La medida de la decepci¨®n
El Madrid se enfrenta a la b¨²squeda de piezas con las que completar una plantilla que ha coleccionado r¨¦cords, elogios y dos frustraciones seguidas en la final de la Copa de Europa
Del s¨ªndrome de Stendhal al estr¨¦s postraum¨¢tico en 45 minutos. De vencer por 38 puntos al Bar?a en semifinales (62-100) a sucumbir por segunda temporada consecutiva en el d¨ªa clave. De acariciar la gloria de la Copa de Europa a pelear por la Liga como mal menor. En La Scala de Mil¨¢n, la Cabalgata de las Valkirias del Maccabi de Blatt super¨® a la Marcha Radetzky del Madrid de Laso.
¡°No tenemos los mejores talentos, pero fuimos el mejor equipo. El que mejor compiti¨®¡±, resumi¨® el t¨¦cnico del equipo israel¨ª. ¡°Los detalles son los que te hacen campe¨®n¡±, apunt¨® el entrenador madridista en su an¨¢lisis reduccionista. El Madrid fue incapaz de poner en valor en la final un torneo memorable en una temporada que arranc¨® con una racha de imbatibilidad de cuatro meses y 31 partidos. De nada sirvieron sus 2.656 puntos y 1.091 rebotes, m¨¢s que nadie en la competici¨®n. De nada sirvieron sus 25 victorias en 31 partidos, 10 de ellas por m¨¢s de 20 puntos y al menos cuatro en la frontera de los 40, como en la semifinal ¡ªal campe¨®n le bastaron 21 triunfos para serlo¡ª. Siete meses despu¨¦s, el ganador era el Maccabi. El mismo equipo al que los blancos hab¨ªan derrotado en Madrid y Tel-Aviv en el top 16.
Por segundo a?o consecutivo en la final continental, el conjunto blanco acab¨® desfigurado por la intensidad de unos rivales que le sacaron de carril y maniataron su esencia. No encontr¨® el equipo la forma de imponer el plan A ni las alternativas para encontrar un plan B. Ni ante Olympiacos en 2013 ni ante Maccabi este curso, el Madrid fue el Madrid. En ambas finales se encuentran paralelismos como la incapacidad para gestionar ventajas importantes: en Londres malgastaron un 10-27 en el primer cuarto y en Mil¨¢n un 33-22 (m. 17) y un 67-63 (m. 36); o el desplome en el tramo decisivo del partido: ante Olympiacos encajaron 63 puntos en la segunda mitad (39 en el ¨²ltimo cuarto) y ante Maccabi 45 en los ¨²ltimos 15 minutos (25 en la pr¨®rroga).
Lesionado Draper, la rotaci¨®n ante el Maccabi se concentr¨® en siete hombres
A contraestilo, las anunciadas ¡°trampas defensivas¡± de Blatt no tuvieron r¨¦plica. Una defensa de manos r¨¢pidas, alternativas, ajustes y juego duro y f¨ªsico que desvi¨® progresivamente a los blancos de su hoja de ruta. Mirotic no sac¨® ventaja en el juego al poste ante rivales m¨¢s peque?os, Felipe Reyes (m¨¢ximo anotador del conjunto blanco al descanso con 12 puntos) desapareci¨® enigm¨¢ticamente de la pista en el minuto 32 y apenas sum¨® 2m 54s m¨¢s en pista en los 13 minutos finales, y la concentraci¨®n de la producci¨®n ofensiva en el per¨ªmetro degener¨® en una secuencia irreflexiva de tiros desde el 6,75. Los de Laso lanzaron 34 triples y anotaron 11 (32,4%) en una serie que record¨® a la que firmaron los blancos en otra de las derrotas simb¨®licas de su expediente. En su eliminaci¨®n en los cuartos de final de la Copa de 2013 en Vitoria ante el Bar?a, en otro encuentro que se decidi¨® en la pr¨®rroga, la hoja de servicios de los blancos reflej¨® un 13 de 39 en triples (33%). Aquel d¨ªa Llull, el h¨¦roe de las dos ¨²ltimas conquistas coperas, fue se?alado por su 6 de 17; ayer, desenfocado, present¨® un 0 de 7. Unos porcentajes muy por debajo del 42% que lleg¨® a tener en la primera fase del torneo. Los aclarados a trav¨¦s del bloqueo directo para los uno contra uno de Rice, la agitaci¨®n del quinteto israel¨ª y su capacidad atl¨¦tica en el rebote fueron achantando al Madrid.
No ten¨ªa a su disposici¨®n Laso los grilletes del lesionado Draper para atajar a la estrella rival, Carroll lleg¨® muy justo a la cita tras su operaci¨®n de rodilla y la rotaci¨®n en el d¨ªa D se concentr¨® en apenas siete hombres. No apareci¨® la fortaleza mental que el equipo cre¨ªa tener adquirida tras superar a la tropa de Spanoulis en el playoff de cuartos. Mil¨¢n fue a la vez Londres y Atenas. El Madrid no pudo escapar del laberinto y sum¨® otra derrota en busca de la Novena.
Sin embargo, en territorios propicios para resultadistas, Laso puede acreditar que es el entrenador m¨¢s laureado del Madrid en los ¨²ltimos 25 a?os con cinco t¨ªtulos en tres temporadas al frente del equipo (tras ganar la Liga de 2013, dos Copas en 2012 y 2014 y dos Supercopas en 2012 y 2013) y un modelo que ha acreditado el ¨¦xito de la estabilidad. En la d¨¦cada comprendida entre 2001 y 2011, antes de su llegada al banquillo, los blancos solo incorporaron a sus vitrinas tres trofeos (la Liga del triple de Herreros en 2005 con Maljkovic en el banquillo y la Liga y la ULEB que gan¨® Joan Plaza en 2007) y, en ese tramo, el club hizo 67 fichajes, de los que 34 (50,7%) permanecieron en el equipo una temporada o menos. Con un porcentaje de victorias del 80,5% (170 en 211 partidos), Laso es el entrenador con el tercer mejor balance en el banquillo blanco. Solo le superan Pedro Ferr¨¢ndiz con el 85,7% (409 victorias en 477 partidos) y Lolo S¨¢inz con el 81,1% (561 en 692).
A la espera de resolver la marcha de Mirotic y su recambio, con la perspectiva de la Final Four de 2015 en el Palacio y atendiendo a la trayectoria de un equipo que ha desatado pasiones y coleccionado r¨¦cords durante siete meses, la l¨ªnea editorial pasa por el retoque m¨¢s que por la catarsis. Bar?a, CSKA y Maccabi, con 14, 13 y 12 presencias en la Final Four respectivamente, solo alcanzaron dos, dos y cuatro t¨ªtulos, respectivamente. El Madrid de Laso ha jugado dos finales en tres a?os. El Palacio calibrar¨¢ el reconocimiento o el reproche a su equipo esta tarde en el partido aplazado de Liga ante el Gipuzkoa (20.45).
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