¡°Nosotros disfrut¨¢bamos m¨¢s¡±
Molina y Kiko, principio y final del equipo de 1996, se comparan con el actual Atl¨¦tico
Desde 1996 hasta hoy, el Atl¨¦tico ha sufrido una metamorfosis palpable desde la poltrona presidencial hasta algunos recovecos del Calder¨®n, remozados para hacer frente al paso del tiempo. El ideario de su hinchada, sin embargo, contin¨²a siendo inalterable. Muchos de aquellos seguidores que presenciaron el hist¨®rico doblete de hace casi 20 a?os fueron testigos ayer de otro episodio glorioso. Con diferente disfraz, pero con el mismo esp¨ªritu combativo e irreductible de entonces, el Atl¨¦tico levant¨® de nuevo el cetro liguero. Los h¨¦roes y el relato han cambiado. Existe, sin embargo, un nexo de uni¨®n en la figura de Simeone. En su d¨ªa, con el 14 a la espalda; ahora, como foco estrat¨¦gico y espiritual de otro equipo para el recuerdo.
As¨ª lo perciben Molina y Kiko, el portero y el delantero del ¨¦xito del 96. Ambos subrayan la singularidad del t¨¦cnico argentino. ¡°Era un hombre al que le gustaba mucho hablar sobre f¨²tbol y t¨¢ctica. Lo viv¨ªa de forma muy parecida a c¨®mo lo hace hoy. Si ve¨ªa a alguien deca¨ªdo, ah¨ª estaba ¨¦l, encima siempre¡±, recuerda el exguardameta. ¡°Era curioso. El Cholo corr¨ªa raro, con los codos de una manera extra?a. Aunque pareciera que no iba a llegar al bal¨®n, siempre lo consegu¨ªa¡±, agrega el ariete.
Ahora son m¨¢s de ir, ir e ir. Dejan el campo como si fuera de f¨²tbol siete¡± Kiko
Simeone es el hilo conector pero el estilo entre el equipo dirigido por Radomir Antic y el actual ha mutado. ¡°Nosotros¡±, destaca Kiko, ¡°disfrut¨¢bamos m¨¢s con el juego. Este Atl¨¦tico es m¨¢s de ir, ir e ir. De venga, venga y venga. Cuando presionan dejan el campo como si fuera de f¨²tbol siete¡±. ¡°El juego es completamente diferente. Este equipo est¨¢ siempre replegado, armado, y el nuestro era todo lo contrario. Jug¨¢bamos y presion¨¢bamos muy arriba¡±, prolonga Molina.
Es ah¨ª, en la figura del portero, donde radica la primera diferencia. ¡°Yo jugaba muy adelantado. La defensa estaba muy cerca del centro del campo y mi misi¨®n era controlar ese espacio que dejaban Santi y Soloz¨¢bal. Era muy dif¨ªcil. Ten¨ªa que salir a interceptar muchos pases. Deb¨ªa leer muy bien el juego¡±, explica el meta del doblete; ¡°Courtois es buen¨ªsimo, lo tiene todo, pero no necesita hacer demasiadas cosas porque la salida de la pelota no es tan importante ahora. ?l puede optar m¨¢s por el pase en largo¡±.
¡°Nosotros achic¨¢bamos m¨¢s los espacios. Los centrales empujaban a Vizca¨ªno, este a Pantic y a su vez este a m¨ª o a Penev¡±, detalla Kiko, que matiza: ¡°?ramos menos directos, pero eso s¨ª, si ten¨ªamos que enviar en largo los defensas no se cortaban. Tanto Lubo como yo sab¨ªamos jugar de espaldas, aguantar el bal¨®n y esperar la llegada de la segunda l¨ªnea¡±.
