Secretos de la D¨¦cima
La plantilla del Madrid se conjur¨® para ganar el t¨ªtulo y reivindicarse frente a Mourinho

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La D¨¦cima tuvo dos secretos. Un grupo de futbolistas magn¨ªficos empecinados en reparar su orgullo herido y la habilidad de Carlo Ancelotti para canalizar esa energ¨ªa. La epopeya de la vindicaci¨®n comenz¨® el 7 de agosto de 2013.
¡ú Real Madrid, 3; Chelsea, 1. Marcelo, Casillas, Ramos, Pepe, ?zil, Ronaldo y Benzema entraron exultantes al vestuario del Sun Life Stadium de Miami. Acababan de golear al Chelsea de Jos¨¦ Mourinho en un amistoso de verano y repet¨ªan una y otra vez, a grandes voces, la conclusi¨®n colectiva a la que hab¨ªan llegado al cabo de a?os de represi¨®n: ¡°?Si Florentino hubiese echado a Mourinho en enero el Madrid ahora tendr¨ªa diez Copas de Europa! ?A ver si el presi toma nota!¡±.
Mourinho acus¨® a los jugadores de perder la Champions en 2013 por algo m¨¢s que una negligencia. Con el inicio de la nueva etapa, ya con Ancelotti como entrenador, la gran mayor¨ªa se propuso ganar el t¨ªtulo para demostrar que si no lo conquistaron antes fue por culpa de la incompetencia del m¨¢nager que les acus¨® ante el p¨²blico y el presidente de sabotear el proyecto, el hombre que filtr¨® que eran ¡°ovejas negras¡±, unos traidores.
¡ú Schalke, 1; Real Madrid, 6. En Gelsenkirchen, Ancelotti confes¨® a los empleados del club que se hab¨ªa percatado de que sus jugadores compet¨ªan con un est¨ªmulo extraordinario. En la concentraci¨®n previa al partido la comidilla de los futbolistas fue la aparici¨®n de Mourinho en una televisi¨®n diciendo que Eto¡¯o, su delantero en el Chelsea, era demasiado viejo para ofrecer garant¨ªas. ¡°Ya se est¨¢ sabiendo qui¨¦n es Mourinho¡±, dec¨ªan, ¡°?a este ya lo est¨¢n poniendo en su sitio!¡±. Ancelotti se persuadi¨® de que ah¨ª hab¨ªa una rabia invencible. El sue?o de todo motivador.
Ancelotti supo que Casillas, Ramos, Carvajal, Jes¨¦, Morata, Benzema, Marcelo, Pepe y Cristiano hab¨ªan tenido graves dificultades con su antecesor. Comprendi¨® tambi¨¦n que los dos centrales ¡ªPepe y Ramos¡ª tiraban del equipo porque eran los que m¨¢s deseos de revancha expresaban. Oy¨® a jugadores decir que con una goleada al Schalke descubr¨ªan al tirano: le metieron seis (1-6). ¡°Vi que de esto me podr¨ªa aprovechar para el bien del equipo¡±, confes¨® el t¨¦cnico a un ayudante. ¡°Me di cuenta de que el primer a?o pod¨ªa ser muy bueno¡±.
¡ú Real Madrid, 1; Bayern, 0. Ancelotti se frot¨® las manos ante la efervescencia que percibi¨® en sus muchachos tras disputar la ida de las semifinales. ¡°No es solo un problema de t¨¢ctica¡±, dijo en conferencia de prensa. ¡°Es cuesti¨®n de sacrificio, cuesti¨®n mental, de ganas, de car¨¢cter. No s¨¦ por qu¨¦ exactamente pero tenemos muchas ganas. Puede ser que juguemos bien, que suframos, que fallemos. Pero las ganas en el vestuario son muy grandes. Los jugadores de m¨¢s experiencia empujan a los dem¨¢s. Veo un ambiente muy positivo¡±.
