El Madrid pasa la rev¨¢lida

El Madrid alcanz¨® su tercera Final Four en los ¨²ltimos cuatro a?os y sell¨® su certificado de afianzamiento en la ¨¦lite del baloncesto europeo tras derrotar al actual bicampe¨®n continental, Olympiacos, en un ejercicio de autoafirmaci¨®n de su estilo y en una rev¨¢lida de car¨¢cter. Triunfaron los de Laso exprimi¨¦ndose en cuerpo y mente para doblegar la furia competitiva de la correosa tropa de Spanoulis, que ha hecho de su orgullo una oda a la supervivencia camino a la gloria.

Gan¨® el conjunto madridista el combate f¨ªsico y el psicol¨®gico a fuerza de arrojo y talento hasta exorcizar a su demonio en la Euroliga, el que le priv¨® del t¨ªtulo hace un a?o en Londres. Lo hizo liderado por Sergio Llull, Rudy Fern¨¢ndez y Felipe Reyes (autores entre los tres de 50 puntos de los 83 de su equipo). Imponiendo su hambre rumbo al ¨²nico t¨ªtulo que les falta por conquistar en la era Laso.

Amparado por su entregada afici¨®n y espoleado por las dudas sobrevenidas tras una colecci¨®n de elogios y r¨¦cords, el Madrid afront¨® el choque con la firme voluntad de que 80 minutos en Atenas no emborronaran siete meses de notable trayectoria. Con una puesta en escena m¨¢s emotiva que acad¨¦mica, los de Laso blindaron su zona con una intensa defensa de ayudas, robaron un pu?ado de balones y desataron los primeros contraataques. El esp¨ªritu reivindicativo de Mirotic y, sobre todo, las piernas y la punter¨ªa de Llull, otorgaron una trabajada iniciativa a los blancos (23-12, m. 11). Mientras, incapaces de encontrar el fil¨®n de Dunston (cero puntos al descanso, 4 al final), los de Bartzokas se agarraron a su per¨ªmetro para intentar contener la embestida rival.

Con acierto discreto pero machacona insistencia, Olympiacos se fue asentando en el partido a base de lanzamientos de tres (27-23, m. 15). Pero entonces desenfund¨® Sergio Rodr¨ªguez tomando el testigo de Llull con dos triples consecutivos y volvi¨® a pista Darden para dar otra vuelta de tuerca a la defensa madridista. Todo ello, unido al desembarco en la pintura de Felipe, facilit¨® el segundo estir¨®n de los blancos en el marcador (40-27, m. 17). Deseoso de escapar de la asfixia que vivi¨® en Atenas, el Madrid se entreg¨® a la velocidad como argumento de combate y filosof¨ªa fundacional asumiendo el riesgo de alternar en ocasiones el v¨¦rtigo con la precipitaci¨®n. En los dos partidos de la serie disputados en parquet griego, el Madrid perdi¨® el rebote y con ello el ritmo, el sustento de sus contraataques, el manejo de los tiempos y por momentos hasta el oremus. Para el conjunto de Laso, la eliminatoria comenz¨® en un vel¨®dromo de partidos vibrantes y se traslad¨® a un laberinto de encuentros claustrof¨®bicos. Escaparon de ¨¦l a la carrera rumbo a Mil¨¢n, rearm¨¢ndose en la pelea bajo los aros (39-27 para los blancos en el rebote).

Atajaron el primer intento de huida Spanoulis y el editorializante factor arbitral que, al filo del descanso, tom¨® cuerpo en forma de t¨¦cnica a Laso por unas protestas del t¨¦cnico (despu¨¦s se igual¨® la cuenta con otra t¨¦cnica sobre el propio Spanoulis). El resultado de la acci¨®n fueron cuatro puntos consecutivos del base griego que ajustaron la contabilidad antes del viaje a vestuarios (40-34, m. 20). El coco de Olympiacos, importante en todos los partidos de la eliminatoria sin ser determinante en ninguno, anot¨® 19 puntos, pero perdi¨® hasta siete balones entre las manos r¨¢pidas de la defensa blanca. A pesar de ello, fue el encargado junto a Lojeski de mantener la distancia en m¨¢rgenes abarcables tras un primer tiempo borroso de su equipo.

En semifinales en Mil¨¢n espera otra vez el Barcelona, como el a?o pasado

El Madrid manejaba el comp¨¢s, pero no acababa de gobernar el partido. A la vuelta de la caseta, Rudy Fern¨¢ndez retom¨® el papel de jugador franquicia -soberbio en los cinco encuentros de la eliminatoria- y volvi¨® a agitar el pulso para destartalar a su irreductible rival. La hiperactividad del mallorqu¨ªn, la epis¨®dica aportaci¨®n de Bourousis y los grilletes de Slaughter estiraron de nuevo la cuerda para los locales. Sin embargo, Simmons compens¨® ligeramente el apag¨®n de Dunston (57 de valoraci¨®n entre los dos partidos de Atenas, 2 en la cita clave) y Petway encontr¨® un par de bingos en el 6,75 para agarrar a los suyos a la cornisa (59-52, m. 30).

En el territorio de los funambulistas, donde se escribe la leyenda y se labran los curr¨ªculos, estiraron su clase, su voluntarismo y su car¨¢cter Rudy y Felipe. Siete puntos del alero mallorqu¨ªn en los dos primeros minutos del cuarto decisivo lanzaron al Madrid con un parcial de 11-5 (70-57, m. 35). Los rebotes ofensivos, los puntos en la pintura y el coraje competitivo del capit¨¢n madridista remataron el partido y la eliminatoria (76-62, m. 38). Sucumbi¨® Olympiacos, extenuado en la recta final. Volvieron entonces los triples de Llull, el otro h¨¦roe de la noche, y la tensi¨®n dio paso al j¨²bilo en las gradas. El Madrid sell¨® el billete a Mil¨¢n con otro rebote en ataque y dos puntos m¨¢s de Felipe Reyes. All¨ª les espera el Bar?a en semifinales como el a?o pasado. El en¨¦simo cl¨¢sico de los ¨²ltimos tiempos.