Nadal se reencuentra con la pasi¨®n

Rafael Nadal gast¨® 3h 18m en derrotar 7-6, 6-7 y 6-2 al franc¨¦s Gilles Simon, el n¨²mero 30, para llegar a la tercera ronda del Masters 1.000 de Roma, donde hoy (16.00, Tdp) le espera el ruso Youzhny.

Al espa?ol, que tuvo break de ventaja en las tres mangas y punto de partido en la segunda, le cost¨® un mundo defender cada una de las roturas conquistadas. Por encima de los m¨¦ritos del franc¨¦s (muchos) y de sus propias dudas (algunas), el n¨²mero uno mundial dej¨® una lecci¨®n de actitud, de deseo, coraje y hambre. Para el campe¨®n de 13 grandes fue el reencuentro con una de las virtudes que ha definido su carrera. Igual que el hombre a la hora de afrontar el v¨¦rtigo de salir de la caverna, el mallorqu¨ªn era un tenista a la b¨²squeda de ese fuego que separa la victoria de la derrota. ¡°Despu¨¦s de lo que pas¨® en Australia, ha sido un poco m¨¢s duro para m¨ª reencontrar la intensidad, la confianza y la fuerza interior que tengo normalmente¡±, dijo tras perder en cuartos de Montecarlo contra David Ferrer, firmando un segundo set muy plano, sin coraz¨®n. En Roma, donde sobrevivi¨® a uno y mil disgustos (cuatro breaks concedidos frente a los 50 estupendos ganadores de su contrario), le sobr¨® todo lo que echaba de menos.

Federer, de vuelta al circuito tras su baja por paternidad, perdi¨® a la primera con Chardy

Mientras Nadal sufr¨ªa para cerrar la puerta que hab¨ªa abierto con su tibio inicio ¡ªtuvo 7-6 y 3-0; antes hab¨ªa perdido el saque cuando intentaba abrochar el parcial inaugural¡ª Roger Federer ya se hab¨ªa despedido del torneo. ¡°Fue un partido complicado, sin ritmo, en el que no pude hacer nada¡±, se lament¨® el suizo, derrotado por 6-1, 3-6 y 6-7 ante Chardy, que salv¨® un punto de partido entre tremendos vientos racheados. ¡°No pude ejecutar un plan de juego. No pude poner en pr¨¢ctica lo planteado en el entrenamiento. Fue frustrante¡±.

Sin anestesia, Federer analiz¨® su derrota con sinceridad. Pudo escudarse el genio en que el viento alteraba su partitura, pero prefiri¨® admitir que irritaba por igual a los dos tenistas. Pudo, tambi¨¦n, mencionar los 43 errores no forzados que le provocaron en su raqueta las circunstancias de juego, por 28 de su contrario. El ganador de 17 grandes, sin embargo, prefiri¨® la autocr¨ªtica. Reincorporado a la competici¨®n tras ausentarse la semana pasada del Mutua Madrid Open por su nueva paternidad ¡ªya tiene cuatro hijos ¡ª, el genio llegar¨¢ a Roland Garros con la final de Montecarlo como ¨²nica huella positiva en la tierra. Demasiado poco, probablemente, para asaltar los cinco sets de la tierra parisina, que tanto exigen a las piernas, los pulmones y la raqueta.

Nadal, el rey de reyes en Par¨ªs, sabe mucho de eso. Muchas veces arranc¨® un torneo el mallorqu¨ªn dependiendo de su coraz¨®n y lo acab¨® ganando luego con los brillos de la raqueta. En Roma, para empezar, sufri¨® a un rival inspirad¨ªsimo, pen¨® una noche de perros y gan¨® un pulso que le permite seguir luchando otro d¨ªa.