La Copa, por obligaci¨®n
Brasil, obsesionada con levantar la Copa en Maracan¨¢, recupera la receta f¨ªsica y vertical de Scolari con Neymar como estandarte
Aunque parezca mentira, Brasil se ha entregado tambi¨¦n al marcador de manera descarada despu¨¦s de haber cedido la bandera del jogo bonito a La Roja. Hoy los mejores centrocampistas del mundo ya no son brasile?os sino que responden sobre todo a la nacionalidad espa?ola. A la pentacampeona, ganadora en Suecia-58, Chile-62, M¨¦xico-70, Estados Unidos-94, Jap¨®n y Corea 2002, solo le obsesiona poder levantar por fin la Copa en Maracan¨¢ y acabar con la pesadilla que le atormenta desde 1950 cuando Uruguay se proclam¨® campeona en Brasil.
El triunfo en la Copa Confederaciones contra Espa?a ha revalorizado el papel de favorito del equipo anfitri¨®n despu¨¦s de un largo extrav¨ªo: fracas¨® en Sud¨¢frica-2010 y en Alemania 2006, no encontr¨® siquiera consuelo en la Copa de Am¨¦rica de 2011 ni en los Juegos de Londres 2012 y ha vuelto sobre la senda de 2002 cuando sali¨® vencedora en Asia: ha recuperado al seleccionador de entonces, Luiz Felipe Scolari, y se encomienda a Neymar como si fuera Ronaldo, o Romario. Vuelven los tiempos de los delanteros universales y defensas de toda la vida, el f¨²tbol f¨ªsico y veloz frente al passing-game.
El juego asociativo, la capacidad de combinar de aquella delantera que en 1970 formaron los cinco 10 de Brasil, Jarizinho, Gerson, Tostao, Pele y Rivelino, ha perdido protagonismo frente a los centrales, los medio centro y los arietes puros: Thiago Silva, David Luiz, Paulinho o Neymar, Ni siquiera queda rastro del ol¨ªmpico Mano Menezes. Manda un cl¨¢sico como Felipao al grito de anfitriones=campeones. El reto es may¨²sculo para un pa¨ªs como Brasil, convertido en el centro del universo deportivo por la organizaci¨®n de la pr¨®xima Copa del Mundo y de los Juegos Ol¨ªmpicos.
La organizaci¨®n y disciplina corre a cargo del seleccionador, una figura especialmente populista, y los goles son cosas del joven Neymar, el genuino representante del mundo de la mercadot¨¦cnica deportiva. La mezcla ser¨¢ para bien o para mal explosiva.
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