?xito econ¨®mico, enigma deportivo
El Madrid es la ¨²nica potencia futbol¨ªstica que no logra convertir su peso financiero en t¨ªtulos
El p¨²blico asistente al banquete oficial de celebraci¨®n de la novena Copa de Europa, en el Hilton Glasgow, se sumi¨® en un silencio solemne cuando Florentino P¨¦rez tom¨® la palabra.
?¡ªHemos ganado la novena y el a?o que viene iremos a por la d¨¦cima, y luego a por la und¨¦cima, y a por la duod¨¦cima...
Hubo jugadores que se quedaron perplejos ante la naturalidad con que el presidente del Madrid dio por cumplido el rito del ¨¦xito. Como si ganar Champions fuera el producto de una inercia incontenible y la conquista que acababan de completar en Hampden Park no tuviera tanto valor. Corr¨ªa la madrugada del 16 de mayo de 2002 y el Madrid no volver¨ªa a jugar otra final durante 12 a?os.
Casillas: ¡°Al d¨ªa siguiente de ganar la Novena ya nosped¨ªan la D¨¦cima¡±
El s¨¢bado que viene es el d¨ªa del regreso. Ha pasado tanto tiempo que la novena comienza a mitificarse en un pasado cada d¨ªa m¨¢s brumoso. Pero las palabras de Florentino P¨¦rez ten¨ªan una l¨®gica aplastante en 2002. La l¨®gica de las confrontaciones humanas, normalmente resueltas a favor del poder financiero.
Investido presidente tras las elecciones del verano de 2000, P¨¦rez dise?¨® un plan de negocio para convertir al Madrid en el club m¨¢s rico del planeta. Adem¨¢s de conseguir que el Ayuntamiento procurase que la venta de los terrenos de la Castellana se hiciera en las condiciones m¨¢s favorables, el mandatario emprendi¨® un proyecto modernizador que transform¨® al club en una empresa pujante.
El ide¨®logo fue Jos¨¦ ?ngel S¨¢nchez, hoy director general ejecutivo, que aplic¨® a la industria del f¨²tbol los principios que Disney emple¨® para producir y comercializar contenidos. El modelo se llam¨® Rey Le¨®n. Consisti¨® en expandir el producto hacia nuevas audiencias a trav¨¦s de cines, DVD, mu?ecos, camisetas, vajillas o musicales. El Madrid sigui¨® la senda de Disney.
El sentido del m¨¢rketing para rentabilizar personajes-futbolistas y el desarrollo del Bernab¨¦u como escenario de lujo, convirti¨¦ndolo en el estadio m¨¢s caro que existe, multiplicaron los ingresos a un ritmo in¨¦dito en la historia de las sociedades deportivas. En 2005 Deloitte determin¨® que el Madrid se hab¨ªa convertido en el club m¨¢s rico del mundo. Desde la temporada 2002-2003 hasta el cierre del ¨²ltimo ejercicio, en 2013, ingres¨® 5.703 millones de euros. El 40% m¨¢s que el segundo en el r¨¢nking, el Manchester United, con 3.475 millones.
La estrategia econ¨®mica y la deportiva se confundieron. S¨¢nchez y P¨¦rez se convencieron de que si materializaban su proyecto impondr¨ªan una f¨¦rrea hegemon¨ªa deportiva porque nadie en Europa podr¨ªa competir con ellos en el mercado de fichajes. Confiaban en el triunfo deportivo por aplastamiento financiero: a fuerza de invertir, tendr¨ªan siempre la mejor plantilla. Eso hicieron. Ayudados por el modelo de reparto de derechos televisivos que patrocina Javier Tebas y la LFP, entre 2002 y 2014 el Madrid bati¨® el r¨¦cord mundial de gasto en contratar futbolistas: 1.190 millones de euros. Solo el Chelsea de Abramovich se aproxima a esa cifra (1.180 millones). El tercero, el United, supera por poco los 700 millones. El Atl¨¦tico no pasa de los 350.
La primera parte del plan de S¨¢nchez y P¨¦rez se complet¨® con creces. La segunda, pase lo que pase en Lisboa, no. Nadie gan¨® m¨¢s dinero ni tuvo m¨¢s y mejores futbolistas que el Madrid en la ¨²ltima d¨¦cada. Sin embargo, los t¨ªtulos obtenidos desde 2003 podr¨ªan equipararse a las ¨¦pocas m¨¢s pobres en la historia del club.
Florentino P¨¦rez crey¨® que impondr¨ªa una hegemon¨ªa deportiva por aplastamiento financiero
Cuatro Ligas ¡ªdos de ellas logradas durante el gobierno de Ram¨®n Calder¨®n, entre 2006 y 2008¡ª y dos Copas del Rey en 12 a?os, son demasiado poco para una instituci¨®n que aspir¨® a cubrirse de Champions. El Madrid es el ¨²nico de los cinco clubes m¨¢s ricos del mundo que no levant¨® una Copa de Europa en la ¨²ltima d¨¦cada. El menos brillante, el Chelsea, jug¨® dos finales. Y el Atl¨¦tico, que ingres¨® 800 millones desde 2002 y gast¨® cuatro veces menos en fichajes, ha alcanzado las mismas finales de Champions que el Madrid: una.
¡°La diferencia econ¨®mica entre Madrid y Atl¨¦tico no ser¨¢ determinante en la final¡±, dijo ayer Carlo Ancelotti, el entrenador. ¡°El partido lo decidir¨¢ el aspecto t¨¦cnico, mental y t¨¢ctico¡±.
Los datos revelan una incongruencia. Algo no encaja y se relaciona al baile de directores deportivos: Valdano, Camacho, Sacchi, Floro, Mijatovic, Valdano ¡ªpor segunda vez¡ª, Mourinho y Pardeza. Una sucesi¨®n de responsables t¨¦cnicos de pensamiento contrapuesto que, cuando se marchan, se van denunciando un funcionamiento excesivamente ¡°pol¨ªtico¡± de la dirigencia, desvinculado de principios futbol¨ªsticos, err¨¢tico o irracional. Como si Walt Disney ejerciera de m¨¢nager deportivo.
Casillas contuvo la risa cuando ayer le preguntaron si percib¨ªa la obsesi¨®n por la d¨¦cima. El capit¨¢n se acord¨® de 2002.
¡ª?C¨®mo no! ?Si al d¨ªa siguiente de ganar la Novena ya nos ped¨ªan la D¨¦cima!
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