Aduriz acelera al Athletic
El equipo de Valverde, liderado por su delantero, defiende su cuarto puesto en la clasificaci¨®n ante un M¨¢laga indefinible
![Aduriz remata ante Santa Cruz](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/ZDIEXBT6DZVMXACW46WKF6COUE.jpg?auth=690fc65885437a856b36e6bb90813c430d0417e660203552df42112c70cc5f16&width=414)
La ansiedad es un asunto complejo. Se siente al estar preso de la necesidad y otros del miedo, como dice Eduardo Galeano; la eterna disyuntiva entre no dormir por el miedo a no conseguir lo que se quiere o por el p¨¢nico a perder lo que se tiene. El Athletic estaba en ese duermevela cuando Aduriz dio un portazo que gener¨® cuestiones contradictorias. Primero, el ¨¢rbitro, a cinco metros, no vio un c¨®rner que el juez de l¨ªnea del lado contrario vio a sesenta metros. Segundo, el M¨¢laga defendi¨® a todos sus rivales menos a Aduriz porque debi¨® pensar que era un ayudante en la faena (claro error de usuario del f¨²tbol) y tercero porque adormeci¨® al Athletic como el sol de media tarde en la plaza de un pueblo. Le sali¨® al Athletic la piel de lagarto con el gol de Aduriz porque en su ¨ªntima plaza la prisa estaba prohibida. Imperaba la calma de jugar a treinta metros que es la manera de quedar bien si sale bien y de no quedar mal si sale mal. Contemporizar se llama la figura, al puro estilo de los embajadores que se re¨²nen para decir lo que tienen que decir y marcharse con prisa.
Al Athletic le faltaba medio campo y al M¨¢laga delanteros, un binomio que suele dar fallo en el f¨²tbol porque en tales casos impera la monoton¨ªa. El Athletic no encontraba a Herrera ni el M¨¢laga a Santa Cruz por lo que el lenguaje segu¨ªa siendo muy diplom¨¢tico en el que los porteros no ten¨ªan ni voz ni voto avistando los males de lejos como quien mira a las aves. El M¨¢laga se encendi¨® con el gol de Aduriz m¨¢s por inesperado que por imprevisto, como cuando te pica una avispa, pero su probabilidad de progresar con un centro del campo demasiado bald¨ªo era poca llovizna para una era tan grande. La ¨²nica posibilidad de meter gol sin tirar a puerta es que el enemigo la meta por ti, Pero no acostumbra.
Athletic, 3 - M¨¢laga, 0.
Athletic: Iraizoz; Iraola, San Jos¨¦, Laporte, Balenziaga; Iturraspe, Erik Moran (Etxeita, m. 85); Susaeta (Albizua, m. 86), Ander Herrera (Be?at, m. 77), Muniain; y Aduriz. No utilizados: Herrer¨ªn; De Marcos, Guillermo y Toquero.
M¨¢laga: Willy Caballero; Eliseu, Angeleri, Weligton, Antunes; Juanmi, Camacho, Darder, Amrabat (Rescaldani, m. 77); Pablo P¨¦rez (Iakovenko, m. 46) y Santa Cruz (Portillo, m. 77). No utilizados: Escandell; Casado, ?lex Portillo y Pawlowski.
Goles: 1-0. M. 4. Aduriz. 2-0. M. 46. Aduriz. 3-0. M. 62. Ander Herrera.
?rbitro: Gonz¨¢lez Gonz¨¢lez. Amonest¨® a Pablo P¨¦rez, Weligton, Iakovenko y Juanmi.
Unos 35.000 espectadores en el estadio de San Mam¨¦s.
El que si acostumbra a no indultar al contrario es Aduriz, el m¨¢ximo goleador espa?ol en esta Liga con 15 tantos. Lleva el gol en las venas. Se maneja igual en la claridad del amanecer que en la neblina de la noche, sus catalejos valen para todas las circunstancias. Y reci¨¦n ingresado tras el descanso caz¨® un centro de Susaeta tras un pase magn¨ªfico de Herrera para batir a Caballero. Su trabajo se reparte por igual entre el pico y la piedra y a veces caza por tenacidad y a veces por inteligencia. Porque el M¨¢laga estaba entre la espada de Aduriz y la pared de Aduriz. Y corri¨® el aire porque all¨ª hab¨ªa poca cosa. La defensa del M¨¢laga era pura mantequilla fuera del frigor¨ªfico: presta para untar. Y la unt¨® Herrera en un tiro mordido pero mal¨¦volo que desnud¨® a Caballero.
Todo fue f¨¢cil, como planificado en el entorno de la ansiedad. El miedo a perder tiene matices y los del Athletic eran m¨¢s rotundos que los del M¨¢laga, adocenado en la tranquilidad frente al rival que mide el aliento del Sevilla en el cogote. No hizo el Athletic un partido soberbio sino sobrio, un ejercicio pulcro, sensato, tranquilo en busca del aplicado de la clase, Aduriz, que en los ¨²ltimos tiempos se sabe todas las lecciones. Aduriz marca los goles como quien recita a los reyes godos. Y en ese remanso, Schuster hizo sus primeros cambios cuando su equipo perd¨ªa tres a cero. Cuando se acord¨®.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.