Tantas Colombias como colombianos

Las azafatas bellas, tan altas, con sus piernas y sus tacones interminables, se tienen que poner de rodillas casi para darle un beso, cada una en una mejilla, a Juli¨¢n Arredondo, Perico, tan bajito, tan duro, en el centro todo vestido de azul. Pero, como sabemos desde Goliat, el valor y la capacidad no dependen del tama?o, y menos en el ciclismo, en el que el coraz¨®n, m¨¢s que las piernas, m¨¢s que los pulmones o el cerebro a¨²n, es el ¨®rgano principal, el m¨²sculo que lo define todo. Gan¨® Perico la etapa, y pr¨¢cticamente el reinado de la monta?a en los Dolomitas de Belluno, verdes de bosques y hermosos, y otro colombiano peque?ito, Fabio Duarte, que hace unos a?os fue campe¨®n mundial sub 23, pero sufre de melancol¨ªa, qued¨® segundo, y otro de la misma talla, Nairo Quintana, va de rosa, y otro un poco m¨¢s alto y m¨¢s fuerte, y m¨¢s r¨¢pido, Rigo Ur¨¢n, va segundo en la general, y cada colombiano es diferente del otro, cada uno es un mundo, cada uno es una Colombia.

¡°Descubrimos que era un purasangre¡±, dice Josu Larrazabal, su preparador en el Trek

Arredondo lleg¨® joven a Europa, a los 18 a?os, casi un juvenil, pensando que as¨ª lo tendr¨ªa m¨¢s f¨¢cil para acabar fichando por un equipo de nivel mundial. Y destac¨® en Italia como pocos. Era un ganador nato, pero para pasmo suyo comprob¨® que los equipos europeos solo contrataban a ciclistas que corr¨ªan en Colombia, y por delante de sus narices vio pasar a Nairo y a Rigo y a Betancur y a otros tantos, j¨®venes bien recomendados, mientras ¨¦l deb¨ªa conformarse con correr casi gratis en un equipo de tercera con italianos desterrados llamado Nippon y se convert¨ªa en el mejor ciclista del circuito asi¨¢tico. ¡°No me quiso ni el equipo Colombia, financiado por el Gobierno, que le entrega los corredores a un m¨¢nager italiano, Claudio Corti¡±, dijo ayer Arredondo. ¡°Corti siempre promet¨ªa, pero nunca me llamaba¡±. ¡°Juli¨¢n estaba desesperado¡±, cuenta Josu Larrazabal, su entrenador en el Trek, equipo norteamericano al que ayer le dio la primera victoria en el Giro. ¡°Hasta que nos fijamos en ¨¦l y lo fichamos¡­ Y enseguida nos dimos cuenta de que ten¨ªamos a un purasangre. Y este Giro todo el trabajo es domarlo¡±.

¡°Y por eso le dedico la victoria a Josu¡±, contin¨²a Perico, como quien retoma una historia contada a medias. ¡°Porque durante toda la etapa [Arredondo se escap¨® con la primera fuga, en el San Pellegrino, en principio para puntuar para la monta?a en todos los puertos] ha estado a mi lado en el coche dici¨¦ndome que estuviera tranquilo, pero que ya me dir¨ªa ¨¦l cu¨¢ndo deb¨ªa atacar¡­ Y segu¨ª sus consejos y ataqu¨¦ al final y lo gan¨¦ todo¡±. Y le gan¨®, lo que tiene cierta dulzura amarga, a Duarte, el estandarte del Colombia, el equipo que nunca lo llam¨®.