Italia pide cuentas al Estado
La violencia que acompa?¨® la final de Copa, con los radicales adue?¨¢ndose de las calles y condicionando el partido, es un espejo de la situaci¨®n de incertidumbre que vive el pa¨ªs
Esta historia podr¨ªa ir tambi¨¦n en las p¨¢ginas de internacional. Porque, desgraciadamente, lo sucedido el s¨¢bado en Roma con motivo ¨Co con la excusa¡ª de la final de la Copa de Italia entre el Fiorentina y el N¨¢poles trasciende lo deportivo hasta convertirse en un esc¨¢ndalo pol¨ªtico: la debilidad del Estado de derecho ante el poder de las mafias presentes, tambi¨¦n, en el f¨²tbol. La tarde del s¨¢bado empez¨® con hordas de hinchas ¡ª?o habr¨ªa que llamarlos delincuentes?¡ª adue?¨¢ndose de las calles, sembrando el terror y destruyendo patrullas policiales. Continu¨® con un ultra del Roma, viejo conocido de las autoridades, disparando su pistola contra aficionados del N¨¢poles, hiriendo grave a uno de ellos y huyendo despu¨¦s hasta ser alcanzado y linchado. Y termin¨® con un espect¨¢culo vergonzoso retransmitido por las c¨¢maras del estadio Ol¨ªmpico en riguroso directo: el capit¨¢n del N¨¢poles, Marek Hamsik, pidiendo permiso para celebrar el partido al l¨ªder ultra Gennaro Tommaso, m¨¢s conocido como Genny el Carro?a,hijo de un conocido miembro de la Camorra napolitana.
El Carro?a ¡ªa estas horas un personaje ya famoso en Italia¡ª luc¨ªa una camiseta negra reclamando la libertad de Speziale, un ultra condenado por el asesinato ¡ªle arroj¨® un lavabo¡ª del inspector de polic¨ªa Filippo Raciti antes del derbi siciliano Catania-Palermo en febrero de 2007.
La negociaci¨®n de Hamsik con El Carro?a, l¨ªder ultra napolitano, avergonz¨® a la naci¨®n
Con estos mimbres no hay que extra?ar que los incidentes de la final de la Copa de Italia ¡ªque venci¨® el N¨¢poles por 1-3¡ª se hayan convertido en un espejo de la situaci¨®n de incertidumbre que vive el pa¨ªs. La r¨¢pida detenci¨®n del presunto autor de los disparos, lejos de calmar los ¨¢nimos, agrand¨® la zozobra. Porque se trata de Daniele de Santis, de 48 a?os, uno de los l¨ªderes de los grupos ultra del Roma c¨¦lebre por haber sido uno de los cabecillas que el 21 de marzo de 2004 oblig¨® a suspender el derbi Lazio-Roma tras difundirse el falso rumor de que una furgoneta de la polic¨ªa hab¨ªa atropellado a un ni?o. El s¨¢bado, en teor¨ªa, ni De Santis ni el Roma se jugaban nada, pero ¡ªseg¨²n la versi¨®n policial¡ª el ultra decidi¨® recibir a petardazo limpio a los hinchas del N¨¢poles, que reaccionaron yendo a por ¨¦l. Al verse rodeado, grit¨® ¡°?os voy a matar a todos!¡±, sac¨® su pistola del calibre 7,65 y dispar¨® seis o siete veces alcanzando a tres hinchas rivales. Ciro Esposito, de 30 a?os, result¨® el peor parado. Un proyectil le entr¨® por el pecho y le afect¨® la columna vertebral. Se encuentra muy grave. El agresor, tambi¨¦n herido por los golpes de los hinchas a los que atac¨®, fue detenido en el mismo hospital en el que se recuperan sus v¨ªctimas.
Tras el partido, las autoridades italianas se vieron obligadas a dar explicaciones. Seg¨²n Angelino Alfano, el ministro del Interior, jam¨¢s existi¨® ninguna negociaci¨®n con los ultras y la final se iba a disputar en cualquier caso. Pero lo visto en directo hace deducir otra cosa. Hasta que el eslovaco Hamsik no se acerc¨® al fondo ocupado por los hinchas del N¨¢poles no hab¨ªan dejado de caer bengalas y petardos sobre el c¨¦sped y hasta un bombero result¨® alcanzado. Pero a¨²n peor fue la ostentaci¨®n de poder y de desprecio a las v¨ªctimas exhibida por Genny el Carro?a encaramado a la valla del Ol¨ªmpico. Su camiseta pidiendo la libertad de uno de los asesinos del inspector Raciti ofendi¨® a su viuda, Marina Grasso, que declar¨®: ¡°No he podido dormir. Es una verg¨¹enza que el Estado estuviera en manos de los violentos y que no fuese capaz de reaccionar. El Estado ha perdido¡±
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