Paella, botell¨®n, y mucha polic¨ªa
M¨¢s de 40.000 aficionados de los dos equipos convierten Valencia en una fiesta


El chiringuito La Dehesa es un t¨ªpico establecimiento costero construido entre el pinar de la Albufera y la playa, en El Saler. A lo lejos, flotan los cargueros anclados frente al puerto de Valencia. Arriba, el sol en el cielo despejado, primaveral. En el aire, un aroma marino. En las mesas, paellas. Paellas y madridistas. Paellas y cul¨¦s. Paellas en mesas mixtas y en mesas uniformes, con comensales azulgrana y comensales blancos. Incluso con indiferentes. Gente de vacaciones y tambi¨¦n gente implicada en el alto acontecimiento social que convoca a la muchedumbre en esa regi¨®n: la final de Copa.
Pocos individuos est¨¢n m¨¢s implicados que Mariann Barrena, la mujer de Carlo Ancelotti, que distrae los nervios con paella, para variar, en medio del regocijo general. Los madridistas ahuecan las gargantas: ¡°?Al¨¦ Real Madrid, al¨¦-al¨¦...!¡±. Un c¨¢ntico m¨ªtico. Tan viejo como el Bernab¨¦u. Los cul¨¦s compiten desde otras mesas, o desde otras sillas, improvisando estribillos sat¨ªricos, evocativos del presidente del rival: ¡°?Floren qu¨¦date, Floren qu¨¦date, Floren qu¨¦dateeeee¡!¡±.

El vino, contra pron¨®stico, suaviza los extremismos. El clima es festivo. Promiscuo. Unos se abrazan con otros. Beben juntos. Comen de la misma paellera, mezcl¨¢ndose ¨ªntimamente, rivales deportivos, madridistas, cul¨¦s, todos desinhibidos metiendo los tenedores en el recipiente com¨²n. Es la costumbre, dicen.
M¨¢s de 40.000 aficionados del Barcelona y el Madrid acudieron al partido. El m¨¢s importante de todos ellos, que es madridista, es el rey Juan Carlos. El monarca tard¨® m¨¢s de lo esperado en aterrizar. El avi¨®n que lo traslad¨® desde el Golfo P¨¦rsico, en donde se encontraba de gira por Kuwait y los Emiratos ?rabes Unidos, tuvo que ser reparado por la ma?ana tras la comprobaci¨®n de un desperfecto.
La mayor¨ªa de los seguidores viajaron por carretera o por tren. Los billetes del AVE se agotaron, los convoyes a Valencia se llenaron de madridistas desde la ma?ana, y la autopista de Barcelona se carg¨® de tr¨¢fico multicolor. Las columnas fueron reparti¨¦ndose por las carpas reservadas por la federaci¨®n a las aficiones, una en el lecho del Turia, la del Madrid, y la del Bar?a en la Universidad Polit¨¦cnica. All¨ª se encerraron los m¨¢s j¨®venes en busca de opiniones comunes, en una suerte de macrobotell¨®n programado. Alcohol, m¨²sica estruendosa, correligionarios, pantallas gigantes, comida barata. P¨²bico agresivo. Radical. En un vistoso lugar de la carpa madridista alguien colg¨® una bandera nazi.
El Rey tard¨® m¨¢s de lo esperado en aterrizar. El avi¨®n en el que viajaba tuvo que ser reparado
Taxistas y hoteleros lamentaron la austeridad de los visitantes. Consum¨ªan menos que los seguidores del Athletic en 2009. El clima en el centro de la ciudad fue casi corriente. En Mestalla, la Polic¨ªa Nacional, numerosa, llam¨® m¨¢s la atenci¨®n que los aficionados. Incautaron varias banderas estrelladas.
Cristiano viaj¨® a Valencia en calidad de hincha. Acompa?¨® a los jugadores del Madrid durante la comida en la concentraci¨®n y viaj¨® con ellos en el autob¨²s que los traslad¨® a Mestalla. Se baj¨® tocado con una gorra de visera, cargando al hombro un vistoso macuto incrustado de herrajes de un metal dorado. Iba con el gesto torcido. Serio. Movi¨¦ndose con rigidez. Sin flexionar las piernas apenas, como si le dolieran las articulaciones, o como si llevase alg¨²n soporte ortop¨¦dico. Por su aspecto, se dir¨ªa que no llegar¨¢ en condiciones a la ida de las semifinales de la Champions, el mi¨¦rcoles que viene.
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