La jaula de Messi

Cuando los jugadores del Atl¨¦tico hablan del Barcelona centran su discurso t¨¢ctico en impedir el juego por dentro, en correr mucho y en el d¨ªa que pueda tener Leo Messi. No se f¨ªan los futbolistas de Simeone de La Pulga, aunque en los cuatro partidos que han disputado esta temporada le hayan reducido a niveles m¨ªnimos en incidencia en el juego colectivo e individual. Messi no ha marcado y ha desequilibrado poco, pero en el plantel de Atl¨¦tico goza del respeto propio del mejor jugador del mundo. Aunque parezca dormido, melanc¨®lico o pase por los partidos como si el juego no tuviera nada que ver con ¨¦l. ¡°El cl¨¢sico lo decidi¨® y parec¨ªa que no estaba¡±, asegura Filipe Luis. Nadie en el Atl¨¦tico es ajeno a la idea de que un d¨ªa inspirado de Messi puede privarles de disputar las semifinales. ¡°En cualquier momento aparece y marca la diferencia. Hay que estar muy compactos y correr mucho¡±, apunta Diego Ribas.

No hay lugar que Messi ocupe en el campo en el que Simeone no tenga preparado un plan para contrarrestarle, siempre con ayudas entre todas las l¨ªneas. ¡°No hacemos una marca especial. Messi no ha tenido tantas oportunidades por el extraordinario trabajo de todo el equipo. Lo que hay que hacer es estar es muy concentrados¡±, asegura Gabi, al que tambi¨¦n, como a Tiago, le toca su parte cuando Messi se centra en la mediapunta. Ah¨ª, en el ¨²ltimo partido, lo enjaulaban entre los dos capitanes, God¨ªn y Miranda. Si se retrasaba, uno de los delanteros les ayudaba. Cuando Gabi habla de concentraci¨®n, en realidad se refiere a que todo el Atl¨¦tico sigue con el rabillo del ojo los movimientos de La Pulga. Si es preciso se avisan unos a otros de hacia d¨®nde va.

Acorralado en el centro, cuando se desplaz¨® a la banda, como m¨ªnimo le cerraron entre el lateral, uno de los centrocampistas de banda y uno de los mediocentros. Por si acaso, un central estaba listo para ir al cruce. ¡°La virtud de este equipo es el trabajo grupal, no hay marcas individuales¡±, abunda el argentino Sosa.

Parte del plan consiste en que Messi no pueda tener situaciones de uno contra uno. Incluso cuando Leo merode¨® la frontal del ¨¢rea un tanto escorado lo encajonaban entre Juanfran y Arda o Filipe y Koke. ¡°Nuestra t¨¢ctica era que no jugara entre l¨ªneas¡±, aseguraba el lateral brasile?o al t¨¦rmino del partido del partido de ida en el Camp Nou. En el sistema de Simeone hay una herencia clara de la defensa zonal de Arrigo Sacchi, que ofrec¨ªa las bandas al rival para luego ahogarle all¨ª. El t¨¦cnico suele insistir a sus jugadores en que cualquier centro desde la banda siempre ser¨¢ m¨¢s defendible que un pase filtrado. En esto ¨²ltimo incide sobremanera con Juanfran y Filipe Luis, a los que recomienda que se olviden de lo que pueda suceder a sus espaldas cuando tienen que cerrar hacia el centro. ¡°Cualquier bal¨®n que logren pasar entre el lateral y el central nos hace mucho da?o¡±, admite Filipe Luis. El gol de Neymar en la ida lleg¨® por esa v¨ªa.

El resultado de ese sistema de ayudas es la reducci¨®n de Messi a n¨²meros en los que no se le reconoce. En los cuatro partidos tuvo brotes del aislamiento que le embarga y le desconecta del juego porque no se siente c¨®modo tan rodeado de jugadores dispuestos a no dejarle expresarse. Entre los dos enfrentamientos de la Supercopa sum¨® tres remates, cuando promedia cerca de seis por partido. En el ¨²ltimo partido estuvo un tanto m¨¢s activo con cinco remates, pero el plan de Simeone, ayudado con cinco faltas, logr¨® convertirle en un elemento perif¨¦rico. Salvo en la acci¨®n en la que burl¨® a Miranda y asisti¨® a Iniesta en la ocasi¨®n que God¨ªn evit¨® con un cruce providencial, Messi fue reducido. En otros, como en el de la ida de la Supercopa o en el de Liga, en el que solo jug¨® 45 minutos, su marcaje no fue castigado con falta alguna.