de la convocatoria y el t¨¦cnico resolvi¨® arriesgar: puso a Isco en la alineaci¨®n titular.
La clase, el genio creativo y el duende son atributos que maravillan en Chamart¨ªn
Ancelotti preve¨ªa otro tipo de partido. Pens¨® que su hom¨®logo, J¨¹rgen Klopp, dispondr¨ªa un esquema m¨¢s reserv¨®n, un 4-5-1, para esperar en su campo y contragolpear. Anticip¨¢ndose a lo que pens¨® que ser¨ªa un asedio, un ataque posicional contra una defensa superpoblada, interpret¨® que necesitar¨ªa creatividad. Hombres como Isco, tal vez el m¨¢s capaz de la plantilla a la hora de buscarse la vida en espacios reducidos, regatear con el bal¨®n pegado al pie, y filtrarse por una rendija de la defensa rival. Sobre plano la idea era apropiada. Luego, el partido reserv¨® otra realidad: Klopp, lejos de encerrar a su equipo atr¨¢s, se abri¨® en su caracter¨ªstico 4-2-3-1.
El Borussia Dortmund sali¨® al campo a jugar de t¨² a t¨² ante el Madrid y se llev¨® el primer golpe en el minuto tres de partido. El gol de Bale destartal¨® la t¨¢ctica de Klopp, abocado con su equipo a todo aquello que prefer¨ªan los jugadores y el entrenador madridista. En los espacios abiertos, en el ir y venir de campo a campo, el Madrid es casi imbatible. Los repliegues de la defensa alemana no bastaron para contener la oleada. Kehl y Hummels no lo vieron venir cuando Isco control¨® esa pelota en la cabeza del ¨¢rea. No imaginaron que desde ah¨ª ser¨ªa capaz de enviar la pelota al ¨¢ngulo de la porter¨ªa. Como el golfista que busca el green desde el otro lado de un bosque. Toc¨® con efecto y envi¨® el proyectil al hoyo. Para felicidad de la gente, para orgullo del presidente, y para poner a Ancelotti en una duda, si Di Mar¨ªa seguir¨¢ jugando los partidos importantes.
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