O Rei Brasil
Con la victoria como ¨²nica ruta y tras el Maracanazo de hace 64 a?os, la canarinha afronta un torneo marcado por la presencia de todos los campeones de la historia (Brasil, Uruguay, Argentina, Italia, Alemania, Francia, Inglaterra y Espa?a) y de los tres iconos mundiales del f¨²tbol (Messi, CR y Neymar) Del Bosque tendr¨¢ que retocar el mecano sin deste?ir el estilo, doble reto
El Mundial a la vista tiene un cartel imponente: un escenario evocador (Brasil), un dram¨®n sin cicatrizar desde hace 64 a?os (¡°Maracanazo¡±), ni un solo campe¨®n ausente (Brasil, Uruguay, Argentina, Italia, Alemania, Francia, Inglaterra y Espa?a) y los tres grandes iconos del universo futbolero (Messi, Cristiano y el emergente Neymar). En principio, se intuyen dos grandes retos por encima de todo: Brasil contra Brasil y Brasil contra todos. Para la selecci¨®n de Scolari no hay otra ruta que ganar, ganar o ganar. Lo dem¨¢s ser¨ªa un descalabro. Se lo debe a la memoria de Barbosa, su imponente historial le obliga y ayudar¨ªa a sofocar toda protesta popular contra la mastod¨®ntica financiaci¨®n del evento.
A Brasil, el ¨²nico pa¨ªs que ha participado en todos los Mundiales, le debe el f¨²tbol su mejor para¨ªso, pero hace tiempo que del ¡°dunguismo¡± al ¡°scolarismo¡±, la ¡°canarinha¡± se ha sacudido la gracia que le encumbr¨® para ser un conjunto m¨¢s pragm¨¢tico, un viaje del placer al deber. Solo Neymar tiene derecho a salirse del guion, y con matices. Como yo lo fue en el ensayo de la Copa Confederaciones 2013, Brasil ser¨¢ un equipo rotundo, intenso y con piernas de sierra. Enfrente, un grupo de aspirantes liderados por Espa?a, que defiende la estrella de Sud¨¢frica con unas cuantas inc¨®gnitas. Nadie ha repetido trono desde Brasil en el 58 y 62, lo que da idea de a qu¨¦ se enfrentan los de Del Bosque, que tendr¨¢ que retocar el mecano sin deste?ir el estilo, doble reto. Nada genera m¨¢s quebraderos de cabeza al seleccionador que definir la delantera en un equipo de falsos arietes que ahora flirtea con Diego Costa, un desenlace para el gol que poco tiene que ver con la sinfon¨ªa general del equipo. Para el t¨¦cnico ser¨¢ fundamental las miradas que encuentre en el vestuario, el hambre que destilen tras seis a?os en la c¨²spide. El grupo de inicio, con Holanda, Chile y, se supone, que Australia de telonera, no ser¨¢ una puerta de par en par. Un traspi¨¦ podr¨ªa condenar a la Roja a medirse con Brasil en un cruce de octavos.
Nadie ha repetido trono desde Brasil en el 58 y el 62, lo que da idea de a qu¨¦ se enfrentan los de Del Bosque, que tendr¨¢ que retocar el mecano sin deste?ir el estilo, doble reto
Argentina, si resuelve el santo grial de Messi, y Alemania, que debiera culminar su transici¨®n del f¨²tbol de H¨¦rcules al m¨¢s refinado de violinistas como Lahm y ?zil, tambi¨¦n presentan su candidatura. Como Italia, que con su cromosoma competitivo casi siempre es una amenaza, no importa que la lectura de su alineaci¨®n o su sistema t¨¢ctico cale poco. Al fondo, tambi¨¦n estar¨¢ Holanda, renovada por Van Gaal. Inglaterra quiz¨¢ vuelva alg¨²n siglo de estos, pero no muchos la esperan por ahora. Como hace tiempo que amaga sin ¨¦xito el f¨²tbol africano, esta vez representado por Camer¨²n, Ghana, Nigeria y Costa de Marfil. Y tampoco hay que olvidar la pujanza americana, con el peque?o gigante uruguayo al frente de un pelot¨®n con Estados Unidos, M¨¦xico, Costa Rica, Colombia y Ecuador.
Ser¨¢ un Mundial excitante para Bosnia, que debuta, como para B¨¦lgica, que regresa a la ¨¦lite con un equipo recio y bien compensado. Lo que espera Portugal, crear una fortaleza alrededor de Cristiano Ronaldo. El genio portugu¨¦s, como tantos otros, llegar¨¢ a Brasil magullado por unos cursos cada vez m¨¢s extenuantes. M¨¢s no se pueden exprimir, y ante un Mundial, la gran pasarela, cualquier est¨¢ dispuesto a regatear los ligamentos y lo que haga falta. Y si la alfombra est¨¢ en Brasil, mayor incentivo no cabe.
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