Lisboa invadida
La capital portuguesa recibe a m¨¢s de 120.000 hinchas, la mitad sin entrada, que podr¨¢n ver el partido en pantallas gigantes
La anunciada avalancha ha llegado y Lisboa se ha abarrotado de seguidores blancos y rojiblancos. Por todos los rincones, en todas las calles, dentro de todos los bares, por todos los paseos, en todas las bocas de metro. La polic¨ªa calculaba 120.000 personas, la mitad sin entrada, pero es posible que hayan llegado muchas m¨¢s porque no hay forma de contabilizar exactamente la invasi¨®n. Para todos aquellos que han viajado sin entrada para el partido, una buena noticia: el Ayuntamiento de Lisboa ha decidido, a ¨²ltima hora, autorizar la emisi¨®n del partido en las pantallas gigantes instaladas en las respectivas zonas habilitadas para los seguidores (Parque de Eduardo VII para el Atl¨¦tico de Madrid y Pra?a da Figueira en el caso del Real Madrid). La polic¨ªa y la UEFA hab¨ªan desaconsejado la retrasmisi¨®n en la calle por motivos de seguridad. Pero el municipio lisboeta ha considerado al final que emitir el partido es una manera de controlar mejor a las hinchadas.
El aeropuerto de Lisboa ha batido todos los r¨¦cords de vuelos con Espa?a
Darse una vuelta basta para corroborar la avalancha: un seguidor del Atl¨¦tico de Madrid le coloca una bufanda roja a la estatua de Pessoa frente a La Brasileira, la m¨¢s famosa cafeter¨ªa de Lisboa; unos kil¨®metros m¨¢s al este, a la orilla del r¨ªo, dos hinchas, uno del Real Madrid y otro del Atl¨¦tico, cantaban (bastante mal) cada uno con un bote de cerveza en la mano, mientras un tercero les hac¨ªa una una foto con la Torre de Belem al fondo. Los dos gritaban al un¨ªsono: ¡°?Bar?a m¨ªrame, Bar?a m¨ªrame!¡±.
El aeropuerto de Lisboa ha batido todos los r¨¦cords de vuelos con Espa?a; el peaje de entrada del puente 25 de abril ha registrado colas que no son normales un s¨¢bado por la ma?ana; no hay una habitaci¨®n libre de hotel en 150 kil¨®metros a la redonda; la capital lisboeta sufre atascos por calles cortadas para dejar paso a la instalaci¨®n de la zonas de hinchas y el paso de los autocares de los equipos.
En la zona de los seguidores del Real Madrid, por ejemplo, miles de aficionados, la mayor¨ªa blancos pero tambi¨¦n del Atl¨¦tico de Madrid, aguardan la hora del inicio entre saltos, c¨¢nticos y visitas al bar o al servicio de campa?a. Hasta que el Ayuntamiento dio la noticia, muchos, sin entrada, hac¨ªan la misma pregunta a cualquier con pinta de pertenecer a la organizaci¨®n:
-Oiga, ?Lo van a retrasmitir en directo?
David Prieto, de 42 a?os, es uno de los miles de seguidores que se ha acercado a Lisboa sin asiento reservado. Ha venido junto a 11 amigos, cuatro del Atl¨¦tico de Madrid y ocho del Madrid. Por eso no comprend¨ªa muy bien las objeciones de la polic¨ªa: ¡°Pero si hemos venido todos mezclados desde el principio. No habr¨¢ problemas¡±.
Se iluminar¨¢n, pues, las pantallas. Y los hinchas sin entrada podr¨¢n ver el partido en multitud. Algunos, sin embargo, tratan hasta el ¨²ltimo momento de hacerse con una. Un taxista lisboeta contaba hoy que un aficionado del Real Madrid ofrec¨ªa a quien quisiera 4.000 euros por cuatro billetes. El taxista pon¨ªa cara de no entender lo que est¨¢ pasando en su propia ciudad.
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