El dibujo en el centro del campo representa otro de los cambios. El cors¨¦ t¨¢ctico no ten¨ªa en el 96 tanta trascendencia, lo que ampliaba los riesgos. ¡°Nosotros jug¨¢bamos en rombo, con un solo guardaespaldas, aunque en los interiores s¨ª hay similitudes. Tanto Caminero como El Cholo jugaban por dentro, como Koke y Arda, pero ten¨ªan m¨¢s gol. Al jugar as¨ª, los laterales, Geli y Toni eran muy ofensivos y la banda era suya, como ahora con Juanfran y Filipe Luis¡±, precisa Kiko, que incide en el valor que ambos conjuntos han concedido a la estrategia. ¡°Con Pantic las met¨ªamos casi sin querer¡±, rememora el viejo segunda punta. ¡°Hoy d¨ªa, la clave en este sentido es Koke. Le pega de maravilla¡±, subraya Molina.
El Atl¨¦tico despeg¨® este curso a partir de la ausencia de presi¨®n en los inicios. Como hace 20 a?os. ¡°En 1995 ven¨ªamos de un a?o dif¨ªcil y el objetivo no era la Liga, pero ganamos a la Real en casa y luego en Santander y comenzamos a cre¨¦rnoslo. Despu¨¦s de esos dos partidos, Radomir nos dijo que si segu¨ªamos haci¨¦ndolo as¨ª ¨ªbamos a tener que jugar los partidos con zapatillas de andar por casa para no molestar a los de abajo¡±, recuerda Molina, ahora un t¨¦cnico en busca de otra oportunidad tras pasar por las escuelas del Villarreal y el Getafe. ¡°En pretemporada ganamos todos los partidos y el equipo se liber¨®. Ven¨ªamos de dos a?os en los que luch¨¢bamos por no descender¡±, a?ade Kiko.
El crecimiento individual de los futbolistas tambi¨¦n fue y ha sido un factor determinante. Diego Costa, conformado a base de idas y venidas entre Vigo, Albacete, Valladolid y Vallecas, autor de 27 dianas en este ejercicio, es el ejemplo m¨¢s representativo. ¡°El crecimiento de Costa ha sido definitivo; es el Cholo con el 9 a la espalda¡±, describe el exdelantero jerezano, que firm¨® 11 goles, por los 16 de Penev. ¡°Trabaja much¨ªsimo y hace muy buenos movimientos a la espalda de la defensa. Parece que al hablar de su despliegue minusvaloramos su calidad. Costa ¡ªcomo Simeone en su momento¡ª tiene mucha m¨¢s calidad de lo que la gente piensa¡±, apunta el exportero.
El equipo de Simeone est¨¢ siempre replegado. Nosotros apret¨¢bamos mucho m¨¢s arriba¡± Molina
Llegado el momento de la verdad, ni a uno ni a otro equipo le tembl¨® el pulso. ¡°Hab¨ªa mucha presi¨®n y se notaba el miedo a ganar¡±, explica Molina. ¡°Cuando est¨¢s tan cerca, a veces te encoges un poco de forma inconsciente. Nosotros lo superamos. Nos ayudaron las concentraciones en Los ?ngeles de San Rafael¡±.
Controlados los tiempos, como lo ha hecho ahora el cuadro de Simeone, con el aliento del Bar?a y el Madrid en el cogote despu¨¦s lleg¨® el ¨¦xtasis. Las calles de Madrid te?idas de rojo y blanco. Y una particular celebraci¨®n. ¡°?ramos reacios a eso de salir en carrozas, pero luego lo pasamos muy bien. Yo me puse un sombrero cordob¨¦s rojo. Mis hijas han visto el v¨ªdeo y me dicen: ¡®Pap¨¢, ?por qu¨¦ siempre tienes que dar el cante?¡±.
Efectivamente, los tiempos han cambiado. Tambi¨¦n el Atl¨¦tico, que ha ido mudando de piel y forma. Diferente partitura, distintos int¨¦rpretes. La alegr¨ªa, sin embargo, es id¨¦ntica a la de aquel 96 inolvidable.
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