¡ú Bayern, 0; Real Madrid, 4. Jos¨¦ ?ngel S¨¢nchez, el director general ejecutivo del club, sostuvo que el trabajo t¨¢ctico de Mourinho gener¨® unos mecanismos de los que se aprovech¨® Ancelotti para hacer del Madrid un s¨®lido equipo contragolpeador. La teor¨ªa ten¨ªa su fundamento. Pero repetida a distintos periodistas durante meses, y luego conocida por el vestuario, traslad¨® a los futbolistas la sensaci¨®n de que la directiva atribu¨ªa todo el ¨¦xito a Mourinho ¡ªy restaba m¨¦ritos a Ancelotti¡ª para justificar el respaldo f¨¦rreo que le brindaron durante tres a?os. Los jugadores hicieron risas con el asunto. Bromearon remedando a S¨¢nchez, que hablaba de ¡°Jose¡± cuando se refer¨ªa a Mourinho. ¡°?Ya sab¨¦is!¡±, dec¨ªan, ¡°?esto es gracias a Jose!¡±. La chanza viaj¨® de M¨²nich a Madrid pasando por Lisboa. ¡°?D¨®nde est¨¢ la Copa de Jose?¡±. Pocos motores como la risa para activar a un equipo.
¡ú Real Madrid, 4; Atl¨¦tico, 1. En 2014 Florentino P¨¦rez no se reuni¨® con Ancelotti para hablar con profundidad hasta que gan¨® la D¨¦cima. Mientras tanto, envi¨® a sus emisarios. Eso pens¨® Ancelotti cuando la semana antes de la final unos funcionarios pr¨®ximos al presidente le visitaron y, subrepticiamente, le hicieron sugerencias t¨¢cticas. Le indicaron que ser¨ªa fant¨¢stico que el Madrid presionase en campo contrario para dominar al Atl¨¦tico con un f¨²tbol elaborado. De ese modo, dijeron, los centrocampistas har¨ªan menos recorridos y Cristiano y Bale estar¨ªan m¨¢s cerca de la porter¨ªa, potenciando as¨ª su poder rematador. Ancelotti les apunt¨® que ese plan ser¨ªa perfecto de no ser por un problema que ya les hab¨ªa se?alado con anterioridad y ¡ªpor lo visto¡ª no acababan de comprender: Bale y Cristiano se ahogaban cada vez que el equipo jugaba en espacios reducidos. El t¨¦cnico advirti¨® que si quer¨ªan jugar as¨ª deb¨ªan fichar como el Bar?a, a delanteros especializados en atacar sin espacios. Los delanteros del Madrid eran maravillosos por muchas razones pero, sin praderas para correr, presionando contra dos l¨ªneas de rivales, se expondr¨ªan a todo aquello que no saben interpretar porque deber¨ªan desmarcarse, regatear en corto y generar l¨ªneas de pases con movimientos sin bal¨®n. El t¨¦cnico expuso que el Madrid le ceder¨ªa el bal¨®n y el terreno al Atl¨¦tico porque solo as¨ª sus jugadores demostrar¨ªan todo su talento. Los emisarios callaron y se fueron.
¡ú Destino y brujer¨ªa. Supersticiosos por naturaleza, los jugadores advert¨ªan en cada incidente que el destino les reservaba la vindicaci¨®n. Desde los sorteos de octavos y cuartos ¡ªles asignaron los equipos m¨¢s asequibles del bombo¡ª hasta la ausencia de Arbeloa y Alonso ¡ªlos ¨²ltimos mourinhistas de la plantilla¡ª en la final. Y, para terminar, el gol de Ramos. Precisamente Ramos, que, con Varane y Cristiano lesionados, era el ¨²nico madridista en el campo que pod¨ªa cabecear ese c¨®rner con verdadero peligro en el minuto 93. Casi fuera de hora. Pura brujer¨ªa.
¡ú Demostraci¨®n. Pepe, Ramos y Marcelo resolvieron hacer un acto p¨²blico de apoyo a Ancelotti tras el partido en el Estadio de la Luz. Les acompa?aron, sin saber muy bien por qu¨¦, Khedira, Modric, y Morata. As¨ª fue como sorprendieron al t¨¦cnico durante la conferencia de prensa. ¡°?C¨®mo no te voy a querer!¡±, le gritaban, "?c¨®mo no te voy a querer!". De este modo, el mundo sabr¨ªa qui¨¦n hab¨ªa sido el verdadero art¨ªfice, el aglutinador, el l¨ªder que los condujo a la Copa de Jose.
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